lunes, 27 de septiembre de 2010

Maria Alzira Brum




“Tu vitalidad está en reconstruirte”


Entrevista y foto por Gianmarco Farfán Cerdán

La escritora brasileña Maria Alzira Brum Lemos (Sao Paulo, 1963) resulta una persona agradable apenas uno la conoce. Y no es solamente por la fama de gente alegre que poseen los brasileños. No. Es carisma natural. Ella vino al Perú como invitada de la FIL LIMA 2010, donde ofreció una conferencia, participó de una mesa redonda trinacional y presentó su segunda publicación narrativa: Novela Suvenir (2010). Brum es doctora en Comunicación y Semiótica por la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo. La literatura y su trabajo como traductora ocupan mayormente sus días. Vive un poco en todas partes, entre el país de la samba y el resto de Latinoamérica. Su novela anterior –que también presentó en Lima el año pasado-, La orden secreta de los ornitorrincos (2009), recibió muy buenas críticas. Además, ella ha escrito ensayos sobre cultura y mestizaje en O doctor e o jagunco (2000), y la biografía Alejaidinho: homem barroco, artista brasileiro (2008). Textos literarios suyos figuran en antologías de su país y del extranjero. Igualmente, ha publicado ficciones en revistas impresas y electrónicas de Argentina, Portugal, México y Nicaragua.

Novela Suvenir –una mezcla de relato de viaje e investigación sobre el acto o efecto de la locura- cautiva por su capacidad de sorprendernos en cada página. No sabemos de qué nos hablará en la siguiente. Ni lo intuimos. Los Que Nunca, los Colibríes, los Gobdas, los Buitrones, los Limaches, los Niños Santos, la Escritora Extranjera, los Espíritus Animales o la Señora M., nos llevan a través de un viaje literario experimental por el caluroso Veracruz. Y durante ese recorrido aparece -fantasmal y profundo- Julio Cortázar, quien sabía bien que sobre la telaraña diaria de la vida somos arañas y moscas a la vez. Fluyen muy rápido estas páginas. Novela Suvenir condensa una fusión de vera arte y vera cruz.

Ahora, la narradora nos detalla las distintas facetas e intereses que abarcan su viajera vida con mucha reflexión y sentido de la realidad.


Mucho gusto de estar aquí con usted.
Mucho gusto. Buenas tardes.

Quería empezar con una partecita de su Novela Suvenir: Tao cedo anoiteceu. Son cada vez más cortas las novelas latinoamericanas, y la música popular brasileña ya no es lo que era, mezclada con rimas malas y canciones sentimentales. El camión se aleja, las palabras de las novelas y de las canciones se alejan, se alejan recuerdos y anhelos. Todo es extraño, ajeno, extranjero. Foreign cor, foreign luz, foreign flor, flor de fotografía. Este fragmento de su novela que mezcla pequeñas reflexiones sobre música, literatura, sobre -ligeramente- filosofía, ¿es una muestra de esta reflexión general que es Novela Suvenir sobre su estadía en México, sobre la vida misma?
Sí. Y es más bien un fragmento de la novela. Todo fragmento solo tiene sentido en la lectura en su conexión con otro fragmento. Entonces, no es una reflexión absoluta. No creo tanto en reflexiones absolutas sino que es una parte de estas vivencias, un momento de estas vivencias, un momento de la novela, y es un momento de reflexión sometida a la prueba del conjunto de la novela. Y de la lectura del otro, cómo el otro lo lee.

Esta frase Tao cedo anoiteceu es parte de una canción de Flavio de Carvalho, que fue nominado al Premio Nobel de Literatura en el año 1939. ¿A usted le gusta mucho hacer referencias literarias, jugar con la tradición literaria de su país?
Sí. Hago muchos juegos. Hay muchas capas dentro de esta novela. Sobre todo tiene muchas referencias. Por ejemplo, hay un juego hasta con Clarice Lispector, que no está muy visible. Pero sí, en la medida de lo posible hago referencias, incluso a autores no muy conocidos. No debes dejar de recordar que la novela se escribió con fragmentos de textos que estaban en la computadora. Esa es la idea. En el título de la novela mezclo portugués con español, pero al final tú no sabes quién la escribió. Si se escribió desde el portugués -citando cosas- revisando el español o al revés.

