domingo, 25 de diciembre de 2016

Alberto Gómez Font




“El español está en uno de sus mejores momentos”


Entrevista y foto por Gianmarco Farfán Cerdán

Hace poco estuvo en Lima un personaje muy importante del ambiente cultural español: Alberto Gómez Font, filólogo, exdirector del Instituto Cervantes de Rabat (Marruecos), miembro correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y coordinador general (hasta el año 2012) de la Fundación del Español Urgente.  Asimismo, es autor del Diccionario de español urgente (2000), Donde dice… debiera decir (2006) y Vademécum de español urgente (I y II, de 1992 y 1995); así como coautor del Manual de español urgente (2008), Enciclopedia del español en los Estados Unidos (2008), Libro de estilo Garrigues (2005), Normas de redacción del diario guatemalteco Prensa Libre (2007), y coautor y editor en el año 2004 del Manual de Estilo de la NAHJ (National Association of Hispanic Journalists).

Durante los días 18, 19 y 20 de noviembre se realizó, en nuestra capital, el IV Congreso Internacional de Correctores de Textos en Español La palabra en la era digital y Alberto Gómez Font presentó allí la ponencia ¿Se puede corregir lo correcto? Este evento fue organizado por la Asociación de Correctores de Textos del Perú (Ascot Perú) y auspiciado por el Ministerio de Cultura.

Gómez Font también fue parte, en este congreso internacional, de la presentación especial del colectivo Palabras Mayores (que integran él y sus compatriotas Xosé Castro Roig y Antonio Martín Fernández, además del mexicano Jorge de Buen Unna). Este colectivo ha impartido cursos y conferencias sobre lengua española, corrección de textos y comunicación escrita en 22 países. Algunos de ellos son: Estados Unidos, Francia, Irlanda, Reino Unido, Bélgica, Luxemburgo, Marruecos, México, Canadá, Brasil, Argentina, Nicaragua, Colombia y Chile. Sus cuatro integrantes han publicado decenas de libros y artículos especializados. En 2015 publicaron su primer libro como colectivo: 199 recetas infalibles para expresarse bien.

Muchas gracias por esta oportunidad. Yo quería empezar preguntándole: con toda su experiencia como corrector, filólogo, ¿cuál es la situación actual del español, con todos estos cambios tecnológicos que estamos teniendo?
Hay algunas lenguas más habladas, como el chino cantonés y el hindi, que es la lengua más hablada de la India. Pero sí es la segunda más importante entre las lenguas de comunicación, después del inglés. Es una lengua hablada en 19 países, contando a Puerto Rico como país. Es una lengua que, también, tiene presencia en los Estados Unidos, en las islas Filipinas. Hay un país africano del que siempre se nos olvida el nombre cuando hablamos del mundo hispanohablante: Guinea Ecuatorial. Y, en Hispanoamérica, hay un país entre México y Guatemala que se llama Belice, donde aunque la lengua oficial es el inglés, también se habla español. Una lengua hablada en tantos países importantes en actividad cultural… Países ricos como México, Colombia, Perú, hacen que sea una lengua viva, en continua formación, evolución y muy actual. Constantemente está creándose y recreándose a sí misma, de forma que podemos hablar de un español estándar, tradicional y, al mismo tiempo, de un español en vanguardia, que podríamos llamar como el neo-español: el más nuevecito, el más de esta mañana, la última palabra que se inventó un político, un periodista y que le gustó a la gente y empezaron a repetirla. Es decir, yo creo que la situación actual de nuestra lengua es inmejorable. También tienen mucho que ver los medios de comunicación actuales, la sociedad a la que se le transmite todo. Las redes sociales. Es decir, hay tal cantidad, tal caudal de trasiego de información en español al mundo actual que el español está en uno de sus mejores momentos.

Como exdirector del Instituto Cervantes de Rabat, ¿cómo se veía al español en África, justamente, donde usted trabajaba?
Marruecos es un país que está al lado de España. Nada más que hay que cruzar 14 kilómetros de agua en el Estrecho de Gibraltar. Es decir, está ahí, pegadito, y durante cierta época de la historia del siglo XX, incluso, hubo una colonización de España de la parte norte de Marruecos. Por lo cual es una lengua que lleva ahí muchos años. También llegaron judíos sefardíes expulsados en el siglo XV de España y se instalaron en Marruecos. Es una lengua de un país vecino. Ven la televisión española, siguen la liga de fútbol española y aunque la lengua de comunicación más habitual en Marruecos, después del árabe, es el francés, también el español tiene mucha importancia. En el Instituto Cervantes de Rabat que yo dirigí había problemas de espacio, en algunas horas del día, porque no teníamos aulas suficientes para la cantidad de alumnos que estaban matriculados. Es una lengua que está de moda en todo el mundo y Marruecos es un país que, al estar tan cercano a España, tiene muchísimos estudiantes de español como segunda lengua y, al mismo tiempo, muchos estudiantes de lingüística, de filología hispánica, en las facultades de letras de las universidades.

