lunes, 27 de diciembre de 2010

Steven Levitsky



“La derecha tiene muchísima suerte en las últimas décadas”

Entrevista y foto por Gianmarco Farfán Cerdán
El politólogo estadounidense Steven Levitsky (New Jersey, 1968) es Doctor en Ciencia Política por la Universidad de California y catedrático de Ciencia Política en la Universidad de Harvard. Es un estudioso de América Latina y autor de Transforming Labor-Based Parties in Latin America: Argentine Peronism in Comparative Perspective (2003) y co-autor de Competitive Authoritarianism. Hybrid Regimes after the Cold War (2010). Además, es co-editor de Informal Institutions and Democracy: Lessons from Latin America (2006) y de Argentine Democracy: The Politics of Institucional Weakness (2005). Este lúcido politólogo permaneció en Lima como profesor invitado de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú durante el semestre 2010-II, dictando el curso Regímenes Políticos Comparados. Durante la siguiente entrevista el Dr. Levitsky -quien está casado con una periodista peruana- analiza el proceso electoral presidencial que se avecina en nuestro país, donde la peligrosa posibilidad de tener otra vez al fujimorismo en el poder, está latente. En el ámbito internacional, revisa el escándalo diplomático a escala global que WikiLeaks desató al publicar 250 mil cables de numerosas embajadas estadounidenses alrededor del mundo; y también comenta las polémicas confesiones políticas de George W. Bush en su libro de memorias Decision Points (2010). Sobre su propia obra, el catedrático de Harvard explica el nuevo concepto de “autoritarismo competitivo” que propone. Y, por último, disecciona fríamente los escenarios políticos y sociales de Honduras, Nicaragua y Argentina -países donde ha vivido-. Según este reconocido académico, América Latina -como región- transita todavía un largo camino hacia el desarrollo económico y político, debido a la debilidad democrática de muchos de sus Estados.


Mucho gusto de estar aquí con usted.Gracias.

¿Cómo ve usted el proceso electoral presidencial que se avecina para 2011?Hay un nivel de incertidumbre y volatilidad en el proceso electoral peruano que no existe en muchos países. En muchos, incluyendo el mío, se sabe más o menos qué va a pasar en la elección algunos meses antes. Acá nunca se sabe. Es un poco menos incierto que otras elecciones en el pasado, pero dado que no hay partidos fuertes la campaña se centra sobre personalidades, candidaturas individuales.

Mucho caudillismo.
No sé si caudillismo. Se usa mucho esa palabra. Y eso hay, pero también hay personalismo. Se vota por una persona. No creo que Susana Villarán sea caudillo. No sé si Keiko Fujimori, si (Alejandro) Toledo sea caudillo. Es una candidatura individual, y eso (es) casi siempre. La gente tiene -en países donde los partidos son fuertes- lealtad hacia el partido y va a votar año tras año por ese partido.

Difícil que se dé (acá)…Eso no existe acá. Se vota a favor o en contra de candidaturas. Y eso genera mucha volatilidad.

¿A qué cree que se deba que no haya partidos fuertes en el Perú? Sé que ha estudiado el proceso histórico (político) peruano.Sí. Hay explicaciones de largo y corto plazo. Es cierto que nunca ha habido (partidos) muy fuertes en el Perú, entonces habría que ir mucho más atrás. También es cierto que en los años ochenta existían partidos. No los más fuertes de América Latina, pero existían. Y su colapso se debe más que todo a la crisis de los años ochenta y noventa, y al éxito de Alberto Fujimori. El éxito que demostró a la clase política -y a los otros que pensaban hacer política- de que se puede ganar (elecciones) sin partidos. Fujimori ayudó a consolidar otro modelo de hacer política, que es una política individualista.

Y con él surge el “autoritarismo competitivo” del que usted habla.Sí. Eso es otra cosa. Claro, en los años noventa la democracia peruana se muere, colapsa, y el régimen es un híbrido entre autoritarismo y democracia que nosotros llamamos “autoritarismo competitivo”. Y del libro que acabo de publicar sobre el tema, la idea nació acá. Estaba viviendo acá en el 97 y 98, durante la peor época del fujimorismo. Entonces, el concepto nació acá.

¿Y hay otros “autoritarismos competitivos” en América Latina desarrollándose actualmente?Sí. Nosotros estudiamos 35 casos en el mundo. La mayoría en otras regiones. La mayoría está en África, en el mundo post soviético, post comunista, pero en los noventa -el periodo que estudiamos- había algunos en América Latina. Perú, México, República Dominicana, Nicaragua, y actualmente han surgido nuevos casos. El más famoso: Venezuela. Creo que el régimen de Chávez es muy parecido al régimen de Fujimori en los noventa. Ecuador es un caso un poco más suave, pero también es un caso de “autoritarismo competitivo”. Y Nicaragua, en los últimos dos años, ha vuelto a ser un caso suave de “autoritarismo competitivo”. Es decir, sí hay casos.

Con la diferencia de que los gobiernos de Chávez y Correa son más tirados hacia la izquierda de lo que era Alberto Fujimori.Claro. Pero un tipo de régimen no tiene tanto que ver con ideología o política económica. Hubo en los años setenta regímenes militares de derecha y regímenes militares de izquierda. Puede haber regímenes autoritarios competitivos de derecha y también de izquierda. De hecho los hay. Por lo general, los regímenes militares de derecha han sido más represivos contra los sectores populares que (los) regímenes de izquierda, pero el régimen cubano -que es de izquierda- también ha sido bastante represivo y hasta violento.

Volviendo al Perú, esta campaña (municipal) que acaba de terminar, con Susana Villarán triunfante pírricamente -a las justas ha ganado la elección-, ¿qué permite visualizar hacia un futuro: un resurgimiento de la izquierda? ¿Ha sido el carisma de Susana Villarán el que la ha llevado al triunfo? ¿Fuerza Social se puede consolidar como partido?Yo diría que más que resurgimiento de la izquierda representa una posibilidad, una oportunidad. No es cien por ciento cierto que la victoria de Susana Villarán haya sido totalmente personalista. Los datos en la encuesta que recién publicó la Católica demuestran que los que votaron por Susana Villarán no solamente eran gente más pobre (sino) más crítica hacia el régimen y el modelo económico. La gente que decía que la democracia y el modelo económico funcionan bien, estaba más dispuesta a votar por Lourdes Flores. Y la gente que dice que no está beneficiándose del modelo económico estaba más dispuesta a votar por Susana. Eso sugiere que no es solamente una cosa de cuando Susana cae bien o hizo una buena campaña, también es un voto crítico hacia el modelo. Hay algo de izquierda ahí. Pero el electorado peruano no está muy girado a la izquierda. De hecho ha sido un electorado bastante conservador en los últimos años. Más que todo fue un voto en contra de Lourdes Flores, que cayó demasiado como “pituca” de derecha, y (fue) una campaña muy buena de parte de Susana Villarán -salvo la última semana, que fue un desastre-. Ella hizo una buena campaña, me sorprendió. Resultó ser una muy buena política. Sale bien en la tele. Aunque al principio no fue conocida en los sectores populares terminó cayendo bastante bien, lo que representa una oportunidad para la izquierda. La izquierda hace veintisiete años que no gana elecciones, hace más de veinte años que no es ni siquiera una fuerza electoral en el país. Hace una generación entera la izquierda no existe en este país. Salvo Humala. Entonces, el hecho de que ahora esté gobernando la ciudad más grande del país, la capital, representa la oportunidad de reconstruir la imagen de la izquierda y quizás reconstruir una organización partidaria. Pero es muy difícil. Ya sabemos el récord de los nuevos partidos en Perú: casi todos los que nacen en los últimos veinticinco años se mueren rápido. Si tuviera que apostar cien soles -lo haría con pena- apostaría en contra de Fuerza Social. Pero es una oportunidad. Eso sí.

¿Por qué cree que se habría manejado de una manera más inteligente la derecha peruana al tener estos partidos tradicionales mucho más constantes, mucho más longevos, y no como la izquierda que increíblemente se ha dividido en múltiples (movimientos políticos)…? Casi ni partidos, parecen sectas partidarias.Sí. No comparto totalmente la premisa de esa pregunta. Me parece que la derecha ha sido bien torpe en los últimos años. La derecha tampoco es muy fuerte. Acción Popular murió hace años. Hace décadas que Acción Popular no gana nada en ningún lado.

Con (Fernando) Belaúnde se murió.Sí. El PPC (Partido Popular Cristiano) recibe muchísima atención, no sé exactamente por qué. Lees los diarios limeños y pensarías que el PPC es una cosa importante. Todos los días sacaban “PPC hace esto…”. PPC es un partido regional que no existe fuera de Lima y que sabe hacer una cosa: perder elecciones. Siempre pierde. Jamás ha ganado una elección. Ya van dos generaciones. Y ha perdido feo. Perdió una elección el 2006 contra Ollanta Humala y Alan García. La derecha tiene muchísima suerte en las últimas décadas, en los últimos años. Ha tenido la suerte de que el mundo, en muchos sentidos, ha girado a la derecha. Y no olvidemos que la derecha perdió ante Alberto Fujimori el noventa. Eso es humillante. ¡Fujimori no era nadie! La derecha supo perder contra Fujimori, pero tuvo la suerte de que Fujimori decidió gobernar en la derecha. Alan García, lo mismo. García hizo una campaña de centro, muy brillante, en dos meses. Le gana a la derecha, pero después decide gobernar en la derecha. Toledo también le gana a la derecha, gobernó un poco más en el centro, pero con un modelo político-económico bastante favorable a la derecha. Entonces, la derecha no puede ganar, ha sido incapaz sistemáticamente de ganar, pero los que los vencen ganan por ellos.

¿Toledo no era parte de la derecha?
Yo no considero que Toledo (sea) parte de la derecha. Depende de cómo se define derecha. Sin duda Toledo mantuvo y profundizó el modelo económico actual en el Perú. Su gobierno económicamente era de centroderecha. Ahora se ha posicionado un poco más en el centro -él dice centroizquierda-. Pero las diferencias que Toledo tiene con sectores de derecha acá, son en otras dimensiones, no tanto en lo económico. Él ha sido en su gobierno un liberal político, nunca violó o amenazó seriamente derechos humanos, libertad de prensa. Su récord era bastante bueno.

Pero se llevaba mal con la prensa.
Bastante mal. Pero no utilizó los mecanismos de Fujimori -y, de cierto modo, García- para controlar o castigar a los medios que son independientes. El mejor momento para la libertad de prensa en este país fue entre 2000 y 2006. (Ahora) vemos casi cada semana otra amenaza. Un bloguero condenado…

(José) Alejandro Godoy.
…Radio (La) Voz de Bagua cerrado, suspendido. La derecha me parece que es, en este país, la derecha del aprismo, la derecha fujimorista, la derecha católica -de la Iglesia, de (Juan Luis) Cipriani, de gente como (Rafael) Rey Rey-. Esa derecha es bastante iliberal. Toledo es distinto, y creo que eso es muy importante. La derecha en este país es muy militarista, es casi la única derecha -salvo quizás Colombia- que he visto en América del Sur que rechaza totalmente el régimen internacional de derechos humanos. En Chile, Brasil, Argentina, es otra cosa. Aquí no. Hablar de derechos humanos es ser tildado de caviar, de izquierda.

Sí.
Toledo más o menos abraza el régimen internacional de derechos humanos. En ese sentido es distinto que la derecha.

Aparte, al Gobierno actual no le conviene mucho hablar de derechos humanos porque tiene ropa tendida (matanza de los penales).Por la razón que quiera, pero hay tres o cuatro facciones de derecha en este país que son bastante antiliberales.

¿Y cuál es la más peligrosa para 2011?Prediciendo no soy muy bueno. Yo, una vez, en la página de La República, creo que en (19)98, publiqué un artículo -cuando García todavía estaba en el exilio- diciendo que el APRA no podía seguir con García. Que si seguía con García como su líder, su candidato, jamás iba a volver al poder. Así que prediciendo no soy muy capaz.

Pero estamos en análisis.
Lo que me asusta es el fujimorismo, Keiko. Vine acá a finales de junio con la idea de que Keiko, el fujimorismo, tenía su piso electoral. Que es muy posible que llegue a segunda vuelta, pero que también tenía un techo muy bajo. Que el establishment, la clase media, la costa, no iban a apoyarlo. Y ahora estoy más preocupado que hace tres meses. Una gran parte de la clase media y media alta limeña está dispuesta a apoyarla. Una gran parte del establishment está muy dispuesto a apoyarla y me parece peligrosísimo.

¿Por qué cree que ahora se están poniendo las cosas a favor de la derecha que representa Keiko Fujimori?Más que todo, dos razones. Una: es tolerada por muchos sectores de poder, tiene varios medios (de comunicación) que la toleran o la apoyan, y también el Gobierno está entre apoyarla y tolerarla. La combinación de esto y el hecho de que tiene cierto apoyo popular por el rendimiento del Gobierno de (Alberto) Fujimori. El problema que ha tenido la derecha es que no puede ganar elecciones. Está muy bien entre los poderes fácticos, pero siempre pierde elecciones. Entre los sectores de derecha, Keiko es la más capaz de ganar elecciones.