Es una novela híbrida, porque ha sido escrita en México, usted es brasileña y está publicada en México y en Lima.
Sí, y se escribió en español.

¿Es verdad que inicialmente se iba a llamar Lo viví en Veracruz su novela?
Empecé a ponerle este título y después vi que era un título provisional. Yo sabía que no iba a ser así. Pero era el título del proyecto. Luego ya lo cambié. Pero sí, en algún momento sí. Pensé en otros títulos, pero eran todos malos, ja, ja, ja. Y al final el título apareció en el proceso mismo de la novela. Pero el proyecto no cambió: se fue haciendo y moviendo.

En México hubo trescientas portadas distintas de Novela Suvenir, ¿verdad?
Sí, algo próximo a esto. No sé cuántas, pero toda la edición nomás era trescientos o doscientos. Ya no tenemos ninguna. Cada taller hizo las portadas. Y algunas personas hicieron varias. Pero sí, son todas distintas. Creo que son doscientas. Hicimos dos presentaciones y ya no hay más.

Debe ser una de las novelas con más portadas en el mundo, ja, ja, ja…
Eso, ja, ja, ja, ja, sí. Porque cada persona hizo su portada. Era una edición cartonera y se sacó con una editorial llamada Santa Muerte Cartonera, y también con apoyo de La Ratona Cartonera de Cuernavaca. Teníamos dos editores cartoneros que ayudaban a la gente con el material y quedó muy contenta porque cada uno tuvo su libro. Esta era la idea, que el souvenir casi siempre es un objeto masificado que compras, hay miles iguales y lo llevas. Sin embargo, este souvenir tiene un recuerdo de mi viaje que, de alguna manera, el lector también habría participado de este viaje, haciendo la portada. Cada uno hace su viaje. Con las portadas ya la novela tiene otra dimensión. Se han perdido algunas cosas, (se) gana otras.


La literatura es un momento de fiesta

Usted es traductora de profesión…

Sí.

…y leí que usted había llegado a un punto de equilibrio en el cual ya podía dejar de trabajar y dedicarse a la literatura. ¿Es así? ¿Siente que ahora sí la literatura es su carretera, su vía a futuro?
Sí, pero jamás podría dejar de trabajar. La verdad es que no gano dinero con la literatura. Estos momentos de fiesta en que apareces acá -como todo en esto- son momentos, nada más. Porque tú llevas tu vida, despiertas a las cinco de la mañana, dependes de este dinero de las traducciones. No tengo casa, vivo un poco en cada país, voy escribiendo y viviendo así. Entonces, no he dejado de trabajar…

Es una nómada de la literatura.
…sino que he decidido que esto es lo primero. Pero tampoco puedo dejar de mantenerme, como supondrás. Tengo que comer, vestirme.

Por supuesto.
Pero trato de equilibrar las cosas. Ojalá pueda obtener una beca o algo así. Ya sé que estas cosas nunca son para toda la vida, pero sé que lo primero es escribir.

Es su prioridad.
Sí, mientras pueda hacer trabajos que esté satisfecha con ellos como proyectos artísticos.

Traducciones principalmente del español al portugués. ¿O también viceversa?
También hago viceversa, pero junto con otras personas que trabajan conmigo, otros traductores. Tienes una empresa y necesitas una traducción, puedes contratarme, pero lo hago siempre con otra gente. Principalmente de español a portugués.


Ornitorrincos inclasificables

Su novela anterior La orden secreta de los ornitorrincos fue clasificada como inclasificable, ja, ja…
(Brum ríe contenidamente).

…donde se mezclan narradores, historias y era un experimento lúdico. ¿Cómo así tiene este amor por el juego? Cuidando las palabras, el lenguaje, tanto en su novela actual como en la anterior.
Sí, son novelas distintas, pero me gusta el proyecto artístico. Yo disfruto con el proceso de construcción del texto, con el proyecto de construcción y deconstrucción del pensamiento, también. Con el proceso de conocer y conocerse mientras hago la novela. Disfruto y sufro con el proceso. Sí, me gusta jugar. Disfruto muchísimo de todo el proceso, trabajar con el lenguaje todo el tiempo.