¿Qué le parece el español que practicamos en el Perú y Colombia, que dicen que son los países con el español más bonito de Latinoamérica?
Dicen algunas personas que en Lima se habla una de las mejores variedades del español del mundo. Yo estoy en Lima con usted y no puedo atreverme a negar eso, pero tampoco me atrevería a negarlo si estuviéramos en Asunción y fuera usted un periodista paraguayo y me hubieran invitado a un congreso en Asunción en lugar de en Lima. Es decir, no se puede afirmar que en un sitio se hable mejor español que en otros, porque si uno dice eso, se está atreviendo a afirmar que en los otros hablan peor y que tiene uno el privilegio de hablar bien y los otros no lo tienen. El español se habla igual de bien en cualquiera de los puntos cardinales del mapa de los países que hablan español. Que a uno le guste más o menos es el afecto a un sitio u otro: es una cuestión de gustos. Una persona culta en cualquier país hispanohablante habla español igual de bien que en otro país.

Usted, también, ha trabajado para EFE como asesor lingüístico. Siempre el periodismo y el buen manejo del idioma tienen una relación muy directa. ¿Cómo ha sido su relación con el periodismo durante todos estos años que ha trabajado en EFE?
La relación de un asesor lingüístico que trabaja para un medio de comunicación -como en mi caso-, para una agencia de prensa, es de colaborador. Es decir, la principal herramienta que tiene el periodista es la lengua. En este caso, la lengua española, y un asesor lingüístico, un revisor de textos, lo que hace es servir de apoyo al periodista para que su trabajo final quede más perfecto. Que no solo la información esté bien redactada y sea concisa sino que, además, esté escrita en buen español para difundirla por el mundo, dando ejemplo del buen uso de la lengua.

¿Nos podría contar un poquito acerca de su experiencia en Colombia? Usted que ha vivido ahí desde el año 58 al 66.
Mi experiencia vital en Colombia fue la infancia feliz de cualquier niño. Yo llegué a Colombia con tres años y me fui de Colombia con once. Es decir, pasé allí mi enseñanza primaria, justo en una zona de Colombia donde hablaban español muy bonito. Lógicamente, para mí, es el más bonito porque es de mi infancia.

En Pereira.
Sí. En el centro del país, donde se habla una variante que se llama paisa y, de vez en cuando, me doy un paseo por esas tierras y me gusta recuperar esa variedad del español. Presumen los bogotanos, como la gente de muchos otros sitios, de hablar el mejor español del mundo, pero esa es otra bobada. Igual de bien habla un bogotano que un tipo de Barranquilla.

Muchísimas gracias, señor.
De nada.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Mila Huby




“Siempre hay esta necesidad de seguir buscando, seguir experimentando”


Entrevista y foto por Gianmarco Farfán Cerdán


La artista peruana Mila Huby (Lima, 1965) ha presentado, durante agosto y setiembre de este 2016, su exposición Cartografías del cuerpo y la memoria en el Centro Cultural Juan Parra del Riego, en Barranco. Sin duda, ha sido una de las muestras más interesantes y valiosas del año.

Huby es arquitecta, pintora, grabadora, fotógrafa, restauradora y catedrática. Licenciada en Pintura por la Pontificia Universidad Católica del Perú, ha realizado estudios complementarios en Barcelona, España. Además, ha expuesto sus obras en Estados Unidos, Brasil, Suiza, España y Ecuador. Desde 1993 ella cuenta con casi treinta exposiciones, entre individuales y colectivas, en su trayectoria profesional.

Dice la excelente artista nacional Luz Letts sobre el trabajo de Huby que “el viaje empieza cuando nacemos; sin vida no hay movimiento. El tiempo es relativo. Existir ya es nuestro camino. Entonces, lo que hace del viaje algo excepcional es esa intensidad que podemos experimentar. Lo importante es no temer, lo importante es estar presente y, en las obras que presenta Mila, la vida transpira”.

A su vez, Patricia Gómez Sánchez, la curadora de la muestra, señala que “Cartografías del cuerpo y la memoria es una exposición que nos invita a una travesía poética de la vida misma, con la fuerza y determinación de una artista madura y versátil, que sabe que tiene mucho que decir”.