A pesar de que tiene el handicap de su padre.
Sí. Hace cuatro o cinco meses pensaba que era un handicap, ahora es más complicado, es un beneficio. Debería ser más handicap.

Eso no habla bien de la sociedad peruana, para nada.
Todavía no creo que gane, pero tiene más posibilidad (de las) que yo había pensado hace seis meses.


Estados Unidos, inmigrantes, WikiLeaks y Decision Points
En Estados Unidos, ¿cómo ven los procesos políticos en Latinoamérica? ¿Los ven con un real interés desde el ámbito académico que usted representa -por ser de la Universidad de Harvard- o todavía los ven como el “patio trasero”? Que es un término un poco duro.Es más el segundo. Estados Unidos es un país grande. Tiene varios sectores y en cierto sentido el interés en América Latina está creciendo. Más que todo por la integración inevitable entre los continentes. El hecho de que cada vez más ciudadanos vienen de extracción latina -los padres o abuelos eran inmigrantes latinos-: ese sector de la sociedad tiene algo de interés en América Latina. El hecho de que los contactos económicos, por lo menos con algunos países, han crecido. Pero, en general, los gringos no suelen pensar mucho en el resto del mundo. Actúan como una gran isla, y cuando tienen que pensar en el mundo piensan en el mundo islámico, en el Medio Oriente, en la amenaza terrorista, en China.

Todo lo que sea peligro…
Claro.

…para ellos.Sí. Lo que importa: lo geopolítico, y segundo, lo económico. América Latina es una cosa buena, no puede competir con el Medio Oriente. No es peligroso para Estados Unidos, por eso no llama la atención.

Pero igual le impone la Ley de Arizona (a los inmigrantes).
A los inmigrantes, sí, y los inmigrantes es un tema muy fuerte. Normalmente es un tema más fuerte cuando hay crisis económica, y la crisis sigue siendo muy fuerte en Estados Unidos.

Todavía no se sabe cuándo va a terminar.
No, nadie sabe. Venir de Estados Unidos a acá es un cambio de día a noche, de noche a día. La actividad económica que existe acá: nada que ver (con lo que ocurre) en Estados Unidos, la gente está muy preocupada. Hay siempre una reacción muy fuerte dentro de la derecha. Es una especie de derecha populista en contra de la inmigración.

Y ahora, Dr. Levitsky, han aparecido en estos días (la presente entrevista fue realizada el lunes 29 de noviembre) nuevas revelaciones de WikiLeaks. Ha desclasificado 250 mil documentos de las embajadas de Estados Unidos en diversos países. Esto, ¿cómo puede afectar la imagen del Gobierno estadounidense?Van a intentar minimizarlo. Creo que todavía no sabemos (cuál) va a ser el impacto, pero sí va a ser negativo, en un sentido básico. La política exterior de cualquier país está llena de espionaje, hipocresía, decir una cosa y hacer otra, conspirar de cierta manera contra otros Gobiernos, países, buscar la manera de apoyar a los amigos y desprestigiar o debilitar a los enemigos. Es feo. Es una cosa que pasa en todos los Estados. Y más que todo pasa en los Estados poderosos, las grandes potencias. Si ves dentro de la política exterior de Rusia, China, Estados Unidos, Francia, lo que sea, es feo. Todos los países son más o menos iguales en ese sentido. Estados Unidos no es peor, pero lo estamos viendo desnudo. Estamos viendo la realidad y no la imagen. Y se ve feo. No es nada que sorprendería a un politólogo, no es nada que no exista en cualquier país del mundo, pero estamos viéndolo desnudo.

Claro. Inclusive están tildando de terrorista a WikiLeaks. ¿Eso no podría ser un exceso?Sí. Tenemos en Estados Unidos una derecha cada vez más radical. Se ha radicalizado con la amenaza terrorista. Ahora es muy fácil -como acá, también- tildar de terrorista.

Además, George W. Bush, ha publicado en su libro Decision Points (2010) que "sí, torturamos, lo hicimos". Uno sabe que estas cosas ocurren, pero decirlo de una manera tan abierta parece algo… Amnistía Internacional ya protestó ante esa confesión de Bush de que "sí, hemos torturado", y gracias a eso hemos evitado que ataquen embajadas de nuestro país o que ataquen (el aeropuerto de Heathrow y el distrito financiero de Canary Wharf) en Londres. Ahora, la opinión pública está mucho más sensible a todo esto.La opinión pública de…

Internacional.Sí. Pero al electorado gringo no le importa mucho la opinión internacional. Solo a un sector de la sociedad le importa mucho la opinión internacional. En cuanto a la tortura y los derechos humanos, la situación política en Estados Unidos tiene algo en paralelo con lo de Perú. En un país que ha sufrido cierta amenaza terrorista casi siempre hay cierto proceso de derechización, donde el público está dispuesto a tolerar abusos, violación de derechos humanos. Y un sector de derecha -no pequeño- dice: “Sí, tenemos que hacer todo lo posible para evitar la amenaza terrorista, para evitar otro ataque. Tortura, lo que sea”. Aquí, también.


Honduras no será otra Venezuela
Quería entrar un poco a los países en los que usted había vivido y había podido ver directamente la política y la realidad social. Por ejemplo, en Honduras, que ha sido una república bananera (durante la primera mitad del siglo XX) gracias a las compañías fruteras que llegaron de Estados Unidos y, luego, ahora último (en junio de 2009 el Gobierno estadounidense) apoya el derrocamiento de Manuel Zelaya. ¿Estados Unidos no apoya…?No, un sector no muy grande de derecha apoyó el golpe. El Gobierno de Estados Unidos no apoyó el golpe.

Porque la OEA protesta por el golpe y pide que lo restituyan (a Zelaya), Naciones Unidas también protesta y pide que restituyan a Zelaya, pero (los Estados Unidos) no permiten que Zelaya vuelva y dejan a Micheletti ahí (cables desclasificados de WikiLeaks señalan que la embajada estadounidense en Tegucigalpa estaba bien enterada de la inconstitucionalidad e ilegitimidad en el poder de Micheletti).Micheletti no se va. La élite hondureña tuvo el… Cuando digo élite, digo los dos partidos políticos, los militares, la prensa, los empresarios. La élite estaba bien unificada detrás del golpe y en contra de la vuelta de Zelaya. Y Estados Unidos, es cierto que no hizo todo lo posible, no hizo un bloqueo estilo Cuba, pero sí suspendió la ayuda, la asistencia, amenazó, estuvo con la gran mayoría de los países latinoamericanos condenando el golpe, puso presión diplomática, y fracasó. No pudo. Hubo un conflicto interno en el Gobierno. Porque el Gobierno de Obama era nuevo y algunos de los appointments de Obama en América Latina estaban siendo bloqueados en el Congreso por los republicanos. Y los republicanos básicamente hicieron chantaje. Porque ahí la derecha republicana apoyó el golpe. Era una manera de combatir el chavismo y dijeron que iban a bloquear los appointments y las denominaciones de Obama si cruzaba una línea en apoyar a Zelaya. Pero es una hipocresía, creo, condenar las intervenciones de Estados Unidos y después condenar a Estados Unidos por no intervenir suficientemente en el caso hondureño. El Gobierno de Obama se opuso al golpe y tomó más medidas que otros países. Claro, Chávez amenazó mandar su ejército y hacer la guerra, pero es una estupidez. Entonces, creo que no es cierto que Estados Unidos apoyó el golpe. El golpe se hizo y la comunidad internacional -incluyendo la OEA, que fue un desastre- falló en su respuesta. No pudo bloquearlo.

¿Y sería verdad esta versión de que a Zelaya lo sacan del poder, del Gobierno, porque estaba haciendo medidas muy favorables para la población, como dar matrículas (escolares) gratuitas en primaria y subir en 60% el salario mínimo vital en su país? Que gracias a esto es que lo derrocan, ¿o hay otra explicación?Yo creo que el hecho de que estaba rompiendo la ley y amenazando hacer una reforma constitucional para prometer la reelección, abiertamente en contra de lo que dijo la Corte Suprema, también ayudó. Si Zelaya se hubiera mantenido dentro del marco constitucional hubiera sido mucho más difícil hacer el golpe. Seguramente en un país tan conservador como Honduras su giro a la izquierda sí ayudó a provocar el golpe. Pero la amenaza de concentrar el poder más o menos al estilo de Chávez y Correa, y hacerlo de una manera no cien por ciento constitucional, abrió el camino para el golpe.


Nicaragua: “Fuente de mi interés en América Latina”
Yendo a otro país donde usted vivió, Nicaragua, que es -de repente- uno de los más conflictivos que hay en Centroamérica, …Sí.

…¿entre qué años vivió usted en Nicaragua?Yo estuve ahí en el 88, el 89, después volví para las elecciones del noventa, y estuve una vez en el 91. Entonces, varias veces, entre finales de los ochenta y principios de los noventa, en los últimos años de la revolución sandinista y durante la transición.

¿Cómo percibía la sociedad nicaragüense toda la dinastía de los Somoza, que gobernaron cuarenta y cinco años en el país? Después salió el Frente Sandinista de Liberación Nacional (que ayudó a terminar dicha dinastía en 1979, obligando a renunciar al dictador Anastasio Somoza Debayle). Analizando políticamente, uno ve una sociedad muy encontrada.
Es una mezcla. Nicaragua es un país muy chiquito. Cuando yo estaba ahí tenía tres millones y pico de habitantes. Es un país pequeño, pobre, con bajo nivel de educación, que antes de 1979 no tenía ni un día de experiencia con la democracia. 150 años de autoritarismo e inestabilidad. Entonces, no tenía tradición democrática. Después vienen dos cosas importantes. Una es la revolución: no transformó la sociedad como los sandinistas querían, pero sí tuvo impacto sobre gran parte de la sociedad, en una generación que vio que se pudo hacer política de otra manera -tampoco muy democrática, pero mucho más participativa, antioligárquica-. Tuvo un impacto -que es difícil medir- antiautoritario en la cultura política. Después, otra cosa -más que todo en los últimos veinticinco, treinta años- es la globalización. La cantidad de nicaragüenses que han vivido en Estados Unidos o que tienen familia viviendo en Estados Unidos es enorme. Entonces, los lazos que existen ahora entre Nicaragua y Estados Unidos, también tienen un impacto sobre cómo piensa la gente. No creo que sea la misma cultura política de la sociedad que existía hace cuarenta y cincuenta años, que sí parecía algo de un país tradicional del siglo diecinueve. Ahora ha cambiado mucho. Sigue siendo muy pobre, un país con instituciones democráticas muy débiles, alto nivel de inestabilidad y conflicto político, pero la sociedad ha cambiado mucho.

En su momento tenía la atención internacional política por este encuentro Este-Oeste, el apoyo ruso por una parte y el apoyo de Estados Unidos por otra.Por eso fui yo. Sí. Fui cuando era universitario, porque yo era activista contra la política exterior de (Ronald) Reagan en Centroamérica. Trabajaba en contra del apoyo que Estados Unidos daba a la contrarrevolución y quería ver por mí mismo la revolución sandinista. La revolución nicaragüense tuvo un (fuerte) impacto en mi generación, (como el) que la revolución cubana tuvo en una generación de académicos. Muchos latinoamericanistas en Estados Unidos empezaron a estudiar a América Latina con la revolución cubana -una generación mayor que la mía-. La ola generada por la revolución nicaragüense fue más chiquita, pero yo formé parte de eso. Fue la fuente de mi interés en América Latina.

Gracias a Nicaragua usted se volvió latinoamericanista.Sí. Sin duda. Así es.


Argentina rechaza hoy el militarismo y el autoritarismo
Yendo a Argentina, otro país donde usted también ha vivido, ¿cuál es la realidad argentina, que ha sido muy militar, sobre todo en sus Gobiernos? ¿Cuál es la realidad argentina que usted vio cuando estuvo ahí en los años noventa?Ha cambiado mucho porque entre mi periodo ahí y ahora. Pasó la peor crisis de la historia el 2002. Argentina ha cambiado.

Ha publicado libros sobre Argentina.
Sí. Dos libros sobre Argentina. Es el país latinoamericano que más conozco y que, en muchos sentidos, más quiero. He vivido ahí casi dos años. Y me muero cada vez que pierden en el Mundial.

Ja, ja…Argentina ha cambiado mucho en algunos sentidos y no en otros. En el militarismo ha cambiado dramáticamente. Los argentinos tienen un rechazo hacia los militares que existe en pocos países en América Latina. Totalmente distinto a acá. La gran mayoría de argentinos jamás querría un golpe militar bajo cualquier circunstancia. Y de hecho vivieron lo peor dos veces: hiperinflación de (19)89, no hubo golpe. Cayó al abismo el país el 2001, 2002, no hubo golpe militar. No lo quieren. Y en cuanto al apoyo a la democracia, Argentina no está como Uruguay y Costa Rica, pero está en el segundo nivel en cuanto a apoyo popular hacia la democracia. Mucho más alto, por ejemplo, que Perú. La última dictadura, de (Jorge Rafael) Videla, fue tan horrible que marcó no solamente a la generación viviéndola sino a sus hijos. La sociedad ha cambiado de una manera permanente en su rechazo hacia los militares y el autoritarismo. Eso es un cambio dramático.