Un asesino en sueños

Sobre este cuento Ella en mis sueños que ha publicado en Carátula –revista digital bimestral dirigida por el novelista Sergio Ramírez-, me pareció muy interesante cómo hay críticas a los abogados. Si bien es un cuento medio policial, también es de ficción. Al final, por los sueños dejan libre a un asesino. ¿Cómo así trabajó este cuento?
Lo que ahí trabajé más fue toda la cuestión de la razón, la retórica, la ciencia, la ley. El cuento puede ser una alucinación, pero también puede ser lo que solo uno habla. Es más bien cuando uno está hablando consigo mismo, pero lo atribuye a un otro. Por ejemplo, a veces estás molesto con alguien y te vas por la calle pensando todo lo que le vas a decir. Estaba hablando con otro, pero estaba hablando consigo mismo. Es una reflexión sobre la idea de realidad, de lo que es la ley, la ciencia, y sobre todo la idea de la razón. Porque la razón está compartida. Al final le condenan, pero es algo más o menos ligero. Es cómo se conducen las cosas. La idea de culpabilidad. He trabajado ahí varias cosas. He disfrutado con el registro literario de cómo se va a terminar el cuento, de que tienes una historia y al final te sorprende lo que va a pasar.

¿Y es cierto esto de que hay una tribu en Alaska que tenía un antecedente parecido (tribu donde las mujeres eran asesinadas por sus parejas mientras dormían, puesto que ellos las veían en sus pesadillas convertidas en alces gigantes y furiosos que los atacaban)?
Creo haberlo leído alguna vez en mi vida. Tengo esta memoria, pero también puede ser que lo haya inventado. No lo tengo claro. Yo recordaría haber leído por los años ochenta un artículo de un médico psiquiatra -de la etnopsiquiatría- que hablaba de tribus (en las) que había como una locura. A veces pasaba con algo esta locura de matar a la mujer que estaba al lado porque en sueños lo vio así. Esto también tiene que ver con la idea del otro, de la mujer.

El machismo, también.
Sí. O tal vez lo haya inventado en algún momento y no lo usé hasta que escribí este cuento. Que de hecho no es nuevo, tiene ya algunos años, pero nunca lo había publicado. Es un cuento inédito.


La enorme influencia de Euclides da Cunha

Está muy bueno. Y sobre su libro de ensayos acerca de Los Sertones de Euclides da Cunha, O doctor e o jagunco, sobre la cultura y mestizaje a partir de Los Sertones. ¿Cuánto ha influido Euclides da Cunha en el devenir de la literatura brasileña? Porque él publica Los Sertones en 1902 y…
Sí.

…influye en todo el siglo XX.
Influye y no influye. Hay mucha discusión. La idea del sertao (sertón) es más bien como una ficción compartida y colectiva que se va reconstruyendo y se utiliza en la construcción de la misma idea de (lo) nacional en Brasil, de identidad nacional. Por muchos años hemos dado la idea del sertao en oposición al litoral, una idea del salvaje en oposición al civilizado o lo rural y lo urbano. Euclides hace un marco -él hace lo que dice Calvino, por eso se vuelve un clásico-: recoge lo que había antes sobre este tema y al mismo tiempo deja sus huellas para el futuro. De ahí se vuelve una referencia a la cual siempre se vuelve de una manera novedosa. Aunque mucha gente diga que el libro se agota o que está agotado. Sí creo que me influye, porque es una mirada compleja a las cosas. El desafío fue que era un libro del cual ya se había hablado todo. Desde una perspectiva más contemporánea y que mirara hasta sus fuentes científicas -que de hecho hay-: con esto trabajo. Trabajo con sus fuentes mucho más que con sus comentadores. Trato de reconstruir lo que me parecía o (de) comentar una mirada compleja. El desafío fue trabajar algo sobre lo cual ya se había dicho todo y había muchos juicios formados. Se trató casi de deconstruir y ver de una u otra manera este texto, con una lectura más fresca: mi lectura. Eso está ahí. Para mí es un libro grande. Es un libro que le gustaba mucho a Borges. Tal vez, lo único brasileño que él haya comentado -no sé si ha leído otros-. Y también (escribí el libro de ensayos) para entender cómo se usa el discurso de la ciencia o cómo se usan las clasificaciones. Y para entender lo que es un texto híbrido -un texto que a la vez pretende ser científico, literario, periodístico-.