Dialogamos en Barranco con esta artista visual -como ella misma se denomina en su página web oficial- gentil y reflexiva sobre sus principales motivaciones a la hora de crear sus poderosas y atractivas obras, así como, también, acerca de su siempre viajera biografía.


Muchísimas gracias, Mila, por esta oportunidad. Quería empezar la entrevista mencionando que todos tus trabajos que tenemos acá, tanto de fotografías intervenidas como de pinturas tienen que ver con constelaciones, viajes, ver el mundo desde lejos.
Exacto, desde lejos.

¿Cuánto tiempo te ha demorado elaborar estos trabajos? ¿Desde cuándo los vienes preparando?
Esta exposición ya la vengo trabajando desde el 2011, más o menos. Sobre todo la parte de las fotos. Y las pinturas comenzaron el 2015 y las he terminado ahora, en el 2016, a pesar de que es un proyecto que ya viene de antes. Otras pinturas, pero la misma idea del viaje, el mar visto desde el cielo, esta relación entre el cielo y el mar de los navegantes.

Tienes una fascinación por la mitología griega.
Sí, me encanta la mitología, los mapas, las cartografías sobre todo -que son de navegación- y los mapas estelares. Hay una cosa bien profunda que produce esta fascinación.

¿Esto viene porque tú has viajado mucho o es algo que te nace desde niña, por familia? ¿Por dónde viene este interés?
Sí hay una relación con este espíritu viajero, aventurero y siempre de búsqueda, de nunca conformarse con el hoy, con el ahora o con el territorio que tenemos aquí delante. Siempre una búsqueda de algo que está más allá, que muchas veces parece inalcanzable. De ahí un poco la idea esta de los mapas de las estrellas, de las cartografías, del mar visto desde el cielo. Como que es un viaje real, porque sí, soy una persona que se mueve mucho y, sobre todo, se ha movido mucho en mi vida de estudiante. Me fui del Perú, después volví, me volví a ir muchas veces.

¿Siempre por estudios?
No siempre por estudios. Por amores, también (sonríe).

Ibas atrás del amor.
Sí, siempre (sonríe). Comenzó siendo por estudios y la vida te va llevando por caminos que tú, a veces, ni te imaginas. De pronto, te das cuenta que ya estás muy lejos del principio y es como que ya nunca vas a regresar a ese origen. Y siempre hay esta necesidad de seguir buscando, seguir experimentando, conociendo. La idea de los mapas de las estrellas es como la máxima búsqueda, como algo más profundo, también.

Al ver tus cartografías, tus fotografías intervenidas, me preguntaba si tú querías explicarte el mundo a ti misma o se lo quieres explicar a los demás.
Parte de querer explicármelo a mí misma, primero. Me doy cuenta que, como artista, definitivamente, tengo la necesidad de comunicar y quiero comunicarlo y compartirlo. Esa es la esencia de todo artista: su necesidad por compartir lo que vive, lo que hace, lo que descubre. De ahí parte la motivación de hacer exposiciones, también. El artista, si no muestra su trabajo, hay una parte de frustración.

Además, veo que intentas ser una artista total, porque tienes pintura, fotografía, mitología, y va a haber una performance (en el Centro Cultural Juan Parra del Riego) con Mirella Carbone más tarde. Entonces, para ti el arte es un todo. No hay una separación de artes.
Sí, yo creo que, finalmente, es un poco así. Uno tiene, de repente, más habilidades o más tendencia a dedicarse a una especialidad, pero a la mayoría de los artistas nos gusta dibujar, pintar, hacer esculturas, tomar fotos, porque tiene mucho que ver con una sensibilidad, también: ser capaces de observar el mundo que nos rodea y reinterpretarlo.

¿Qué es lo que más has podido observar, Mila, a través de tus trabajos artísticos?
Yo creo que, primero, hay todo un tema con el paisaje marino y del desierto. Después, hay un tema con la mujer y con una parte estética. También con una búsqueda de yo misma como mujer. Las cosas van cambiando. Cuando yo era estudiante las cosas eran aún más difíciles que ahora para una mujer. Lo siguen siendo. Si tú haces un recuento de cuántas artistas mujeres famosas, realmente famosas hay en el mundo… Hablando del Perú, son poquísimas. Sin embargo, los hombres, normalmente, tienen más facilidad para enfrentarse a las exigencias de un mundo machista, valga la redundancia.

Es que en la escena artística peruana los hombres tienen la preponderancia.
Sí. En el mundo, en general. Pero si hablamos de Perú: muchísimo.