Las Madres de (Plaza de) Mayo siguen teniendo una presencia enorme en Argentina.Sí. Yo diría que los movimientos de derechos humanos, en general. Eran mucho más fuertes en los años ochenta. Se debilitaron un poco en los noventa y ahora no son lo que eran antes. Las Madres son un símbolo importante, pero no tienen un peso muy grande en la política actual. Tuvieron un papel, en los ochenta, muy importante en la transformación de la futura política argentina. Ha sido un cambio dramático.

Los Kirchner estabilizan Argentina (tras la crisis financiera), pero ahora están un poco amenazando la libertad de expresión, la libertad de prensa.Sí. No creo que tengan mucho éxito. Y vamos a ver qué pasa con Cristina ahora, sin Néstor. Pero sí han amenazado la prensa. La prensa independiente en Argentina es muy fuerte. La sociedad civil es muy fuerte. Los anticuerpos liberales son bastante fuertes. Me preocupa mucho lo que han hecho los Kirchner en los últimos dos años, pero no han tenido mucho éxito. Ha sido más amenaza que hecho. Confío más en los anticuerpos, la defensa que existe en la sociedad de los derechos básicos allá que acá. Lo veo más precario en Perú que en Argentina.

¿Por qué Argentina siendo un país con tantos recursos se demoró muchísimo para (progresar)…? ¿La corrupción no ha dejado que Argentina sea la potencia que debería haber sido hace mucho más tiempo?Esa es una pregunta que mucho ha (calado) entre argentinos y argentinólogos: ¿cómo se jodió la Argentina?

Parafraseando a Zavalita (personaje principal de Conversación en La Catedral (1969) de Mario Vargas Llosa).Exactamente. Yo diría que la corrupción en los últimos cinco, siete años, ha sido bastante mala. En los últimos treinta, cuarenta años, ha sido mediana. Argentina tiene corrupción, pero no es mucho peor que México, Brasil, India, China. Se puede crecer con los niveles de corrupción que tiene Argentina. No creo que sea la causa principal. Una causa muy importante -estoy cada vez más convencido- es la debilidad de las instituciones. Y la corrupción viene de ahí. Pero las reglas del juego económico y político han sido muy débiles desde los años treinta. Débiles en dos sentidos: un sentido, que es muy inestable. Cada vez que cambia el Gobierno, cada vez que hay una crisis, se cambian las reglas. Se tira todo al aire y cambian las reglas. Y no se cumplen. Hay muchas reglas que no se han cumplido.

No hay respeto por el juego democrático.Las instituciones más básicas de la democracia desde el 83 (cuando Raúl Ricardo Alfonsín asume la presidencia) sí se cumplen. Pero las reglas de, por ejemplo, (que) el presidente no debe sacar los jueces de la Corte Suprema… Todos los Gobiernos han sacado jueces de la Corte Suprema. Es una violación de las reglas. Es una cosa constante en la política argentina. La debilidad en cuanto a las instituciones económicas y políticas ha sido la causa principal de su bajo rendimiento económico y político de los últimos sesenta años.


América Latina de cara al futuro: dos bloques

Dr. Levitsky, ¿cómo ve el futuro de América Latina, tanto a nivel económico como político? Tenemos un bloque muy grande y poderoso que es la Unión Europea, tenemos a Estados Unidos por otro lado, tenemos a China que cada vez está más fuerte. ¿Cómo ve el futuro de América Latina dentro de este contexto internacional?Es como siempre difícil predecir cómo va a ir cambiando el sistema internacional. Hay muchas variables que no se pueden predecir. No sabemos, por ejemplo, si el boom de exportación generado por la demanda de China y de India va a seguir para el mediano plazo o no. Eso afecta mucho. Yo básicamente veo dos América Latina. Soy muy optimista en cuanto a algunos países: Chile, Costa Rica, Uruguay, Brasil. Y, a pesar de toda la crisis tremenda con el narcotráfico y la violencia, soy optimista sobre México. Esos países tienen economías que más o menos funcionan y tienen instituciones políticas fuertes. Son democracias consolidadas. Argentina, creo que va a llegar ahí. Los países centroamericanos y andinos: soy mucho menos optimista. Creo que hay cierta estabilidad en algunos países como Perú, por el crecimiento económico, pero el Estado sigue siendo muy débil, las instituciones políticas siguen siendo muy débiles. Y no te puedo decir con seguridad que si la economía baja a uno, dos por ciento, por algunos años, no va a haber otro episodio populista acá. La debilidad de los Estados, los partidos, las instituciones, en países como Ecuador, Bolivia, Perú, Honduras, Guatemala, Paraguay, Nicaragua, me lleva a más pesimismos sobre el futuro. No creo que hayan llegado a un punto donde podamos decir que la economía está consolidada, que la democracia está consolidada.

¿Entonces, el primer mundo está lejos para América Latina, todavía?
Creo que está lejos de Perú. No está tan lejos para Brasil, Uruguay, Chile y, de repente, México. Aunque México enfrenta algunos problemas serios en el corto plazo. Estos países van muy bien. La democracia está consolidada y, con todos sus problemas, sí están en camino hacia donde estaban los países del sur de Europa hace treinta, cuarenta años.

Países desarrollados.
Sí, llegando ahí. De hecho, (con) los países más grandes de América Latina soy muy optimista, pero (con) los países andinos y sudamericanos, vamos a ver. El problema de la debilidad del Estado es muy fuerte.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Florence Jaugey


“Tener este potencial de juventud es como tener petróleo”


Entrevista y foto por Gianmarco Farfán Cerdán


De porte elegante, voz firme y maneras suaves, la cineasta francesa Florence Jaugey (Niza, 1959) ha marcado un hito cinematográfico en Nicaragua –su país adoptivo-: tras veinte años sin que dicha nación produzca cine de ficción ella ha estrenado La Yuma (2009), la historia de una joven boxeadora con muchas dificultades que enfrentar en su vida. Antes de este largometraje, la directora, guionista y productora gala había dirigido documentales y cortometrajes como Historia de Rosa (2005), La isla de los niños perdidos (2001), El día que me quieras (1999), Cinema Alcázar (1997) –que le hizo ganar un Oso de Plata en 1998 en el Festival Internacional de Cine de Berlín-, entre otros. Jaugey compitió con La Yuma en el XIV Festival de Lima. A nivel internacional, la cinta ha obtenido diversos premios. Entre ellos, el Premio Especial del Jurado en el Festival de Gramado (Brasil), y dos a Mejor Ópera Prima: en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano (Cuba) y el Festival de Guadalajara (México). Alma Blanco, la combativa protagonista del film, ha ganado cinco premios a Mejor Actriz en festivales de Francia (Marsella), España (Málaga), Brasil (Gramado), Colombia (Cartagena) y México (Guadalajara). Y Eliézer Traña -quien personifica a Yader, en cuyo gimnasio entrena Yuma- consiguió el premio a Mejor Actor de Reparto en el Festival de Cartagena. A pesar del notable éxito de La Yuma -que incluso ha llevado a Nicaragua a postularla como candidata al Oscar a Mejor Película Extranjera del año 2011-, su directora nos explica lo mucho que le costó terminar este emotivo film en un país donde no existe industria cinematográfica, pero sí muchos problemas para la juventud. Los mismos que sufre y enfrenta Yuma desde la primera escena.

Mucho gusto de que esté usted acá. Quería empezar preguntándole: ¿cuánto de La Yuma tiene Florence Jaugey, ya que después de veinte años se realiza la primera película de ficción en Nicaragua y hay que tener mucha voluntad para eso?
Yo creo que si algo tengo de La Yuma es eso: la tenacidad y la voluntad. Me tomó diez años realmente montar la producción de esta película. La filmamos en treinta y dos días -un tiempo relámpago- porque no teníamos mucha plata, pero fueron diez años buscando fondos. Obviamente, durante esos diez años no solamente hice eso. No. He realizado muchísimos documentales. Me he nutrido de muchas cosas profesionales y experiencias humanas. El conocimiento de mi oficio también me ha ayudado muchísimo a la hora de tener que filmar La Yuma.

¿La Yuma es el reflejo de la realidad de la Nicaragua actual?
Creo que sí. Al menos esa fue la intención y -en un cierto sentido- está lograda, según los ecos y la retroalimentación que tengo del público, en general. Cuando la película se presentó en Nicaragua hubo una identificación increíble de parte del público nicaragüense con la película, con todos los personajes, con la forma de hablar, de ser. Por fin sintieron que su propia imagen, su propia realidad, tenía suficiente valor como para estar reflejada en una pantalla grande.

Más del cincuenta por ciento de la población joven de Nicaragua tiene menos de treinta años. ¿Cuál es el riesgo para la juventud con las pandillas que hay y (que) usted refleja en su película?
Lo que me motivó en realidad, al inicio, (es que) yo quería hablar de un Nicaragua contemporáneo. Un Nicaragua que no tenía que ver con la revolución, con la guerra, con temas que ya se habían abordado de Nicaragua. Era importantísimo enfocar la película hacia la juventud, en el sentido –justamente como dices- de que son la mayoría de la población y tienen muy pocas oportunidades. Por eso integré al guión un personaje de clase media. Los que sí no aparecen son la oligarquía, las clases altas, porque (para) los jóvenes de extracción popular es extremadamente difícil salir adelante. Tienen muy pocas oportunidades desde un inicio porque hay una educación muy mala, poco accesible, y la formación de ellos es nula o prácticamente cero. Para la clase media también (está) el personaje del novio de Yuma: un estudiante universitario que está terminando su carrera de periodismo y tampoco la vida es color de rosa (para él). Se siente que hubo mucho sacrificio de parte de la familia para que pueda llegar ahí. Y después, ¿en qué va a trabajar? Era muy importante enfocar ese sector de la población, porque la juventud no es solamente el futuro, es el presente. Yo soy originaria de Europa, donde la población es muy vieja. Tener este potencial de juventud es como tener petróleo. Es tener una fuerza de trabajo, algo que te puede levantar un país. Desgraciadamente, no se potencia a esa fuerza de inteligencia, de economía.

¿Eso significa que no hay políticas de Estado hacia la juventud?
Hay políticas, pero en palabras, a la hora de las elecciones. Pero eso es común en el mundo entero, no solamente en Nicaragua. Creo que en Perú pasa la misma cosa y hasta en los países desarrollados. Hay grandes palabras (discursos), especialmente en América Latina. En momentos de las elecciones se prometen mil cosas: campañas totalmente superficiales. Solamente para que las cifras estén diciendo: “Tantas personas ingresaron a no sé cuántos centros de enseñanza”, y eso no cambia nada.


De actriz en Francia a directora en Nicaragua

Siendo usted francesa, ¿cómo llega a Nicaragua y por qué se queda tantos años a vivir allá?
Yo llegué en el 83. Era actriz, hice un casting en París para trabajar en una coproducción entre Cuba, Francia y Nicaragua. Era la adaptación de El Señor Presidente, la novela de Miguel Ángel Asturias. Fui a filmar a Cuba y a Nicaragua el 83, en plena revolución sandinista. Me quedé totalmente impactada por ese momento histórico que estaba viviendo el país. Decidí volver a dar un taller de actuación, a hacer diferentes cosas culturales -de forma puntual-, hasta que trabajé en un documental y me enamoré del camarógrafo, ja, ja, ja, que es mi esposo, que está aquí, que hizo la cámara de La Yuma.

¿Es Frank Pineda?
Frank Pineda. Decidí quedarme. Juntos montamos una productora de cine y hemos producido de forma independiente muchísimos documentales y cortos. Y ésta es nuestra primera ficción.

A través de Camila Films, que es su productora. ¿Ha basado la filmografía de su productora en Nicaragua?
Sí. A partir del momento que vine para Nicaragua pasé del otro lado de la cámara. Dos documentales, dos cortometrajes, me escribí un papelito para actuar, ja, ja. Ya después pasé totalmente del otro lado.

Hay documentales que usted ha hecho que me llamaron la atención. Cinema Alcázar, por el que gana el Oso de Plata en Berlín el año 1998. Me pareció muy interesante la historia: una mujer llamada Rosa vive en un cine que fue destruido por un terremoto, pero ella nunca ha visto una película. ¿Cómo encontró a esta protagonista y qué otras cosas pasan en el cine, aparte de que viva Rosa?
Cinema Alcázar es una historia increíble. Es una ficción, en realidad. Cuando Ken Loach vino a filmar a Nicaragua La canción de Carla nos dejó los sobrantes de rollos de película de treinta y cinco milímetros. Lo que le llaman short ends, que son pedacitos que no se usan en un largometraje porque el riesgo es que la película se termine durante la escena, entonces los descartan. Pero es película virgen. Y nos la regaló. Con eso dije: “Vamos a hacer una película con esos tuquitos de película”. Teníamos un montón de dificultades técnicas. Uno: no podíamos usar planos secuencias, planos largos, porque hacíamos la claqueta y ya se había ido la película. Dos: no teníamos cámara silenciosa. Teníamos una cámara que hacía un ruido que parecía una máquina de coser. No podíamos hacer sonido directo. Y este cine yo lo conocía: Frank me lo había enseñado. En medio de Managua era -ya lo destruyeron- una ruina a cielo abierto. Toda esa ruina, después del terremoto del 71 -por ahí- fue ocupada por gente que no tiene casa. Hay huequitos que eran baños o la cabina de proyección. Ahí vivían familias. Entonces, decidimos hacer como un día en la vida del cine, con las familias que estaban viviendo ahí. Obviamente, sin sonido, porque no podíamos. Con escenas muy cortas. Con todas estas limitaciones técnicas que teníamos trabajamos con la gente allá. Solamente reflejando su realidad y después escribimos un comentario sobre el tema.