Le gusta todo lo que es mezclar los géneros.
Sí. Entonces, tiene grandeza. También trabaja la parodia. Es un gran libro. De hecho el mismo Euclides no escribió nada mejor que eso. Tiene muchas otras obras, pero no tienen grandeza.

También ha tenido influencia en el cine, en el cinema novo brasileño, en el mismo Joao Guimaraes
Sí.

…Mario Vargas Llosa. Es un libro inmenso.
Sí, todos vienen con esta experiencia. Porque hoy día ya puedes deconstruir. Esta también es la idea de la biografía.


Afrodescendientes brasileños y Alejaidinho

¿Alejaidinho?

Sí. Hay ideas que han sido formadas a lo largo de los siglos, a lo largo del tiempo, y que uno asume como verdades absolutas. La idea del sertao: los tiempos cambian y va cobrando nuevos significados. Esto no es solo un decir. El tópico siempre se puede rehacer. No hay ninguna verdad: nación, identidad, nada de esto. Es lo mismo que pasa con la biografía. Cuando acepté hacer una biografía no sabía nada de Alejaidinho, o muy poco. Y al hacerla…

Es Antonio Francisco Lisboa.
(Asiente) Antonio Francisco Lisboa.

Siglo dieciocho.
Autor brasileño del siglo dieciocho, conocido como Alejaidinho. Yo acepté ese desafío nada más porque quería aprender.

Fue por encargo.
Sí, fue por encargo. Porque estaban haciendo una colección de personalidades negras, buscando escritores para hacerla, y me invitaron. Somos pocos, uno o dos (autores) que no estamos vinculados a lo que es el movimiento afrobrasileño, afrodescendiente. También esto fue muy interesante, porque se trataba de recuperar un personaje dentro de un ámbito de afirmación de la gente afrodescendiente. Mucha gente en Brasil hoy, en los estudios más avanzados, dice que prácticamente no existió Alejaidinho. Que es una invención de los nacionalistas, del sistema, de los modernistas; una invención que a lo largo del tiempo ha servido…

Pero es un personaje histórico.
Sí. Ha servido para justificar una serie de cosas. Al hacer la biografía, mucho más importante que saber de la existencia o los datos de la vida de este personaje, pues (era) saber cómo se construyó el personaje. El desafío: construir y deconstruir. Trabajar con aquello que parecen verdades absolutas. No tomarlas como verdades absolutas sino utilizarlas para una investigación que siempre vuelve, para conocerte o conocer a tu entorno y recrearlo. No tratar de repetir todos los tópicos que existen. Para esto me sirvió. Aprendí muchísimo sobre lo barroco. Y creo haber aportado -utilizando diferentes fuentes- una divulgación sobre cómo se creó el personaje, quién utiliza el personaje, diferentes modos de ver a este posible hombre que vivió en el siglo dieciocho, y a quien al final se conoció como Alejaidinho. Ahí está la idea (de) trabajar con algo que es utópico.

Y al final, ¿termina siendo un personaje construido o un personaje más real de lo que se pensaba?
Toda biografía es construida. De lo que se trata, no es si existió o no, no se trata de la realidad, se trata de qué pasa. Es decir, por qué existieron artistas que hicieron esta obra. Entonces, él representa a un conjunto de artistas afrodescendientes que vivieron en la colonia, que utilizaron el barroco como una forma de resistencia, de construcción y modo de vida. La realidad es un concepto muy frágil, muy débil, para utilizarlo. Existe porque ahí está la prueba, ahí está todo lo que se hizo y cómo se asume este personaje, pero no está revestido -tal vez- como una única persona física que hizo todo esto.


La creación del mundo en un reality show

Y sobre su nuevo proyecto de libro: 1979, la creación del mundo, que está trabajando para el año que viene. ¿Cómo va?
Ojalá. Ese proyecto ya tiene mucho tiempo. Lo cambié, ahora se llama La creación del mundo nomás. En un primer momento quería narrarlo desde el pasado, pero desde un pasado que luego se volvería un único tiempo. Creo que puedo sacarlo el año próximo, pero lo estoy haciendo con tranquilidad. Trabajo con la idea de una isla comprada por una megamultinacional del espectáculo, y todo se vuelve ahí un reality show.