Quería terminar esta entrevista mencionando que me parece un lujo que Luz Letts haya escrito cosas tan bonitas sobre ti. Quería saber qué opinión tenías acerca de eso que te había escrito Luz y sobre Luz, también.
Para empezar, Luz es una persona que como artista admiro muchísimo. Es una de las artistas peruanas que, para mí, son de las mejores del arte actual y de mucho tiempo. Me encanta su trabajo. Ha sido un privilegio y un regalo que ella haya escrito sobre mi trabajo con tanto cariño y, además, dándome a entender que le gusta. Eso es, para mí, como tú dices, un privilegio y un regalo.

Y, también, has tenido a Rosamar Corcuera de modelo en una de tus fotografías (Rosa de Mar, 2011).
Eso no lo digas, por favor. Es secreto (sonríe).

Mila, muchísimas gracias por esta entrevista y te felicito.
Gracias.

Veo que eres talentosa y te felicito porque tienes una visión integral del arte.
Muchas gracias, Gianmarco, a ti.

Gracias.

domingo, 11 de septiembre de 2016

Jossimar Cavalier Gonzáles




“El poema es como la vida misma”


Entrevista y foto por Gianmarco Farfán Cerdán


Siempre resulta una magnífica noticia la aparición de nuevos poetas en el Perú. Jossimar Cavalier Gonzáles (Lima, 1989) ha publicado Diseño de interiores (2015), su primer poemario, el cual ha sido presentado en diversos eventos literarios y será reeditado a fines de este 2016. Incluso, fue presentado en el prestigioso Instituto Caro y Cuervo, en Bogotá, Colombia.

Jossimar es corrector y editor de textos de la editorial Vivir sin enterarse, así como jefe de práctica en la Maestría de Antropología Visual de la Pontificia Universidad Católica del Perú. También se encuentra estudiando una Maestría en Literatura Hispanoamericana en la misma universidad. Asimismo, ha sido docente de literatura en el centro preuniversitario de la Universidad Nacional del Callao, en los colegios Alfa y Saco Oliveros, en Lima, y es gestor cultural para la Municipalidad de Amarilis, en Huánuco.

Como poeta ha participado en la Feria Internacional del Libro de Lima 2015, en la Feria del Libro Ricardo Palma 2015 y en el Festival Internacional de Poesía de Lima 2016. Y ya está preparando la publicación de su segundo libro de poemas, cuyo nombre  tentativo es De arena y mar. Para perfeccionar ambos poemarios ha recibido el apoyo y los consejos del poeta colombiano Federico Díaz Granados y  de los poetas peruanos Luis Fernando Chueca y Victoria Guerrero.

El amor, la ironía y la tecnología son tres de los temas preferidos de Jossimar en sus versos. Esto lo podemos apreciar en su poema Quisiera tus puertas de par en par, que es bastante emotivo: Tan solo ayer eras parte de / mis arritmias cardiacas. / Eras posibilidad y sentimientos cuajados en mi vientre. / Eras las letras que escribí / las trasnoches cósmicas / las madrugadas opacas llenas de cafeína, de insomnio. / Fuiste frío, / brisa de mar, / marejada sobre las costas, / estela en lontananza. / Fuiste mis horas transcurridas, / el semáforo en verde. / Eras Neruda en “Crepusculario”. / Tan solo quería que seas ese mundo en actitud de entrega. / Miro el monitor y apago el cigarro: / “ahora eres tan solo un punto verde dentro de mi lista de contactos”.

Sobre el arte de la poesía y su primer poemario dialogamos con Jossimar en el precioso auditorio del colegio San Andrés, frente a todos los atentos alumnos de secundaria y sus profesores.



Jossimar: ¿Quién no ha sufrido una decepción amorosa? Todos hemos sufrido una decepción amorosa. ¿Quién no le ha dedicado poemas a su novia o su novio? Estamos en esa rutina. Les cuento algo peculiar: yo, a veces, me ganaba las propinas de mis compañeros escribiendo cartas de amor hacia sus enamoradas, porque ellos tenían un poco de temor, miedo, de escribir.


Gianmarco: Como Mario Vargas Llosa.
Sí, algo así. Después sus enamoradas, las chicas con las que estaban, se enteraban que yo había escrito la carta y eso originaba problemas. Por ejemplo, la publicación de este poemario me llevó a reencontrarme con amores del pasado. Incluso, me decían: “Ojalá que hayas puesto mi nombre en alguno de los poemas o me hayas dedicado algún poema”.


Te has cuidado de no poner nombres.
¡Ah, no!