¿Los habitantes de este cine no estuvieron reacios a que los filmaran?
Sabían que los estábamos filmando. Todo es una cuestión de confianza. Eso hay que trabajar: qué vínculo establecer con la gente. Además, como era una ficción, tenían que volver a hacer las cosas varias veces. Necesitamos trabajar en complicidad.

¿Y en cuánto tiempo concluyó este proyecto antes de presentarlo?
Filmar: cuatro días. Dura diez minutos la película y teníamos muy pocos trocitos de película. Filmamos en cuatro días y después pasamos un año buscando la plata para terminar eso. Todas esas películas de ficción se hicieron un poco como La Yuma, con esa misma dificultad: no hay financiamiento y tiene que adaptarse a la realidad que hay para sacar la película.

Pero es su carta de presentación a nivel internacional, Cinema Alcázar.
Sí, porque ganó el Oso de Plata. A nivel centroamericano fue uno de los premios más importantes que se había ganado. Pero no creas, yo pensaba justamente (que) después de Cinema Alcázar iba a hacer mi largometraje. Dije: “Me gané un Oso, en tres años saco mi largo”. Me costó diez años.


De niños perdidos y jóvenes en las cárceles

También me llamaba la atención La isla de los niños perdidos. De diez jóvenes presos que participan en un taller de video dentro de la cárcel más grande de Nicaragua. ¿A ellos les dan opción de participar en el taller?
Ahí es diferente porque la cárcel es un lugar con mucha seguridad, militarizado, con una disciplina muy marcada. Tienes que trabajar con las autoridades del centro penitenciario. ¿Qué hicimos? Al momento que nos dieron la autorización de filmar trabajamos muy estrechamente con ellos y el departamento de educación penal. Nos propusieron las personas que ellos decidieron, por buena conducta. Nos presentaron cien jóvenes y nos dieron los expedientes. Yo abría el expediente y veo “asesinato atroz”. ¡Ay! Cerraba (ríe). Pero después decidí no mirar los expedientes, solamente ver las personas para no estar influenciada por el delito que había ahí. Platicar con ellos y ver la motivación de participar en el taller. De los cien elegimos diez. Después abrí los expedientes. Cuatro estaban por “asesinato atroz”.

Eran pandilleros antes.
Todos. Menos uno que estaba por un accidente de vehículo. Salió durante el taller. Pero todos estaban ahí por problema de pandillas. Por eso lo de La isla de los niños perdidos. Desde un inicio viven en medio de violencia. Es su forma de ser, de vivir. Cuando te cuentan cómo mataron a la gente, te das cuenta que ellos en sí no son así, pero es una violencia heredada y que viene de mucha droga. También están como más allá del bien y el mal. Es realmente terrible. Fue un trabajo muy interesante porque se involucraron muchísimo. Para ellos, a nivel de autoestima, fue enorme. Era la primera vez que se les daba la confianza, la primera vez que hacían un trabajo de un inicio hacia un final. Porque no saben hacer nada, nunca hicieron nada, nunca trabajaron. Solamente fueron vagos, delincuentes. Pero el hecho de haber realizado algo y decir: “Mire, yo hice eso. Soy yo el realizador de esa cosa”, era para ellos algo increíble.

¿Estos diez jóvenes hicieron una filmación?
Sí. Nosotros filmamos y ellos también. Realizaron cada uno un documentalito sobre un tema que escogieron. También se turnaron para ser camarógrafo de otro, para aprender a trabajar en grupo. Al momento de elegir, también por eso queríamos estar con los del centro penitenciario: porque había que tener mucho cuidado sobre los pleitos entre pandillas. Si había problema (de) que uno era de una pandilla que estaba en pleito con otra, no los podíamos poner juntos porque iba a terminar en desastre. Cuidamos todas esas cosas. Tres meses trabajamos con ellos. Muy interesante, muy instructivo. La mayoría de ellos todavía están allá porque son los que tenían veinte, treinta años de cárcel por delitos muy graves. A los que tenían delitos menores les pusimos abogados para agilizar el proceso. Algunos salieron, a unos los pusimos a trabajar con nosotros -al mes regresaron a la cárcel porque se volvieron a meter en problemas-. Es bien complicado, porque el problema es el seguimiento. Una vez que salen y...

La reinserción social.
La reinserción. La cárcel lo que te da es una disciplina increíble. Regresan a su casa y de nuevo (delinquen). Porque son niños mimados. Nadie les dice nada. Además, como estaban presos, cuando regresan (a sus hogares)… El consejo que les dimos es que no regresen al barrio, que se vayan a otro lado. Pero se aburren y las familias dicen: “No, vení para acá”. Y empiezan los pleitos entre pandillas y luego los pleitos en la calle.

Vuelven al lugar donde nunca se sintieron bien y van a recaer.
Claro. Lo que fue muy interesante con ellos es darles esta disciplina, diciéndoles: “Ustedes tienen una responsabilidad. Si ustedes no cumplen, todo el proyecto se cae”. Y lo asumieron muy bien. Era la primera vez que entraban en un ambiente laboral, de cierta forma. Pero nosotros no somos una estructura que los podamos acompañar siempre. A mí me ha encantado, pero…

Eso le correspondería más al Estado.
Sí. Nosotros somos cineastas. Moralmente nos sentíamos comprometidos con ellos. A algunos les fue bien, a otros...


La Yuma no tendrá final de telenovela

Volviendo a La Yuma: ¿cómo siendo Alma Blanco una bailarina profesional terminó como protagonista del film? Y encima como boxeadora. Una bailarina tiene movimientos coordinados y suaves, frágiles. En cambio, una boxeadora es toda ruda, agresiva.
Claro.

En verdad parece una boxeadora.
Sí. Es que Alma, primero, tiene un talento increíble. Es una persona que en la vida real tiene mucho que ver con La Yuma, además. Realmente escribí el papel pensando en ella. La conozco desde hace mucho tiempo. El hecho de ser bailarina le permitió justamente imitar -porque ella no es boxeadora- totalmente los gestos. Como una coreografía. Aprendió a boxear como una bailarina. Para ella era una coreografía. Y quién mejor que una bailarina puede hacer eso. Porque tiene un dominio de su cuerpo que no tiene otra persona. Cualquier otra no puede. Hemos hecho casting con boxeadoras y actrices. Y no. Era ella, definitivamente. Ha ganado cuatro premios de interpretación como mejor actriz hasta la fecha. Realmente es un talento, un potencial enorme.

Y todavía falta ver si se lo gana acá, en el Festival de Lima.
Se lo deseo, porque se lo merece.

También me pareció muy interesante que ella se estuvo preparando -dice- tres meses en Italia, antes de filmar en Nicaragua. Hasta le pusieron un entrenador durante quince días: el Polvorita.
Es el que está en la película. Está haciendo su propio papel en la película. Polvorita es un entrenador nicaragüense. Ella trabajó en un gimnasio en Italia, porque vive en Italia. Es nicaragüense, pero se casó con italiano y vive en Italia. Cuando llegó (a Nicaragua) Polvorita la agarró todos los días, incluyendo domingo y todo. En tres semanas sacó una boxeadora, entre los dos. Digo “lo hicieron” porque ella aportó mucho. Es muy difícil el boxeo, muy duro. Es un entrenamiento muy fuerte y la volvió realmente para eso. Él es entrenador de muchos jóvenes, históricamente. Es un entrenador muy conocido en Nicaragua y es el primero que incursionó en el boxeo femenino.

¿Quiere seguir haciendo películas de ficción? O, por todo lo que le ha costado: ¿prefiere probar otros géneros? ¿Seguir con el documental?
Ahorita quisiera pasar a un documental. Esto me daría tiempo y lugar para escribir la ficción. Necesitamos trabajar, nosotros vivimos de eso. A la película le ha ido muy bien en festivales, estoy viajando mucho y acompañando la película -que también es parte de mi trabajo-, pero no es la parte creativa. Entonces, me tengo que organizar un poquito para encontrar ese huequito para sentarme a escribir y entrar en un proceso creativo. Ojalá me aprueben pronto el proyecto de documental: es mucho más fácil de incrementar el presupuesto. Mientras esté filmando y editando este documental voy a poner en marcha el largometraje de ficción que tengo pensado. Tiene un argumento, pero hay que trabajarlo, y va a ser varios años. Pero sí quiero hacer otro (largometraje).

¿No le provoca en algún momento, más adelante, hacer una segunda parte de La Yuma?
Todo el mundo me dice eso. Es terrible.

Hay partes que no se han resuelto del film.
Todo el mundo quiere un final cerrado. Todo el mundo quiere que termine como una telenovela, ja, ja. Tengo cantidad de quejas sobre el final, no te imaginas. En la página de Facebook de la película hay 7 500 fans. Es impresionante lo que hay. Todos me dicen: “¿Cómo que ella termina en un circo? ¿Y por qué no se casa? ¿Y por qué no se hace boxeadora? ¿Cuándo habrá parte dos?”. Es tremendo. No habrá La Yuma 2. Habrá otra película.

Muchas gracias por la entrevista y le deseamos el mayor de los éxitos a La Yuma. Esperemos que haya más cine nicaragüense en los próximos años.
¡Oh, sí! Esperemos que dentro de dos años otras personas puedan sacar otra película. Ojalá.

Muchas gracias.
Gracias.

lunes, 18 de octubre de 2010

Kirmen Uribe


“Yo, sin escribir no soy”

Entrevista y foto por Gianmarco Farfán Cerdán

Kirmen Uribe (Ondarroa, Vizcaya, 1970) es un poeta y narrador español del País Vasco. Publicó en 2001 el poemario en euskera Bitartean heldu eskutik (Mientras tanto dame la mano), que fue galardonado con el Premio Nacional de la Crítica en 2003 y luego traducido al castellano, inglés y francés. Su versión inglesa fue premiada por el PEN American Center como finalista a mejor libro de poesía traducido al inglés el año 2007 en EE. UU. El año 2003 publicó el poemario Zaharregia, txikiega agian-Una manera de mirar-Too Old, Too Small, Maybe en euskera, inglés y castellano, con estupendas ilustraciones de Mikel Valverde. También ha publicado Bar Puerto (2001, CD-libro), Garmendia Errege (2004) -por el cual obtuvo el Premio Liburu Gaztea 2006-, Guti (2005), Portukoplak (2007), entre otros. Por su novela Bilbao-New York-Bilbao (2008), Uribe ha recibido en 2009 el Premio Nacional de Literatura en su modalidad Narrativa, el Premio Nacional de la Crítica 2008, el Premio de la Fundación Ramón Rubial a la obra artística del año 2008, y el Premio del Gremio de Libreros de Euskadi. The Harvard Book Review ha dicho sobre la obra del autor vasco: "La literatura de Uribe hunde sus raíces en el País Vasco, pero es totalmente universal”.

Licenciado en Filología Vasca en Vitoria (País Vasco), Uribe ha cursado estudios de postgrado de Literatura Comparada en Trento (Italia). Asimismo, ha participado en encuentros internacionales de literatura en Asia, América y Europa; y la prestigiosa revista The New Yorker publicó en 2003 su poema Maiatza (Mayo). Además, ha traducido a Raymond Carver, Sylvia Plath, Anne Sexton, Mahmud Darwish y Wislawa Szymborska. Uribe vino al Perú invitado por el Centro Cultural de España para dar un taller literario a quince aplicados alumnos escritores durante una semana y ofrecer la emotiva conferencia Como las grabaciones de aquel naturalista.

Siendo hijo de pescadores, ¿cómo así empieza tu interés hacia la literatura?Los puertos son sitios llenos de historias, muy enigmáticos, misteriosos. Uno, cuando tiene delante el mar le surgen muchas ganas de saber, viajar. Esa inquietud por vivir la vida. La gente marina no es muy apegada a la vida ordenada -un poco convencional-, sino que el marino quiere buscar. Tiene un criterio de estar y viajar. Los puertos siempre han sido lugares de historias y ese es mi caso. Es por eso que antes de ser escritor yo era oyente de historias. Me gustaba mucho escuchar historias y ahí nació esta vena.

¿Crees que si no hubieras estado cerca a un puerto hubieras sido escritor?Tal vez no. En un puerto se da cita mucha gente. Hay gente de fuera que viene. Es muy importante eso. En un puerto hay gente de diferentes países, se escuchan muchas lenguas diferentes. Personalmente, me ha enriquecido eso. En mi pueblo siempre ha habido latinoamericanos, gente de Andalucía, de Galicia, ahora de Senegal. Eso enriquece mucho a una persona.