¿No es O Globo?Ja, ja, ja. Algo así, pero esta isla tiene sus peculiaridades: se mueve, es un poco inventada y un poco basada en la biografía de una isla que existe en Brasil. Y también en la idea de todas las islas. La idea de navegación, el Internet, cómo nos volvemos todos personajes de un gran reality show.

Todos estamos en islas.
En efecto. Pero también todos estamos navegando en un gran reality. Un poco de ahí parte la idea.

Estamos como en (The) Truman Show.
(Sonríe) No sé, ja, ja…

Todos vemos lo que está haciendo el otro.
Sí. Puede ser algo así. Esa es una reflexión y allí hay muchos personajes reales, algunos filósofos que existieron, personajes artísticos, de cómic. Lo mezclo todo. Es divertido. Espero que sea divertido.


Fogwill, Los pichiciegos, Benet

¿Cuántos años ya tiene trabajando traducciones?
Creo que desde el año 2000, tal vez 2001. Lo que pasa es que yo no trabajaba como traductora. Yo daba clases, tratando de adaptarme al mundo del trabajo con muy poco éxito. Entonces, todo lo que hacía lo hacía bien, pero no lograba mantenerme, porque lo mío no es esto. Estaba como cuatro, cinco años, dando clases. Muy deprimida por el hecho (de) que tenía que salir. Me encantan los alumnos, soy amiga de ellos hasta hoy, pero el hecho de tener que salir con una hora marcada da pánico. Soy muy poco adaptada a los horarios en el trabajo. Ahí empecé a hacer trabajos que pudiera trabajar en mi casa. Si quería salía de vez en cuando. Hasta ahora soy así, me gusta salir de vez en cuando.

Le gusta poner sus propios horarios.Exacto. Desde entonces hice mi nombre como traductora. Así fue. Y me fue muy bien, porque es un trabajo que puedo hacer en cualquier parte. Puedo venir a México de acá, hacer una traducción y mandarla por e-mails.

¿Hay un trabajo en especial de traducción que sea su preferido?
Sí, el de Rodolfo Fogwill: Los pichiciegos (1983). Porque fue un trabajo muy largo de recreación de este universo. Es impresionante lo que hace. Es una novela muy buena. Y también me ha gustado mucho traducir a Juan Benet. Traduje también argentinos. Me gusta bastante Mario Bellatin, Salón de belleza. A ver si traduje a algún peruano, creo que no.

Bellatin era peruano.
Sí, pero nació en México, de padres peruanos. Pero sí: es peruano-mexicano. Estoy pensando en algún otro. Traduje a mucha gente. (Mario) Benedetti, a mucha gente, pero el trabajo que más me gustó traducir, (como) desafío de traducción por su lenguaje, el de Fogwill. Benet también es bastante difícil. Lo difícil te pone un desafío.

¿Se pierde mucho cuando uno traslada la música y el ritmo de un idioma a otro?
Lo tienes que recrear, lo tienes que rehacer.

Ese es el arte.
Siempre se pierde algo, también se puede ganar. Traduje muchísima gente, muchos autores. También autores de autoayuda, cómic, todo lo que aparezca. Aprendo muchísimo incluso con libros malos. Todo. Textos comerciales, sociológicos, filosóficos.


Proponiendo al Cervantes

Usted también es impulsora de proyectos artísticos y sociales. Más o menos en qué ámbitos se…

Cada vez más en el ámbito de mi mismo trabajo artístico. El trabajo artístico es una manera de conectar. Entonces, el trabajo artístico es algo que está entre tú y yo, y por tanto el mismo arte tiene un sentido ya social. Hice algunos eventos en Brasil, pero siempre como reparto. Yo no era la primera persona que los trataba. Hice un evento grande con otro escritor, pero el evento era diseñado por él. Hice algunas otras cosas diseñadas por mí que me dan especial placer. Tampoco me va mal colaborar con las cosas que hace otro, pero ya no es mi proyecto. He sido asesora del Instituto Cervantes para las áreas de pensamiento y literatura. Eso me ha gustado mucho. ¿Por qué? Porque discutíamos cosas, proponíamos al Cervantes.