“El poema es un caracol en donde resuena la música del mundo y metros y rimas no son sino correspondencias, ecos, de la armonía universal”. Octavio Paz pensaba esto del poema. Para ti, ¿qué cosa es un poema?
Yo pienso que el poema es como la vida misma. Creo que en cada partícula, en cada elemento de la naturaleza, en cada estructura construida, en cada sentimiento, hay una manifestación de un poema. Un poema en potencia, claro está. Cada uno de nosotros, también, somos un poema en potencia. Como decía Raúl Zurita, el poeta chileno: el amor es como el poema porque está adherido a las rocas, al mar y a las montañas. Eso es un poco el poema, creo yo. Aún el poema sigue siendo una manifestación resistente. Poca gente consume poesía, muy poca gente lee poesía. Leer poesía es como leer filosofía, ciencias sociales, como leer matemáticas. La poesía te apertura a muchas cosas.


Jossimar, tú que estás estudiando una Maestría en Literatura Hispanoamericana en la Católica, estás bien metido en el ambiente literario. Justamente había comentado (al público del auditorio, antes de que llegaras) unas fotos tuyas con otros escritores. Quería preguntarte: ¿cómo ves el panorama de los poetas jóvenes en el país?
Yo tengo referencia de algunos compañeros, amigos, que están en el extranjero, estudiando en universidades. Algunos, terminando sus estudios, van a estudiar a la Universidad de Texas escritura creativa porque, de alguna manera, los profesionaliza como escritores. Pero yo siento que el panorama de la literatura desde hace unos tres o cuatro años, para los jóvenes, se está articulando mucho más. Pienso que ahora no es tan complicado publicar poesía. Uno puede entrar a una red, escribir algo, publicarlo y la gente -depende de su aceptación- le da like o… La mayoría te da like porque son tus amigos. Ni siquiera leen tus publicaciones, a veces. Ahora es mucho más fácil llegar a la gente. Entonces, pienso que la poesía, por este medio, es más vistosa. Y el panorama de la literatura escrita por jóvenes, ahora, pienso que tiene un buen camino, tiene un buen norte. El año pasado, el poemario que publiqué tuvo una buena aceptación, lo sacaron en una de las revistas más importantes de la Católica, en la maestría, y eso fue porque uno, en este camino de la literatura, va conociendo a muchos escritores jóvenes. Un muy buen amigo mío es Christian Reynoso, periodista y también escritor…


Estuvo acá ayer.
¿Ah, sí? ¿Estuvo acá?


Estuvo acá (y lo entrevisté ante el auditorio lleno).
¡Ah, qué bien! Justo con Christian tenemos este proyecto con la revista de la Universidad Católica, así que estamos trabajando porque pensamos que ahora hay una especie de confraternidad. Antes había una especie de divorcio entre crítica literaria, historia literaria y creación literaria. Ahora estamos más hermanados porque hay más jóvenes que están participando en esas actividades, que están participando en la difusión de la literatura.



Claro, y que, sobre todo, son egresados de la Católica o de San Marcos.
Sí, es así.


Y de la Villarreal.
Y de la Villarreal, claro.


Tu alma mater.
Sí, pues. Tengo grandes recuerdos de mi universidad. Siempre recuerdo a Washington Delgado, a Oswaldo Reynoso, a Augusto Higa, mis profesores. Es como volver a ese espacio donde -como diría la canción de Sui Generis-, de alguna manera, uno fue feliz.


¿Y cómo es tu relación, como joven, con todos esos maestros? ¿A cuál vuelves siempre?
Yo siempre vuelvo a la poesía de Enrique Peña, un escritor vanguardista. Publicó su libro Cinema de los sentidos puros, más o menos en 1930, por ahí -esa es la época de César Moro, Emilio Adolfo Westphalen-, pero no ha sido tan visto. Siempre vuelvo a estos poetas. Vuelvo a César Moro, a poetas jóvenes, también. Yo admiro mucho la poesía de Eduardo Reyme, de Chumbire, poetas jóvenes que están haciendo poesía y no está mal decirlo: son buenos poetas, a pesar de que son contemporáneos conmigo. No hay mezquindad. Pero si ustedes se dan cuenta en la foto (que está tras nuestro, en el ecran del auditorio), yo tengo a dos maestros y amigos míos: uno de ellos es, el de lentes, Maynor Freyre, periodista y escritor, narrador y también poeta. Un amigo que siempre me apoyó en la poesía, que cuando quisieron sabotearme un poco la presentación de mi primera plaqueta en la universidad, me abrió la sala de Ciencias de la Comunicación para poder presentar mi plaqueta. Y el otro poeta que tenemos ahí (en la foto) es José Pancorvo, que, lamentablemente, dejó de existir. Son, de alguna manera, escritores que siempre están apoyando a escritores jóvenes como nosotros, que recién estamos empezando y sabemos que hay un camino muy largo. Uno en la poesía o en cualquier actividad tiene que perseverar mucho. Y, además, lo importante, como dice la canción, no es llegar, lo importante es el camino que uno recorre para llegar a ese momento.