Bilbao
Los peces y los árboles se parecen.
Se parecen en los anillos. Si hiciéramos un corte horizontal a un árbol veríamos sus anillos en el tronco. Un anillo por cada año transcurrido, es así como se sabe la edad del árbol. Los peces también tienen anillos pero en las escamas. Y al igual que sucede con los árboles, gracias a ellos sabemos cuántos años tiene el animal.
Los peces nunca dejan de crecer. Nosotros no, nosotros menguamos a partir de la madurez. Nuestro crecimiento se detiene, y los huesos comienzan a juntarse. El cuerpo se encoge. Los peces, sin embargo, crecen hasta que se mueren. Más rápido cuando son jóvenes y, a partir de cierta edad, más lentamente, pero sin dejar nunca de crecer. Y por eso tienen anillos en las escamas.
De la novela Bilbao-New York-Bilbao (2009) de Kirmen Uribe.


Tu novela Bilbao-New York-Bilbao comienza con una comparación, un paralelo entre los peces y los árboles.Sí.

Ahí también sigue el hijo y nieto de pescadores.Je, je. Sí, la verdad es que hay muchas cosas que se parecen en la vida. Y esa frase puede resultar chocante, puede resultar como “los peces y los árboles se parecen”, pero en qué, ¿no?

Es muy curiosa.
Es para crear una pregunta al lector. Dos cosas que realmente no tienen mucho parecido en realidad, pero sí. Toda la novela está llena de relaciones entre cosas aparentemente muy lejanas entre sí, pero que luego se juntan. La novela tiene ese espíritu de querer entender al otro, entender lo ajeno, lo desconocido, y ponerlo en comunicación. Esa frase, primero, habla de la esencia marina del libro, pero también de esa voluntad de querer comprender, de querer conocer.

¿Cómo así pudiste tomar distancia del narrador-personaje autoficcionalizando la propia historia de tu familia? Es un poco difícil a veces tratar de no ser muy sentimental cuando uno habla sobre su familia en una novela.Sí, pero era necesario. La autoficción era necesaria. No escribir un libro autobiográfico, no caer en las emociones fáciles, en las visiones cerradas, en los odios, en los miedos que tiene cada uno. El tono del narrador es muy tranquilo. La autoficción era necesaria porque, al final, cuando uno hace autobiografía el lector realmente tiene la sensación de estar leyendo un libro de Kirmen Uribe, pero cuando se lee esta novela no. Kirmen es un personaje más dentro de la novela. Es como democratizar la imagen del autor. Ponerlo a la misma altura del lector.

Aparte de las referencias marinas también hay referencias pictóricas. Hay muchos pintores.
Sí.

¿Hay una fuerte analogía entre la pintura y la escritura?Sí, mucha. Además, siempre he sido muy amante de la pintura. Al final, escribir es pintar con palabras, más o menos. Y soy muy aficionado a la pintura. Aparece el cuadro de (Aurelio) Arteta tal cual, no quería entrar a describir ese cuadro, dar mi propia visión, sino que el lector tuviera su propia visión del cuadro reproduciéndolo en el libro.

¿Y Arteta tiene relación con su familia?Claro. Arteta era conocido de mi abuelo, y en él se da esa tensión que tienen todos los creadores entre vida y arte. Cuando le proponen hacer el cuadro sobre Guernica (que pintaría Pablo Picasso en 1937) él dice que no. Y como muchas veces, las personas no se dan cuenta de que están perdiendo una oportunidad. Igual, (Arteta) sí se dio cuenta y no quería dejar de lado a su familia. En una balanza, su familia tenía más peso. Eso es algo que valoro mucho.

También hay esta mezcla de dietario, lecciones de historia, breves reflexiones poéticas, críticas…
Sí.

¿Cómo has armado la estructura para que todo este mejunje resulte atractivo?
La estructura es lo más logrado del libro, yo creo. Es lo más trabajado. Es una estructura muy elaborada. Cada reflexión, cada narración, va en el sitio que tiene que ir y, además, el ritmo es siempre el mismo. Lo que no quería es introducir, de repente, una reflexión larguísima o cosas que no tienen que ver con el libro. No. El libro tiene su ritmo. Cada unidad dentro del libro tiene su longitud, y eso ayuda mucho al lector a que siga leyendo. Es un libro nada desequilibrado. Es como un barco. Todas las partes del barco tienen que ser muy equilibradas para que el barco flote y, en este caso, el libro también. No hay una parte que pese más que la otra. Cada reflexión, cada narración, va en su sitio y adquiere la importancia que tiene que adquirir, no más ni menos.

A Enrique Vila-Matas la literatura lo salva de los dolores de la vida. A Kirmen Uribe, ¿de qué lo salva?Ja, ja. No sé. A mí la literatura me da alegría. Quiero decir que yo sin escribir no soy, si no escribo no estoy feliz. Es una cosa que debo de hacer. Es algo consustancial a mí. Si no escribo parece que el mundo es más feo. Es una actividad que siempre me ha gustado y no podría repensar mi vida sin eso.


Las cosas que son perfectas

Aunque sean buenas para los pies,
los zapatos creen que las sandalias
son como esqueletos.
El olivo cumple dos mil años,
pero no es capaz de recordar nada.

Las cosas que son perfectas
me dan miedo,
no me gustan.
Tengo la letra torcida,
y el paso más aún,
aunque mucho me esfuerce.

Del poemario Una manera de mirar (2003) de Kirmen Uribe.


Entrando al terreno de la poesía, publicaste Una manera de mirar, que es un poemario en euskera, inglés y español. ¿Cómo así surgió esta iniciativa de publicar en tres idiomas?Porque son mis tres idiomas. El euskera, es verdad, es mi lengua madre, y la valoro así. Es la lengua que más he interiorizado y, además, entre las tres es la más débil. Es por eso que la cuido y la cultivo. Luego está el castellano, mi segunda lengua, la de mi niñez, mi familia. Y está el inglés, que ha sido la lengua que me ha acercado al mundo, la lengua de la cultura global, la que te hace comunicar con cualquier persona del mundo. Son las tres lenguas que conozco y valoro. Es por eso que quería hacer un libro en esas tres lenguas, aunque los poemas hayan surgido en euskera, que es la lengua, al final, que más quiero.

Dieciséis poemas. Eran parte de los recitales.
Sí. Esos poemas eran parte del recital que empezamos a hacer en Nueva York el año 2003. Es por eso que los recogí. Son, o bien poemas o bien letras de canciones que formaban parte de un recital de poesía, música e imagen. También las imágenes aparecen, están reproducidas aquí.

Era como el trabajo de un juglar antiguo, esto de música y también poesía…Sí.

…en los videos que se pueden ver en YouTube y en el CD que viene con el libro.
Es que las cosas en literatura se repiten, ¿no? Se repiten de diferente manera, pero se repiten. Creo muchísimo en YouTube, en las nuevas tecnologías. Son un instrumento para poder presentar tu obra, para que la gente te conozca. Muy válido. Es maravilloso que un lector de cualquier parte del mundo pueda ver en YouTube un recital. Por ejemplo, hago un recital en Lima y está en YouTube. No tienen que comprar como antes el CD o el disco o el libro: lo ven.

¿Vas a hacer recitales en Lima ahora?Sí, voy a hacer uno el viernes (27 de agosto).

¿Dónde?En la Universidad (Nacional Mayor) de San Marcos, a las seis. En la Facultad de Educación.

¿Y también va a estar en YouTube pronto?
Si alguien lo graba, sí, ja, ja, ja. Eso es lo democrático de Internet. Es lo maravilloso.

Tu poesía, básicamente, son reflexiones personales, por momentos filosóficas. ¿Cómo consideras que te afecta la poesía? ¿Cómo entra en ti la poesía, como ser humano?Para mí la poesía en sí es buena, es algo que te llena. Un poema bueno, o bien te saca una sonrisa o bien te hace pensar o bien te estremece. Un poema bueno es algo que uno no puede sustituir por otra cosa. Una novela tiene otra intensidad, un cuento tiene otra intensidad. La intensidad del poema es la mayor, siempre. ¿Por qué? Porque se dicen las cosas con el menor número de palabras posible. Es por eso que es tan intenso.

¿Nunca te ha hecho sufrir armar un poema?
Sí. Ahora estoy con un poema dándole vueltas como cinco meses, y con otro estoy como uno. Los poemas se escriben en la cabeza y luego en el papel. Pero primero en la mente. Siempre.

¿Próximo proyecto literario?Mi próximo proyecto literario es un libro de poemas que estoy armando y una novela. Pero después de escribir esta novela que es tan personal y…

¿También vas a mezclar géneros?Sí. También voy a mezclar géneros, pero es tan personal y tan diferente que se me hace difícil empezar a pensar en otra novela. Pero ya llegará. Con el tiempo todo llega.


Euskera, literatura y política
¿El euskera es un idioma más propicio para la narrativa o para la poesía?El euskera es un idioma más. Entonces, como cualquier idioma es propicio para cualquier género. No hay una lengua más bella que otra. Eso es como decir que una raza es más bella que otra. Cualquier lengua sirve para cualquier género.

¿Hay editoriales en el País Vasco que promuevan a los escritores de esa zona?Sí. Hay un sistema literario ya establecido con editoriales grandes y pequeñas, con librerías, críticos, lectores. Aunque sea un país pequeño, de una población pequeña, el porcentaje de lectores es muy alto. Aunque sea pequeño es un país culto, económicamente avanzado.

¿No hay analfabetismo?No. Es un país rico, entonces, la gente lee mucho.

¿En tu literatura te interesan los temas políticos para expresarlos a través de la poesía o la narrativa?
No tanto. Me interesa más el ser humano, la sociedad, los temas sociales. La política puede resultar peligrosa en un texto porque puede adquirir demasiada presencia y a mí me gusta hacer lecturas más complejas de la realidad.

El País Vasco tiene problemas con España.La política en el País Vasco ha adquirido demasiado peso. Incluso ha sido muy cruel con las personas y yo creo que tenemos que recuperar esos puentes entre las personas.

¿Nunca escribirías directamente sobre política en tu literatura?
No. Se ha hecho demasiado eso y no ha llevado a nada.

Muchas gracias.Gracias.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Leonardo Valencia



“La voz propia nunca se encuentra”


Entrevista y foto por Gianmarco Farfán Cerdán


Leonardo Valencia (1969, Guayaquil) dialoga con mucho conocimiento sobre literatura. Tiene numerosas ideas interesantes al respecto y las expresa con una rapidez abrumadora. Vino al Perú como invitado de la FIL LIMA 2010, donde presentó lo último de su obra narrativa. Doctor en Teoría de la Literatura por la Universidad Autónoma de Barcelona y Master en Edición por Publish/Oxford Brooke University, Valencia es uno de los escritores ecuatorianos contemporáneos más importantes. Ha publicado el libro de cuentos La luna nómada (1995), del que Enrique Vila-Matas dijo que tenía “el encanto de lo impredecible” y por el cual fue incluido en las antologías internacionales McOndo, Las horas y las hordas, Líneas Aéreas, B39 Antología de cuento latinoamericano, Cuento ecuatoriano contemporáneo y Pasión de papel. También publicó la novela El desterrado (2000), que la revista española Qué leer calificó como “una sorprendente ópera prima”. Su segunda novela, El libro flotante de Caytran Dolphin (2006), desarrolla en paralelo un innovador experimento narrativo en Internet: www.libroflotante.net. Igualmente, ha publicado el libro de ensayos El síndrome de Falcón (2008) -al que el gran escritor peruano Carlos Calderón Fajardo calificó como “un libro muy rico de reflexión, provocador y que estimula el debate al interior de países con realidades muy similares, como son Ecuador y Perú”- y la novela Kazbek (2008). Sus artículos se han publicado en Vuelta, Cuadernos Hispanoamericanos, Letras Libres, Quimera, Sibila, El País, entre otros. Asimismo, fue seleccionado para el Hay Festival de Bogotá 39 (2007). Se desempeñó como jefe de redacción de la desaparecida revista Lateral, es editor de la revista La Comunidad Inconfesable y ha traducido a Pirandello y Lampedusa. Además, tiene un blog de literatura desde hace cinco años: Tribu errante.

Mucho gusto. Usted es ecuatoriano, pero ha vivido en Lima (de 1993 a 1998) y reside en Barcelona. ¿Se considera un escritor cosmopolita?
En todo caso, soy un escritor desarraigado. La evidencia habla por sí misma. Creo que el cosmopolitismo no es prerrogativa de la persona que necesariamente se traslada de un país a otro. Ha habido grandes escritores que han estado radicados en su país y han sido grandes cosmopolitas. La gran referencia latinoamericana es José Lezama Lima, que nunca salió de Cuba, pero que se movía en la cultura universal con una gracia y una soltura impresionantes. Soy un escritor desarraigado, cosa que no considero una situación excepcional porque creo que es la condición que está viviendo nuestra contemporaneidad. Es decir, los desplazamientos migratorios están llevando a que mucha gente viva fuera de sus países en una situación que tiene sus matices, porque ya no son viajes de ida, abandono y distancia -que eran tan dolorosos-. Ahora son viajes de ida y vuelta donde hay diálogos, donde Internet permite las comunicaciones. Entonces, es un mundo -dentro de la dureza del desarraigo- un poco más feliz.