¿En Brasil?En Brasil, sí. En Sao Paulo. Si el Cervantes lo aceptaba hacíamos este evento. Trabajé ahí casi dos años, como asesora, lo que te da libertad. Con este proyecto he llevado muchos artistas y escritores a Brasil. Y pensadores. Ha estado muy bien.

Es una institución seria el Instituto Cervantes.
Sí. Pero hoy día ya no pienso en ser promotora artística de la manera como se entiende normalmente. Creo que, por ejemplo, el taller que hicimos en México para mi (última) novela fue un verdadero viaje de promoción artística-cultural, porque es un trabajo que toma muchísimo tiempo. La intermediación o la curaduría es lo que define cómo va a quedar el producto artístico. Pero ya no, como actividad principal, no. Disfruté mucho ser asesora del Instituto Cervantes.

Algunas preguntas sobre literatura, en general. Usted…
Te voy a pedir que veas mi canon. El canon que hice para El Comercio.

¿En Google lo encuentro?
Todavía no lo han publicado. Van a publicarlo creo que el domingo (8 de agosto) en (la página 3 de) El Dominical.

En El Dominical.
Yo tenía once, pero no me dejaron.

Salen diez, no más.
Había llegado a once, con mucho sacrificio. Tuve que cortar mucho. Sangrando hasta los diez.


Filosofando literatura

El escritor, ¿nace o se hace?
Se hace, pues. Tú tienes talento, ganas de hacer, pero tienes que trabajar. Claro que requiere un talento. El talento puede existir para un trabajo, pero solo con esto no va toda la vida. Porque tienes que ser artista a los treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta, setenta, y mientras vivas. Hoy día se tiene una idea del artista con veinticinco, treinta. Nadie se da cuenta de que ese artista tiene que seguir. Entonces, creo que son las dos cosas. Tú te construyes, tienes un don o lo que sea y esto lo vas -a cada tanto- reconstruyendo a lo largo de tu vida.

¿La literatura le ha dado más cosas de las que le ha quitado?
Creo que sí. Los dos están más o menos igual (sonríe), porque siempre te lleva a algo que no pierdes, te reconstruye. Hay un chiste de un gran músico que da un concierto, se acerca un joven músico y le dice: “Maestro, yo daría mi vida para tocar como usted”. Y el maestro le contesta: “Nosotros también. Es el precio que pagué yo”, ja, ja, ja, ja…

Ja, ja, ja… ¿Siente que la literatura está llenando algún vacío en su vida o simplemente es una parte más?
Es una parte más de mi vida, pero una parte que conecta a las demás. Pasa a ser una parte importante en la medida que es la que pone a las demás en organización. Como que hace la curaduría de todas. No tomo en serio el lugar en la farándula literaria o ese tipo de cosas, difundiendo libros que no me gustan solo porque están de moda, no. Sé que en el tiempo de vida de un ser humano puedes leer tantos libros, no más. Y siempre te sobrepasa. Lo que hago es una manera de poner más información, discusión, contacto y diálogo.

¿Qué escritor le parece poco valorado y debería ser más difundido?
Todo se da a su tiempo, en su momento. Porque a veces un escritor que es leído por cinco, seis personas, tiene gran influencia. No debemos medir las cosas de esta manera. Todo tiene su momento, su contexto, su gracia. No veo esto de “ay, pues está injustamente olvidado”. No presumo de descubrir ningún valor y de descubrir nada. Hay cosas que me gustan, entonces trato de enseñarlas cuando puedo. No voy a reparar ninguna injusticia, ja, ja.

¿La literatura y María Alzira Brum siempre son amigos o en algún momento también se vuelven enemigos?
Se vuelven enemigos, pares. Porque tú no eres tu imagen. Tienes que manejar tu imagen. Tienes que ser discreto y desapegado con lo que es tu imagen. Porque si te pegas a tu imagen de escritor, autoridad, autor, maestro, lo que fuera, te van a hundir, te van a matar. Tu vitalidad está en reconstruirte.

Muchísimas gracias por la entrevista y esperemos que siga disfrutando de su estadía en Lima.
Gracias a ti por la oportunidad.

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