Jossimar, creo que ya no tenemos más tiempo.
Yo quería despedirme -me tomaría un par de minutos nada más-, quisiera leerles un poema. Porque ustedes están esperando que yo lea. No soy mucho de leer, pero igual. Puedo decir que he escrito este poema para una mujer. Cuando está a mi lado le digo: “Sí, lo he escrito para ti”. Me gusta trabajar mucho la temática de la tecnología. Hubo un tiempo en el cual no podía comunicarme con la persona que quiero, entonces, escribí este poema. Se llama Nuestro amor pende de una fibra óptica y dice lo siguiente: Precisamente ahora que nuestro amor pende de una fibra óptica, / que los mensajes de texto no encuentran sus destinatarios habituales / que los gigabites y los discos extraíbles tienen capacidad limitada, busco meter nuestros sentimientos en un eterno loading / y espero escondido detrás de un spam / insertar un nuevo windows o un perantivirus para que nos purifique. / Precisamente ahora que todo está cuesta arriba mi corazón ha optado por traicionar sus principios laicos… / Ya dejó de creer en los likes convencionales, los amenes virtuales, en las fotos sensacionalistas, / dejó de creer en los saludos encartonados en los puntitos verdes. / Mi corazón da vuelta a la esquina, / dicen por ahí que se ha potenciado, que tiene una memoria externa y sin embargo sigue resistiendo… / Y sigue creyendo en los abrazos francos, en los besos sentidos, en las almas enlazadas. / Mi corazón ya no cree en emoticones / pues precisamente que ahora pende de una fibra óptica, sigue creyendo en ti. Gracias, chicos, por esta mañana. (Aplausos del público).


Gracias a ti, Jossimar.

sábado, 16 de abril de 2016

Johanna Hamann




“Lo que un artista hace es ser, más o menos, el testigo de su época”


Entrevista y foto por Gianmarco Farfán Cerdán


Johanna Hamann Mazure (Lima, 1954) tiene la mirada profunda, de águila vigilante, y su arte posee la capacidad de cuestionar nuestras ideas y sacudir nuestras emociones. Uno nunca queda indiferente tras apreciar una escultura suya. Algo se remueve en nuestro interior, algo cambia obligatoriamente.

Ella acaba de presentar una impactante retrospectiva de su obra en el ICPNA de Miraflores, la cual abarcó su producción desde 1977 hasta 2015. El artista suizo Alberto Giacometti decía: “Yo pinto y esculpo para obtener un control sobre la realidad, para protegerme”. En el caso de Hamann, ella esculpe para demostrar su inconformidad permanente con dicha realidad, su desagrado hacia las cosas que no están funcionando correctamente en la sociedad peruana.

Hamann ha sido directora de estudios de la Facultad de Arte de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), donde, además, es docente desde 1984. También ha sido invitada a dar conferencias en Estados Unidos, España y Portugal. En 2005 obtuvo el Primer Premio del Concurso Homenaje a la Integración, de la Municipalidad de San Isidro. En 2004 fue condecorada como Mujer Ilustre de Miraflores. Y en 1987 recibió una Mención Especial del Primer Concurso de Esculturas al Aire Libre, del Centro Cultural de la Municipalidad de Miraflores. Además, como investigadora, ha recibido cuatro premios de la PUCP durante los años 2008, 2009, 2011 y 2012.

Fue alumna de la escultora italiana Ana Maccagno y el vitralista austriaco Adolfo Winternitz, así como compañera de estudios del pintor Ramiro Llona. Tiene una maestría en Humanidades (2005) por la PUCP y un doctorado de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona (2011). Ha realizado ocho exposiciones individuales y ha participado en muestras colectivas en México, Colombia, Chile y nuestro país.

Sus opiniones siempre tuvieron espíritu crítico: ya en 1983 ella afirmaba que “el arte está completamente relegado a las esquinas elegantes de la ciudad”. Esa actitud suya, nada concesiva, permanece hasta hoy.