Su padre es de Cuenca y su madre es de Italia. ¿Usted ha querido experimentar ese traslado de un continente a otro por su cuenta?
(Muy sorprendido) ¿Y cómo sabes eso que mis padres son, ja, ja, de Cuenca sobre todo? Porque…

Lo leí en una entrevista.
Ah, ya. Más que experimentar, creo que uno de alguna manera tiene el impulso adquirido. Por el hecho de tener madre italiana íbamos periódicamente a Europa, a Italia. Mi padre, al ser cuencano y yo de la costa, tuve mucho diálogo con el mundo andino ecuatoriano. Eso te genera siempre un movimiento de desplazamiento. Pero no es que uno haya querido imitar inconscientemente esos pasos. Finalmente, he vivido en Lima y en Barcelona y ninguno de ellos ha vivido en estos países. Pero siempre te queda el impulso adquirido. El que hereda no roba, ¿no?

Claro. ¿Para qué libro exactamente sirvieron estas experiencias familiares de la Segunda Guerra Mundial?
Eso está muy claro en el caso de El desterrado. Es decir, que El desterrado no es una novela de mi familia, sino que es una ficción. Justamente porque nunca me terminaron de contar ni nunca terminé de entender cómo fue el drama de la Segunda Guerra Mundial. Porque yo escuchaba a mis tíos reírse de la guerra. Reírse. Se veía que no entendían lo que habían vivido. Ese es el tema fascinante: que realmente nunca sabemos con plena conciencia lo que estamos viviendo mientras lo estamos viviendo. Ese fenómeno me llamó mucho la atención y me estimuló la imaginación. Aparte que me pareció una época decisiva. El desterrado es una novela no explícitamente de tema político, pero tiene una gran carga política: la relación de un individuo frente a un mundo que lo arrastra con todo el peso de la historia.


Explorando la literatura

Y ahora con El libro flotante de Caytran Dolphin, que tiene una versión impresa y también una versión que se construye constantemente en Internet, ¿considera que está tratando de experimentar en la literatura o al menos en su literatura?
Sí. En principio, en la literatura siempre hay que explorar. La palabra experimentar tiene connotaciones extrañas que se prestan a malentendidos. Me gusta la palabra exploración. Cada libro debería ser una especie de reto por explorar un camino, dar un paso más de lo que has hecho anteriormente. Me gusta la idea de ir saboteando los libros que uno va haciendo, y esto me pareció una idea que la había venido pensando mucho, pero no encontraba todavía el camino. Porque se malentiende lo que es el uso de Internet con literatura como un simple divulgar algo, colgar materiales. Yo quería desarrollar algo que permita utilizar activamente todo lo que significa Internet. Esa posibilidad de interacción, de creación, de distorsión con un programa. Eso lo tuvo que hacer un artista digital -que es Eugenio Tisselli-, de manera que permita complementar la novela. Es decir, la versión digital complementa la novela. La novela impresa es fija, estática, esa no se modifica, pero la página web permite un doble juego, una interacción creativa -la gente puede escribir un texto-, pero también un sabotaje de un principio narrativo. El principio narrativo es el siguiente: la novela está narrada en primera persona. En principio, una narración en primera persona es un punto de vista, una versión. Y es una versión en la que ese narrador controla o tiene el control sobre un texto apócrifo, que es el que desata la narración. Y en la página web se puede sabotear eso. Entonces, me gustaba esa idea de rebatir a un narrador. Hay un juego narrativo en esa dinámica. Y la web me lo permitía.


Letras ecuatorianas para el mundo

¿En qué momento cree usted que está la literatura ecuatoriana, cuando Javier Vásconez sigue produciendo libros -dentro de un par de meses va a publicar otro nuevo- y María Fernanda Pasaguay está entrando en el tema homoerótico y también de las redes sociales con Ondisplay 2.0 (2009)?
No solamente ellos, hay muchos más autores: Telmo Herrera, Huilo Ruales, Carlos Arcos. Hay una lista muy grande. Ecuador está en un momento interesante. No me gusta hablar gratuitamente de booms literarios, porque son términos que se prestan nuevamente a malentendidos. Creo que hay un momento en el que se está normalizando la producción ecuatoriana y se empieza a dar a conocer fuera.

Pero hay un boom ecuatoriano. ¿Se puede llamar así?
Es que no me gusta el término “boom” porque eso obliga a reducirnos a ciertas figuras y en realidad hay que ir decantando el material. Hay un buen ritmo de producción, difusión de autores, variedad de registros, que nos sitúa ya en un plano de cercanía a otros países latinoamericanos que también tienen un gran ritmo de producción. Yo trataría de verlo en ese sentido. Es un buen momento para que el lector extranjero entre y vea que hay variedad de escrituras en Ecuador. Y sin olvidar el trabajo de la poesía. Hay mucha labor de poetas. Muchos de ellos han sido ya reeditados en Perú, con editoriales peruanas. Eso es un fenómeno interesante ahora: que varios autores ecuatorianos han sido editados para esta feria.

Como Gabriela Alemán.
Como Gabriela Alemán, Cristóbal Zapata, Ernesto Carrión, Miguel Antonio Chávez. Entonces, nos encontramos con un momento interesante para Ecuador que necesita irse decantando, pero en cualquier caso ya se abrió esa puerta y es un avance en la difusión de la literatura ecuatoriana.


Cercano a escritores peruanos

Volviendo a Lima, me llamó la atención que usted durante su estadía acá pudiera hacer amistad -aparte de con muchos escritores peruanos- con Julio Ramón Ribeyro, y que pudiera conocer a Emilio Adolfo Westphalen. ¿Cómo fueron esas experiencias tanto en el plano personal como literario para usted?
Fueron experiencias humanas interesantes. Yo no he sido amigo ni de Ribeyro ni de Westphalen. He sido amigo de autores jóvenes, de generaciones más jóvenes, como Renato Sandoval, Mario Bellatin, Iván Thays, Lorenzo Helguero, un largo etcétera. Estos fueron dos grandes maestros (a los) que yo -con admiración y respeto- me acerqué, los escuché, los leí bien. La única palabra que crucé con Westphalen fue que le di un saludo y mi admiración, y la única palabra que me dijo –propio de un poeta parco- fue: gracias. Con Ribeyro fue otra cosa. Con Ribeyro pude tener una larga entrevista. Me pareció un gran escritor con una obra muy interesante y de alguna manera me permitió sabotear esta idea -para alguien que no es peruano- de ver el Perú con el icono representativo de Vargas Llosa. Ribeyro tiene una especie de situación muy crítica, con una noción muy autoirónica que me parecía muy interesante porque rebatía esta idea de la novela como el gran todo. El escepticismo de Ribeyro es muy sano.

Y habla de ambos escritores, de Vargas Llosa y de Ribeyro, en su libro El síndrome de Falcón.
Sí, les dedico dos ensayos a ellos.


La escritura y su laboratorio

Es director del Programa de Escritura Creativa de la Universidad Autónoma de Barcelona…
Ya no. Yo fundé ese programa en la Universidad Autónoma. Ahora dirijo el Laboratorio de Escritura de Barcelona.

Fue el programa de 2005 a 2009.
Sí.

Y ahora en el Laboratorio de Escritura de Barcelona, ¿realiza una labor similar?
Sí. Lo que hacemos en realidad -porque somos un equipo de escritores-: organizamos cursos de escritura, conferencias, actividades culturales, siempre en Barcelona y en torno a la cultura latinoamericana y también española. Es una dinámica que me resulta muy interesante. La dinámica de reflexionar sobre la escritura y trabajar con jóvenes escritores que quieren empezar a escribir. Me resulta muy estimulante. Más estimulante que dar una clase a cincuenta alumnos en una universidad.


Buscando nuevos registros narrativos

¿Siente que se ha asentado como escritor? ¿Ya encontró la voz propia que estaba buscando?
No. Creo que la voz propia nunca se encuentra. Es decir, al menos, el tipo de escritor que yo me considero. Siempre estoy buscando nuevos registros. Me da un poco como de temor coger y mantener un mismo registro de voz. Quiero divertirme escribiendo. También quiero sufrir escribiendo. La persona que cree que ha encontrado un registro de voz sigue en el mismo camino. Yo soy muy parco publicando. Prefiero que cada libro sea una aventura, lo que decía un famoso ensayista francés, Jean Ricardou. Él decía que no solamente es escribir sobre una aventura sino (que) es la aventura de escribir. Y en ese sentido, me interesa seguir explorando registros. Si tú observas mis libros vas a ver, por ejemplo, que El desterrado es una novela narrada en tercera persona, en un narrador omnisciente ambiguo. El libro flotante… está narrado en primera persona. Kazbek combina dos registros de narrador: en tercera persona, no ambiguo como el de El desterrado sino absolutamente seco. Totalmente. Y además hay un plano poético. Son dos voces que van chocando. Entonces, siempre estoy moviéndome entre voces, que a lo mejor puede ser un principio de unidad: el concierto de voces.

Cada vez que terminaba usted un libro -lo leí en una entrevista- necesitaba que alguien lo regresara a la tierra, al mundo real. ¿Cómo así era esta situación para sentir que el libro estaba cerrado, que había terminado?
Creo recordar que lo dije en alguna entrevista. El escritor, por lo general, cuando se mete en un mundo de escritura, tiene que volar mucho. Entonces -y ya estamos hablando del plano humano-, yo, personalmente necesito un ancla en la realidad. Ahí juega el factor afectivo. Siempre tienes una persona cerca de ti que es tu asidero en la realidad. Emocionalmente eso es muy importante, pero ya es en un plano más íntimo.


Al escritor latinoamericano le resultó insoportable tener que encontrarse, en vísperas del siglo XXI, con que Latinoamérica tenía que ser una cantera de historias fabulosas y exóticas. Y no sólo eso. En apariencia –y por una situación muy particular que detallaré- no podíamos entrometernos con ciertas zonas. Especifico: ciertas zonas impuras que no apelaran a la nostalgia de un mundo que tiene proyectos históricos y patrióticos. La lectura que se hacía o se hace de nuestros libros tenía como base esa nostalgia. Era como si no se nos permitiera salir de nuestras tierras, es decir, de una tierra llamada la tierra de los proyectos.

De El síndrome de Falcón (2008) de Leonardo Valencia.


Me llamó mucho la atención la portada de El síndrome de Falcón, que era de la película Call Northside 777 (1948). ¿Cómo así esta referencia cinematográfica dentro de El síndrome de Falcón?
Eso fue decisión del editor. Me enteré de la portada cuando el libro ya estaba impreso. Y la explicación de él fue que era un referente esa película. Si tú ves, los personajes están a punto de revelar una foto que va a ser decisiva para entender el caso de un asesinato. Y mi editor asoció que esa era la mejor imagen para tratar de transmitir la idea de un síndrome. Detectar un síndrome significa detectar un problema y, probablemente, su guía de solución. Esa fue la asociación que hizo el editor. Ese fue el enfoque. Es muy curiosa la portada, ¿no?

Uno podría pensar que es un libro relacionado con cine.
Podría ser. Sí, es verdad. Hay una lectura muy compleja ahí.


Editoriales-fábricas y editoriales de verdad

Mencionó que una editorial que publica más de veinte títulos al año pierde el gusto por la verdadera literatura. ¿Considera que esto está ocurriendo mucho en nuestros países latinoamericanos?
No. Eso es un problema más del medio editorial español. Editoriales que editan 50, 100, 200 títulos al año: eso ya es una producción en serie. Un editor literario -de los cuales hay muchos en Perú, también en España- de pequeñas editoriales que saben que no tienen muchos recursos, prefiere vivir cada libro. No son libros por cumplir una cuota sino libros que viven, que leen, que corrigen, que trabajan con autores, y eso exige un ritmo de trabajo fuerte. No es lo mismo dedicarle a un libro un mes que dedicarle tres o cinco días. Allí hay una diferencia importante, y eso se refleja en el cuidado de las pequeñas editoriales que tienden a ser las que realmente protegen y apuestan por autores, que viven con el libro y el autor. Me explico: comparten la experiencia, en vez de ser uno más de una serie de producción. Me ratifico en eso. Una editorial que tira por encima de muchos títulos al año, difícilmente creo que viva la literatura en términos reales.


Ishiguro: un espejo

¿Cuánto ha influido en usted la literatura de Kazuo Ishiguro?
Para mí es un autor muy importante, no en el sentido estilístico -porque su estilo es muy diferente al mío- sino en su manera de enfrentar el mundo por sus coordenadas culturales. Es un autor de distintas culturas. De origen japonés, de escritura inglesa, que ha tenido que ir luchando contra los tópicos de encasillamiento por su rostro, su nombre, su idioma, y cada libro ha sido una aventura para sabotear ese encasillamiento identitario.

¿Se identifica con él, en ese sentido?
Me identifico con él. Creo que es un autor que lo ha sabido hacer con mucha gracia, mucha solidez, y uno lo nota con una pulsión verdaderamente auténtica. Es decir, no publica un libro únicamente por contar una historia, sino que él trata de resolver problemas que se le han ido presentando en la escritura. En ese sentido es un escritor muy admirable. Siempre he admirado sobre todo una gran novela de él que se llama Los inconsolables (1995). Una novela que hay que entenderla en el contexto de las novelas anteriores que él había publicado. Esa para mí es una novela fundamental. Es una de las grandes novelas de fines del siglo XX.