Muchísimas gracias por esta oportunidad. Yo quería empezar esta entrevista mencionando lo que, cuando su hijo Ricardo era chico, usted le decía: que las esculturas eran sus hermanas. El arte, usted lo hacía parte de su vida, desde que su hijo era pequeño.
Siempre ha sido así, parte de mi vida. Me conmovió mucho ver cómo Ricardo en el Facebook puso estas palabras y me trajo a la memoria los momentos en que realmente él, estando chico, yo le decía eso. Me encantó que él ahora, a los 39 años -que son, además, casi todos los años de la producción artística que están expuestas en la antológica-, lo trajera a la luz nuevamente. Que me lo dijera de esa manera. Porque en verdad era así. Y que él haya dicho: “Ahora que las veo todas juntas, me doy cuenta que, efectivamente, he extrañado a algunas”. Y que termine diciendo: “Gracias, mamita, por reunir a la familia”, me pareció con ironía, pero con mucho agradecimiento, también, de parte de él, de haberse reconocido un niño con una madre escultora, artista. Sabe que un niño, dentro de su proceso de crecimiento, tiene que sufrir muchos sacrificios, también. El artista tiene que vivir muchos sacrificios en relación a su vida como madre, porque tiene que seguir trabajando para que una idea se materialice y se encarne en una obra artística. Sobre todo en la escultura. Demanda mucho tiempo de trabajo, de concentración, de estar ahí solamente con eso. Uno siente que en el proceso que el niño crece, siendo mi hijo, a veces, uno lo abandona. Pero él, con estas palabras hace un reconocimiento de que sabía por qué había sido abandonado. Finalmente, siempre se había sentido acompañado. Hasta yo misma, también, me he sentido acompañada con todas mis esculturas.


Luz Letts me comentaba en una entrevista que para el artista era muy difícil equilibrar una vida familiar y profesional exitosa. ¿A usted le ha pasado lo mismo? ¿Ha sido difícil llevar su familia y, también, su carrera como artista?
Es que uno, yo creo, es uno. Uno no separa las cosas. Yo, antes que nada, soy artista, mi hijo es mi hijo y yo he vivido mi maternidad desde mi punto de vista y desde mi ser como artista, como madre, como mujer. No separo. Ahora, lo que sí es difícil es saber que siendo artista, siendo madre, tienes que trabajar en otra cosa. Como trabajar en la Universidad Católica, enseñando, por ejemplo. Sin embargo, es algo que, también, está ligado.

Ahora que he podido apreciar la muestra antológica, se pueden ver las distintas etapas por las que ha pasado su trabajo escultórico. ¿Todavía tiene ese dolor, ese desgarro que se puede percibir de su primera etapa? ¿Todavía (existe) esa Johanna Hamann, por momentos, tan brutalmente fuerte en las esculturas, con cuerpos desgarrados, estallando?
Hay una cosa que es difícil que se entienda: un artista es una esponja que absorbe la vida, la historia y las circunstancias que le ha tocado vivir. Un artista es un ser sensible, perceptivo, consciente, apasionado, irracional, racional, voluntarioso. Tiene un montón de gamas, de aspectos. Entonces, lo que un artista hace es ser, más o menos, el testigo de su época. Cuando yo hago las esculturas de 1983, las barrigas que están colgadas en ganchos de carnicero, por ejemplo, realmente lo que estoy sacando es una violencia en la cual estoy inmersa por el problema del tiempo convulsionado en el que vivíamos.

El terrorismo.
Exacto. Entonces, es una forma, también, de mostrarla para que seamos conscientes y nos conmovamos y tratemos de hacer algo como seres humanos. Mostremos un camino más sensible y justo para seguir viviendo en este mundo y transformarlo. No es que yo sea o no la desgarrada. Es que yo transmito lo que vivo.

Siendo el artista una esponja, ¿hoy día de qué cosas es usted una esponja? La sociedad peruana ha evolucionado y ya no tenemos este terrorismo que nos asolaba en los 80.
Hay una cosa interesante que conversé ayer con Jorge Villacorta. Veíamos que la exposición de Cuerpo blasonado, de 1997 -donde empieza como opresión, libertad, ejecución y transición-, no está exenta de la época, porque estábamos viviendo el fujimorismo y estábamos realmente oprimidos. Y no lo habíamos relacionado directamente porque son cuatro figuras femeninas que tienen una secuencia de movimiento y representación, actitudes ante la vida y la muerte. Pero también hemos vivido opresión, hemos tenido deseo de libertad, hemos vivido toda la injusticia, la corrupción, todas las esterilizaciones forzadas a las mujeres. Creo que si las vemos un poco más están ahí. Ahora, lo último que he hecho en la exposición del 2013, Ese nudo sutil, era un espacio y un tiempo en el que me inmiscuí más en querer saber cómo funciona el cerebro. Era parte, también, del desarrollo de ¿dónde está la vida en el cuerpo? Todo sigue por ahí. El cuerpo es el eje central de mi trabajo. Si veo la antológica y la recorro como la he recorrido, es un placer y una oportunidad únicas para un artista plástico el poder hacer este recorrido y ver tus esculturas en comparación con las otras. Darte cuenta cómo lo blando se convierte en estructura, cómo el cuerpo puede ser una coraza -pero una coraza blanda-, cómo la estructura puede ser lo que está fuera, cómo lo blando puede ser lo que te defienda. Cómo son elementos que se intercambian constantemente, intercambiando sus sentidos, sus posiciones, sus actitudes. Así es la vida. Está para pensarla, vivirla, tratar de encontrar la felicidad y la libertad.

En esa última exposición anterior a la antológica, uno, si la veía y no sabía mucho de usted, (podía pensar que era) hasta una psicóloga que había hecho una exposición artística, por todo este tema neuronal tan fuerte. Era un examen de todo lo cerebral y, de verdad, era bien desconcertante.
Sí, pero lo que más me llamó la atención para explorar y me estimuló mucho para ir buscando las formas cerebrales fueron los dibujos del neurólogo Santiago Ramón y Cajal. Porque él trato de identificar las diferentes neuronas, tiñéndolas adentro del cerebro para saber qué forma tenían y estudiar la sinapsis, pero ya en sí el dibujo de la neurona, de este neurólogo, este gran científico, era una maravilla estéticamente. Entonces, es como darte cuenta, admirativamente, que todos los elementos que nos conforman como cuerpo son dibujos maravillosos que nos configuran en un ser humano. Mi trabajo es admirativo a eso.

¿Se imagina en algún momento hacer algo que no esté relacionado al cuerpo? Que ha sido su leitmotiv a lo largo de toda su trayectoria.
Sí me imagino, pero no sé qué haría (sonríe).


Silvio de Ferrari, en el año 97, había dicho sobre usted: “Quisiera subrayar que en ella confluyen la sencillez con la energía vital. Artista de sueños, de amor y de humanidad, sus esculturas trasladan esta actitud abierta, dotando a sus formas y al espacio de un magnetismo ‘orgánico’ en la transpiración que exhalan sus obras”. Siempre lo orgánico como una marca.
Hasta ahora, sí.

Alfonso Castrillón decía que “Johanna Hamann” -en el año 2004- “es una escultora que nos tiene acostumbrados a las largas esperas y a las gratificantes sorpresas”. Usted se toma su tiempo para hacer una exposición.
(Asiente con la cabeza).

Hay escultores o pintores que anualmente exponen -y algunos exponen hasta dos veces al año-, pero usted se toma su tiempo para que salga algo nuevo. Como dijo Ramiro Llona en un reportaje (televisivo) sobre una de sus exposiciones: usted puede cambiar el lenguaje y sorprender al espectador. Ese es un logro artístico.
(Sonríe).

Decía Adolfo Winternitz: “En la creación artística intervienen tres elementos principales, como una trinidad: espíritu, emoción, cuerpo. Sin estas tres fuerzas en el artista no puede surgir la obra de arte”. Pero -es una suposición mía- en su caso, lo que prima de esta trinidad es el cuerpo.
No, porque cuando dice Winternitz “espíritu, emoción y cuerpo” se refiere a que es el cuerpo a través del instrumento con el que tú transformas la materia, es el cuerpo el que te da el impulso -en el caso de él- para pintar, para hacer los bocetos de sus vitrales, para hacer sus cuadros. Si tú no tuvieras cuerpo, no podrías ser artista porque no podrías crear. Se refiere a eso el “cuerpo”. Y se refiere con “emoción” a la fuerza con la que expresas la idea que sale del cuerpo, que eres tú mismo. Y se refiere a…

Espíritu.
…”espíritu” con su forma de estar presente más allá del cuerpo, también. Yo, además, agregaría una cosa: tanto la racionalidad como la irracionalidad -hablando de emoción, de pasión-, la objetividad y la subjetividad están, simultáneamente, persiguiéndose en secuencia, transversalmente, en el momento del proceso creativo. Entonces, no es que solo la emoción, no es que solo el intelecto, es que es uno con el movimiento de todos los elementos que lo conforman como ser humano. Somos racionales, instintivos, irracionales, apasionados, cerebrales, frágiles, fuertes. Es todas esas cosas que se mueven para llegar a configurar tu idea y transmitirla materialmente en el mundo. Y compartir tu trabajo artístico. En ese momento, nos sentimos integrados con nosotros mismos, porque el hombre es un ser fragmentado, actualmente.

Muchísimas gracias por esta entrevista y felicitaciones por la muestra.
Muchas gracias a ti.