La novela es un asidero frente al mundo

Había escuchado que va a publicar un libro o está pensando publicar un libro referido a Lima. ¿Es cierto?
Sí, referido a Perú. Forma parte del ciclo de novelas que estoy escribiendo que (se) inicia con Kazbek. Ya en Kazbek aparece un personaje que tiene relación con Lima. Estoy trabajando una serie de novelas en la que Perú, Lima, es un escenario importante.

¿Para cuando saldría publicado o todavía no…?
No me gusta dar fechas porque prefiero ir respetando el ritmo de trabajo del libro. Espero que sea pronto.

Ya la está escribiendo.
Sí. Ya estoy trabajando en esto. Lo que pasa es que es un ciclo de varias novelas y me he metido en un embrollo porque no era un plan. No es que yo preví esto y esas novelas, pero se dio cuando terminé la primera. Entonces, estoy terminando la segunda y voy trabajando partes de las siguientes. Si fuera por mí, no me desharía jamás de ellas, porque me gusta vivir dentro de ese mundo. Creo siempre que la novela es el espacio donde uno convive con la novela. El cuento, de alguna manera sirve para expulsar demonios -ya lo decía Cortázar-, para expulsar alimañas. La novela, en cambio, es un espacio de convivencia. Un espacio donde te gusta estar. Y me gusta vivir el tiempo de escritura de la novela.

¿Es un estado de ánimo, también?
Es un estado de ánimo y un asidero frente al mundo. Es decir, trabaja sobre algo que te permite dar un pie frente al mundo. Por eso me cuesta mucho separarme de una novela cuando la termino. También me gusta compartirla. Me gusta que haya lectores, pero esa es otra etapa.

Muchas gracias por la entrevista y esperamos que siga disfrutando su estadía en Lima.
Gracias, Gianmarco.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Maria Alzira Brum




“Tu vitalidad está en reconstruirte”


Entrevista y foto por Gianmarco Farfán Cerdán

La escritora brasileña Maria Alzira Brum Lemos (Sao Paulo, 1963) resulta una persona agradable apenas uno la conoce. Y no es solamente por la fama de gente alegre que poseen los brasileños. No. Es carisma natural. Ella vino al Perú como invitada de la FIL LIMA 2010, donde ofreció una conferencia, participó de una mesa redonda trinacional y presentó su segunda publicación narrativa: Novela Suvenir (2010). Brum es doctora en Comunicación y Semiótica por la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo. La literatura y su trabajo como traductora ocupan mayormente sus días. Vive un poco en todas partes, entre el país de la samba y el resto de Latinoamérica. Su novela anterior –que también presentó en Lima el año pasado-, La orden secreta de los ornitorrincos (2009), recibió muy buenas críticas. Además, ella ha escrito ensayos sobre cultura y mestizaje en O doctor e o jagunco (2000), y la biografía Alejaidinho: homem barroco, artista brasileiro (2008). Textos literarios suyos figuran en antologías de su país y del extranjero. Igualmente, ha publicado ficciones en revistas impresas y electrónicas de Argentina, Portugal, México y Nicaragua.

Novela Suvenir –una mezcla de relato de viaje e investigación sobre el acto o efecto de la locura- cautiva por su capacidad de sorprendernos en cada página. No sabemos de qué nos hablará en la siguiente. Ni lo intuimos. Los Que Nunca, los Colibríes, los Gobdas, los Buitrones, los Limaches, los Niños Santos, la Escritora Extranjera, los Espíritus Animales o la Señora M., nos llevan a través de un viaje literario experimental por el caluroso Veracruz. Y durante ese recorrido aparece -fantasmal y profundo- Julio Cortázar, quien sabía bien que sobre la telaraña diaria de la vida somos arañas y moscas a la vez. Fluyen muy rápido estas páginas. Novela Suvenir condensa una fusión de vera arte y vera cruz.

Ahora, la narradora nos detalla las distintas facetas e intereses que abarcan su viajera vida con mucha reflexión y sentido de la realidad.


Mucho gusto de estar aquí con usted.
Mucho gusto. Buenas tardes.

Quería empezar con una partecita de su Novela Suvenir: Tao cedo anoiteceu. Son cada vez más cortas las novelas latinoamericanas, y la música popular brasileña ya no es lo que era, mezclada con rimas malas y canciones sentimentales. El camión se aleja, las palabras de las novelas y de las canciones se alejan, se alejan recuerdos y anhelos. Todo es extraño, ajeno, extranjero. Foreign cor, foreign luz, foreign flor, flor de fotografía. Este fragmento de su novela que mezcla pequeñas reflexiones sobre música, literatura, sobre -ligeramente- filosofía, ¿es una muestra de esta reflexión general que es Novela Suvenir sobre su estadía en México, sobre la vida misma?
Sí. Y es más bien un fragmento de la novela. Todo fragmento solo tiene sentido en la lectura en su conexión con otro fragmento. Entonces, no es una reflexión absoluta. No creo tanto en reflexiones absolutas sino que es una parte de estas vivencias, un momento de estas vivencias, un momento de la novela, y es un momento de reflexión sometida a la prueba del conjunto de la novela. Y de la lectura del otro, cómo el otro lo lee.

Esta frase Tao cedo anoiteceu es parte de una canción de Flavio de Carvalho, que fue nominado al Premio Nobel de Literatura en el año 1939. ¿A usted le gusta mucho hacer referencias literarias, jugar con la tradición literaria de su país?
Sí. Hago muchos juegos. Hay muchas capas dentro de esta novela. Sobre todo tiene muchas referencias. Por ejemplo, hay un juego hasta con Clarice Lispector, que no está muy visible. Pero sí, en la medida de lo posible hago referencias, incluso a autores no muy conocidos. No debes dejar de recordar que la novela se escribió con fragmentos de textos que estaban en la computadora. Esa es la idea. En el título de la novela mezclo portugués con español, pero al final tú no sabes quién la escribió. Si se escribió desde el portugués -citando cosas- revisando el español o al revés.

Es una novela híbrida, porque ha sido escrita en México, usted es brasileña y está publicada en México y en Lima.
Sí, y se escribió en español.

¿Es verdad que inicialmente se iba a llamar Lo viví en Veracruz su novela?
Empecé a ponerle este título y después vi que era un título provisional. Yo sabía que no iba a ser así. Pero era el título del proyecto. Luego ya lo cambié. Pero sí, en algún momento sí. Pensé en otros títulos, pero eran todos malos, ja, ja, ja. Y al final el título apareció en el proceso mismo de la novela. Pero el proyecto no cambió: se fue haciendo y moviendo.

En México hubo trescientas portadas distintas de Novela Suvenir, ¿verdad?
Sí, algo próximo a esto. No sé cuántas, pero toda la edición nomás era trescientos o doscientos. Ya no tenemos ninguna. Cada taller hizo las portadas. Y algunas personas hicieron varias. Pero sí, son todas distintas. Creo que son doscientas. Hicimos dos presentaciones y ya no hay más.

Debe ser una de las novelas con más portadas en el mundo, ja, ja, ja…
Eso, ja, ja, ja, ja, sí. Porque cada persona hizo su portada. Era una edición cartonera y se sacó con una editorial llamada Santa Muerte Cartonera, y también con apoyo de La Ratona Cartonera de Cuernavaca. Teníamos dos editores cartoneros que ayudaban a la gente con el material y quedó muy contenta porque cada uno tuvo su libro. Esta era la idea, que el souvenir casi siempre es un objeto masificado que compras, hay miles iguales y lo llevas. Sin embargo, este souvenir tiene un recuerdo de mi viaje que, de alguna manera, el lector también habría participado de este viaje, haciendo la portada. Cada uno hace su viaje. Con las portadas ya la novela tiene otra dimensión. Se han perdido algunas cosas, (se) gana otras.


La literatura es un momento de fiesta

Usted es traductora de profesión…

Sí.

…y leí que usted había llegado a un punto de equilibrio en el cual ya podía dejar de trabajar y dedicarse a la literatura. ¿Es así? ¿Siente que ahora sí la literatura es su carretera, su vía a futuro?
Sí, pero jamás podría dejar de trabajar. La verdad es que no gano dinero con la literatura. Estos momentos de fiesta en que apareces acá -como todo en esto- son momentos, nada más. Porque tú llevas tu vida, despiertas a las cinco de la mañana, dependes de este dinero de las traducciones. No tengo casa, vivo un poco en cada país, voy escribiendo y viviendo así. Entonces, no he dejado de trabajar…

Es una nómada de la literatura.
…sino que he decidido que esto es lo primero. Pero tampoco puedo dejar de mantenerme, como supondrás. Tengo que comer, vestirme.

Por supuesto.
Pero trato de equilibrar las cosas. Ojalá pueda obtener una beca o algo así. Ya sé que estas cosas nunca son para toda la vida, pero sé que lo primero es escribir.

Es su prioridad.
Sí, mientras pueda hacer trabajos que esté satisfecha con ellos como proyectos artísticos.

Traducciones principalmente del español al portugués. ¿O también viceversa?
También hago viceversa, pero junto con otras personas que trabajan conmigo, otros traductores. Tienes una empresa y necesitas una traducción, puedes contratarme, pero lo hago siempre con otra gente. Principalmente de español a portugués.


Ornitorrincos inclasificables

Su novela anterior La orden secreta de los ornitorrincos fue clasificada como inclasificable, ja, ja…
(Brum ríe contenidamente).

…donde se mezclan narradores, historias y era un experimento lúdico. ¿Cómo así tiene este amor por el juego? Cuidando las palabras, el lenguaje, tanto en su novela actual como en la anterior.
Sí, son novelas distintas, pero me gusta el proyecto artístico. Yo disfruto con el proceso de construcción del texto, con el proyecto de construcción y deconstrucción del pensamiento, también. Con el proceso de conocer y conocerse mientras hago la novela. Disfruto y sufro con el proceso. Sí, me gusta jugar. Disfruto muchísimo de todo el proceso, trabajar con el lenguaje todo el tiempo.


Un asesino en sueños

Sobre este cuento Ella en mis sueños que ha publicado en Carátula –revista digital bimestral dirigida por el novelista Sergio Ramírez-, me pareció muy interesante cómo hay críticas a los abogados. Si bien es un cuento medio policial, también es de ficción. Al final, por los sueños dejan libre a un asesino. ¿Cómo así trabajó este cuento?
Lo que ahí trabajé más fue toda la cuestión de la razón, la retórica, la ciencia, la ley. El cuento puede ser una alucinación, pero también puede ser lo que solo uno habla. Es más bien cuando uno está hablando consigo mismo, pero lo atribuye a un otro. Por ejemplo, a veces estás molesto con alguien y te vas por la calle pensando todo lo que le vas a decir. Estaba hablando con otro, pero estaba hablando consigo mismo. Es una reflexión sobre la idea de realidad, de lo que es la ley, la ciencia, y sobre todo la idea de la razón. Porque la razón está compartida. Al final le condenan, pero es algo más o menos ligero. Es cómo se conducen las cosas. La idea de culpabilidad. He trabajado ahí varias cosas. He disfrutado con el registro literario de cómo se va a terminar el cuento, de que tienes una historia y al final te sorprende lo que va a pasar.

¿Y es cierto esto de que hay una tribu en Alaska que tenía un antecedente parecido (tribu donde las mujeres eran asesinadas por sus parejas mientras dormían, puesto que ellos las veían en sus pesadillas convertidas en alces gigantes y furiosos que los atacaban)?
Creo haberlo leído alguna vez en mi vida. Tengo esta memoria, pero también puede ser que lo haya inventado. No lo tengo claro. Yo recordaría haber leído por los años ochenta un artículo de un médico psiquiatra -de la etnopsiquiatría- que hablaba de tribus (en las) que había como una locura. A veces pasaba con algo esta locura de matar a la mujer que estaba al lado porque en sueños lo vio así. Esto también tiene que ver con la idea del otro, de la mujer.

El machismo, también.
Sí. O tal vez lo haya inventado en algún momento y no lo usé hasta que escribí este cuento. Que de hecho no es nuevo, tiene ya algunos años, pero nunca lo había publicado. Es un cuento inédito.


La enorme influencia de Euclides da Cunha

Está muy bueno. Y sobre su libro de ensayos acerca de Los Sertones de Euclides da Cunha, O doctor e o jagunco, sobre la cultura y mestizaje a partir de Los Sertones. ¿Cuánto ha influido Euclides da Cunha en el devenir de la literatura brasileña? Porque él publica Los Sertones en 1902 y…
Sí.

…influye en todo el siglo XX.
Influye y no influye. Hay mucha discusión. La idea del sertao (sertón) es más bien como una ficción compartida y colectiva que se va reconstruyendo y se utiliza en la construcción de la misma idea de (lo) nacional en Brasil, de identidad nacional. Por muchos años hemos dado la idea del sertao en oposición al litoral, una idea del salvaje en oposición al civilizado o lo rural y lo urbano. Euclides hace un marco -él hace lo que dice Calvino, por eso se vuelve un clásico-: recoge lo que había antes sobre este tema y al mismo tiempo deja sus huellas para el futuro. De ahí se vuelve una referencia a la cual siempre se vuelve de una manera novedosa. Aunque mucha gente diga que el libro se agota o que está agotado. Sí creo que me influye, porque es una mirada compleja a las cosas. El desafío fue que era un libro del cual ya se había hablado todo. Desde una perspectiva más contemporánea y que mirara hasta sus fuentes científicas -que de hecho hay-: con esto trabajo. Trabajo con sus fuentes mucho más que con sus comentadores. Trato de reconstruir lo que me parecía o (de) comentar una mirada compleja. El desafío fue trabajar algo sobre lo cual ya se había dicho todo y había muchos juicios formados. Se trató casi de deconstruir y ver de una u otra manera este texto, con una lectura más fresca: mi lectura. Eso está ahí. Para mí es un libro grande. Es un libro que le gustaba mucho a Borges. Tal vez, lo único brasileño que él haya comentado -no sé si ha leído otros-. Y también (escribí el libro de ensayos) para entender cómo se usa el discurso de la ciencia o cómo se usan las clasificaciones. Y para entender lo que es un texto híbrido -un texto que a la vez pretende ser científico, literario, periodístico-.

Le gusta todo lo que es mezclar los géneros.
Sí. Entonces, tiene grandeza. También trabaja la parodia. Es un gran libro. De hecho el mismo Euclides no escribió nada mejor que eso. Tiene muchas otras obras, pero no tienen grandeza.

También ha tenido influencia en el cine, en el cinema novo brasileño, en el mismo Joao Guimaraes
Sí.

…Mario Vargas Llosa. Es un libro inmenso.
Sí, todos vienen con esta experiencia. Porque hoy día ya puedes deconstruir. Esta también es la idea de la biografía.


Afrodescendientes brasileños y Alejaidinho

¿Alejaidinho?

Sí. Hay ideas que han sido formadas a lo largo de los siglos, a lo largo del tiempo, y que uno asume como verdades absolutas. La idea del sertao: los tiempos cambian y va cobrando nuevos significados. Esto no es solo un decir. El tópico siempre se puede rehacer. No hay ninguna verdad: nación, identidad, nada de esto. Es lo mismo que pasa con la biografía. Cuando acepté hacer una biografía no sabía nada de Alejaidinho, o muy poco. Y al hacerla…

Es Antonio Francisco Lisboa.
(Asiente) Antonio Francisco Lisboa.

Siglo dieciocho.
Autor brasileño del siglo dieciocho, conocido como Alejaidinho. Yo acepté ese desafío nada más porque quería aprender.

Fue por encargo.
Sí, fue por encargo. Porque estaban haciendo una colección de personalidades negras, buscando escritores para hacerla, y me invitaron. Somos pocos, uno o dos (autores) que no estamos vinculados a lo que es el movimiento afrobrasileño, afrodescendiente. También esto fue muy interesante, porque se trataba de recuperar un personaje dentro de un ámbito de afirmación de la gente afrodescendiente. Mucha gente en Brasil hoy, en los estudios más avanzados, dice que prácticamente no existió Alejaidinho. Que es una invención de los nacionalistas, del sistema, de los modernistas; una invención que a lo largo del tiempo ha servido…

Pero es un personaje histórico.
Sí. Ha servido para justificar una serie de cosas. Al hacer la biografía, mucho más importante que saber de la existencia o los datos de la vida de este personaje, pues (era) saber cómo se construyó el personaje. El desafío: construir y deconstruir. Trabajar con aquello que parecen verdades absolutas. No tomarlas como verdades absolutas sino utilizarlas para una investigación que siempre vuelve, para conocerte o conocer a tu entorno y recrearlo. No tratar de repetir todos los tópicos que existen. Para esto me sirvió. Aprendí muchísimo sobre lo barroco. Y creo haber aportado -utilizando diferentes fuentes- una divulgación sobre cómo se creó el personaje, quién utiliza el personaje, diferentes modos de ver a este posible hombre que vivió en el siglo dieciocho, y a quien al final se conoció como Alejaidinho. Ahí está la idea (de) trabajar con algo que es utópico.

Y al final, ¿termina siendo un personaje construido o un personaje más real de lo que se pensaba?
Toda biografía es construida. De lo que se trata, no es si existió o no, no se trata de la realidad, se trata de qué pasa. Es decir, por qué existieron artistas que hicieron esta obra. Entonces, él representa a un conjunto de artistas afrodescendientes que vivieron en la colonia, que utilizaron el barroco como una forma de resistencia, de construcción y modo de vida. La realidad es un concepto muy frágil, muy débil, para utilizarlo. Existe porque ahí está la prueba, ahí está todo lo que se hizo y cómo se asume este personaje, pero no está revestido -tal vez- como una única persona física que hizo todo esto.


La creación del mundo en un reality show

Y sobre su nuevo proyecto de libro: 1979, la creación del mundo, que está trabajando para el año que viene. ¿Cómo va?
Ojalá. Ese proyecto ya tiene mucho tiempo. Lo cambié, ahora se llama La creación del mundo nomás. En un primer momento quería narrarlo desde el pasado, pero desde un pasado que luego se volvería un único tiempo. Creo que puedo sacarlo el año próximo, pero lo estoy haciendo con tranquilidad. Trabajo con la idea de una isla comprada por una megamultinacional del espectáculo, y todo se vuelve ahí un reality show.

¿No es O Globo?Ja, ja, ja. Algo así, pero esta isla tiene sus peculiaridades: se mueve, es un poco inventada y un poco basada en la biografía de una isla que existe en Brasil. Y también en la idea de todas las islas. La idea de navegación, el Internet, cómo nos volvemos todos personajes de un gran reality show.

Todos estamos en islas.
En efecto. Pero también todos estamos navegando en un gran reality. Un poco de ahí parte la idea.

Estamos como en (The) Truman Show.
(Sonríe) No sé, ja, ja…

Todos vemos lo que está haciendo el otro.
Sí. Puede ser algo así. Esa es una reflexión y allí hay muchos personajes reales, algunos filósofos que existieron, personajes artísticos, de cómic. Lo mezclo todo. Es divertido. Espero que sea divertido.


Fogwill, Los pichiciegos, Benet

¿Cuántos años ya tiene trabajando traducciones?
Creo que desde el año 2000, tal vez 2001. Lo que pasa es que yo no trabajaba como traductora. Yo daba clases, tratando de adaptarme al mundo del trabajo con muy poco éxito. Entonces, todo lo que hacía lo hacía bien, pero no lograba mantenerme, porque lo mío no es esto. Estaba como cuatro, cinco años, dando clases. Muy deprimida por el hecho (de) que tenía que salir. Me encantan los alumnos, soy amiga de ellos hasta hoy, pero el hecho de tener que salir con una hora marcada da pánico. Soy muy poco adaptada a los horarios en el trabajo. Ahí empecé a hacer trabajos que pudiera trabajar en mi casa. Si quería salía de vez en cuando. Hasta ahora soy así, me gusta salir de vez en cuando.

Le gusta poner sus propios horarios.Exacto. Desde entonces hice mi nombre como traductora. Así fue. Y me fue muy bien, porque es un trabajo que puedo hacer en cualquier parte. Puedo venir a México de acá, hacer una traducción y mandarla por e-mails.

¿Hay un trabajo en especial de traducción que sea su preferido?
Sí, el de Rodolfo Fogwill: Los pichiciegos (1983). Porque fue un trabajo muy largo de recreación de este universo. Es impresionante lo que hace. Es una novela muy buena. Y también me ha gustado mucho traducir a Juan Benet. Traduje también argentinos. Me gusta bastante Mario Bellatin, Salón de belleza. A ver si traduje a algún peruano, creo que no.

Bellatin era peruano.
Sí, pero nació en México, de padres peruanos. Pero sí: es peruano-mexicano. Estoy pensando en algún otro. Traduje a mucha gente. (Mario) Benedetti, a mucha gente, pero el trabajo que más me gustó traducir, (como) desafío de traducción por su lenguaje, el de Fogwill. Benet también es bastante difícil. Lo difícil te pone un desafío.

¿Se pierde mucho cuando uno traslada la música y el ritmo de un idioma a otro?
Lo tienes que recrear, lo tienes que rehacer.

Ese es el arte.
Siempre se pierde algo, también se puede ganar. Traduje muchísima gente, muchos autores. También autores de autoayuda, cómic, todo lo que aparezca. Aprendo muchísimo incluso con libros malos. Todo. Textos comerciales, sociológicos, filosóficos.


Proponiendo al Cervantes

Usted también es impulsora de proyectos artísticos y sociales. Más o menos en qué ámbitos se…

Cada vez más en el ámbito de mi mismo trabajo artístico. El trabajo artístico es una manera de conectar. Entonces, el trabajo artístico es algo que está entre tú y yo, y por tanto el mismo arte tiene un sentido ya social. Hice algunos eventos en Brasil, pero siempre como reparto. Yo no era la primera persona que los trataba. Hice un evento grande con otro escritor, pero el evento era diseñado por él. Hice algunas otras cosas diseñadas por mí que me dan especial placer. Tampoco me va mal colaborar con las cosas que hace otro, pero ya no es mi proyecto. He sido asesora del Instituto Cervantes para las áreas de pensamiento y literatura. Eso me ha gustado mucho. ¿Por qué? Porque discutíamos cosas, proponíamos al Cervantes.

¿En Brasil?En Brasil, sí. En Sao Paulo. Si el Cervantes lo aceptaba hacíamos este evento. Trabajé ahí casi dos años, como asesora, lo que te da libertad. Con este proyecto he llevado muchos artistas y escritores a Brasil. Y pensadores. Ha estado muy bien.

Es una institución seria el Instituto Cervantes.
Sí. Pero hoy día ya no pienso en ser promotora artística de la manera como se entiende normalmente. Creo que, por ejemplo, el taller que hicimos en México para mi (última) novela fue un verdadero viaje de promoción artística-cultural, porque es un trabajo que toma muchísimo tiempo. La intermediación o la curaduría es lo que define cómo va a quedar el producto artístico. Pero ya no, como actividad principal, no. Disfruté mucho ser asesora del Instituto Cervantes.

Algunas preguntas sobre literatura, en general. Usted…
Te voy a pedir que veas mi canon. El canon que hice para El Comercio.

¿En Google lo encuentro?
Todavía no lo han publicado. Van a publicarlo creo que el domingo (8 de agosto) en (la página 3 de) El Dominical.

En El Dominical.
Yo tenía once, pero no me dejaron.

Salen diez, no más.
Había llegado a once, con mucho sacrificio. Tuve que cortar mucho. Sangrando hasta los diez.


Filosofando literatura

El escritor, ¿nace o se hace?
Se hace, pues. Tú tienes talento, ganas de hacer, pero tienes que trabajar. Claro que requiere un talento. El talento puede existir para un trabajo, pero solo con esto no va toda la vida. Porque tienes que ser artista a los treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta, setenta, y mientras vivas. Hoy día se tiene una idea del artista con veinticinco, treinta. Nadie se da cuenta de que ese artista tiene que seguir. Entonces, creo que son las dos cosas. Tú te construyes, tienes un don o lo que sea y esto lo vas -a cada tanto- reconstruyendo a lo largo de tu vida.

¿La literatura le ha dado más cosas de las que le ha quitado?
Creo que sí. Los dos están más o menos igual (sonríe), porque siempre te lleva a algo que no pierdes, te reconstruye. Hay un chiste de un gran músico que da un concierto, se acerca un joven músico y le dice: “Maestro, yo daría mi vida para tocar como usted”. Y el maestro le contesta: “Nosotros también. Es el precio que pagué yo”, ja, ja, ja, ja…

Ja, ja, ja… ¿Siente que la literatura está llenando algún vacío en su vida o simplemente es una parte más?
Es una parte más de mi vida, pero una parte que conecta a las demás. Pasa a ser una parte importante en la medida que es la que pone a las demás en organización. Como que hace la curaduría de todas. No tomo en serio el lugar en la farándula literaria o ese tipo de cosas, difundiendo libros que no me gustan solo porque están de moda, no. Sé que en el tiempo de vida de un ser humano puedes leer tantos libros, no más. Y siempre te sobrepasa. Lo que hago es una manera de poner más información, discusión, contacto y diálogo.

¿Qué escritor le parece poco valorado y debería ser más difundido?
Todo se da a su tiempo, en su momento. Porque a veces un escritor que es leído por cinco, seis personas, tiene gran influencia. No debemos medir las cosas de esta manera. Todo tiene su momento, su contexto, su gracia. No veo esto de “ay, pues está injustamente olvidado”. No presumo de descubrir ningún valor y de descubrir nada. Hay cosas que me gustan, entonces trato de enseñarlas cuando puedo. No voy a reparar ninguna injusticia, ja, ja.

¿La literatura y María Alzira Brum siempre son amigos o en algún momento también se vuelven enemigos?
Se vuelven enemigos, pares. Porque tú no eres tu imagen. Tienes que manejar tu imagen. Tienes que ser discreto y desapegado con lo que es tu imagen. Porque si te pegas a tu imagen de escritor, autoridad, autor, maestro, lo que fuera, te van a hundir, te van a matar. Tu vitalidad está en reconstruirte.

Muchísimas gracias por la entrevista y esperemos que siga disfrutando de su estadía en Lima.
Gracias a ti por la oportunidad.