domingo, 25 de diciembre de 2016

Alberto Gómez Font




“El español está en uno de sus mejores momentos”


Entrevista y foto por Gianmarco Farfán Cerdán

Hace poco estuvo en Lima un personaje muy importante del ambiente cultural español: Alberto Gómez Font, filólogo, exdirector del Instituto Cervantes de Rabat (Marruecos), miembro correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y coordinador general (hasta el año 2012) de la Fundación del Español Urgente.  Asimismo, es autor del Diccionario de español urgente (2000), Donde dice… debiera decir (2006) y Vademécum de español urgente (I y II, de 1992 y 1995); así como coautor del Manual de español urgente (2008), Enciclopedia del español en los Estados Unidos (2008), Libro de estilo Garrigues (2005), Normas de redacción del diario guatemalteco Prensa Libre (2007), y coautor y editor en el año 2004 del Manual de Estilo de la NAHJ (National Association of Hispanic Journalists).

Durante los días 18, 19 y 20 de noviembre se realizó, en nuestra capital, el IV Congreso Internacional de Correctores de Textos en Español La palabra en la era digital y Alberto Gómez Font presentó allí la ponencia ¿Se puede corregir lo correcto? Este evento fue organizado por la Asociación de Correctores de Textos del Perú (Ascot Perú) y auspiciado por el Ministerio de Cultura.

Gómez Font también fue parte, en este congreso internacional, de la presentación especial del colectivo Palabras Mayores (que integran él y sus compatriotas Xosé Castro Roig y Antonio Martín Fernández, además del mexicano Jorge de Buen Unna). Este colectivo ha impartido cursos y conferencias sobre lengua española, corrección de textos y comunicación escrita en 22 países. Algunos de ellos son: Estados Unidos, Francia, Irlanda, Reino Unido, Bélgica, Luxemburgo, Marruecos, México, Canadá, Brasil, Argentina, Nicaragua, Colombia y Chile. Sus cuatro integrantes han publicado decenas de libros y artículos especializados. En 2015 publicaron su primer libro como colectivo: 199 recetas infalibles para expresarse bien.

Muchas gracias por esta oportunidad. Yo quería empezar preguntándole: con toda su experiencia como corrector, filólogo, ¿cuál es la situación actual del español, con todos estos cambios tecnológicos que estamos teniendo?
Hay algunas lenguas más habladas, como el chino cantonés y el hindi, que es la lengua más hablada de la India. Pero sí es la segunda más importante entre las lenguas de comunicación, después del inglés. Es una lengua hablada en 19 países, contando a Puerto Rico como país. Es una lengua que, también, tiene presencia en los Estados Unidos, en las islas Filipinas. Hay un país africano del que siempre se nos olvida el nombre cuando hablamos del mundo hispanohablante: Guinea Ecuatorial. Y, en Hispanoamérica, hay un país entre México y Guatemala que se llama Belice, donde aunque la lengua oficial es el inglés, también se habla español. Una lengua hablada en tantos países importantes en actividad cultural… Países ricos como México, Colombia, Perú, hacen que sea una lengua viva, en continua formación, evolución y muy actual. Constantemente está creándose y recreándose a sí misma, de forma que podemos hablar de un español estándar, tradicional y, al mismo tiempo, de un español en vanguardia, que podríamos llamar como el neo-español: el más nuevecito, el más de esta mañana, la última palabra que se inventó un político, un periodista y que le gustó a la gente y empezaron a repetirla. Es decir, yo creo que la situación actual de nuestra lengua es inmejorable. También tienen mucho que ver los medios de comunicación actuales, la sociedad a la que se le transmite todo. Las redes sociales. Es decir, hay tal cantidad, tal caudal de trasiego de información en español al mundo actual que el español está en uno de sus mejores momentos.

Como exdirector del Instituto Cervantes de Rabat, ¿cómo se veía al español en África, justamente, donde usted trabajaba?
Marruecos es un país que está al lado de España. Nada más que hay que cruzar 14 kilómetros de agua en el Estrecho de Gibraltar. Es decir, está ahí, pegadito, y durante cierta época de la historia del siglo XX, incluso, hubo una colonización de España de la parte norte de Marruecos. Por lo cual es una lengua que lleva ahí muchos años. También llegaron judíos sefardíes expulsados en el siglo XV de España y se instalaron en Marruecos. Es una lengua de un país vecino. Ven la televisión española, siguen la liga de fútbol española y aunque la lengua de comunicación más habitual en Marruecos, después del árabe, es el francés, también el español tiene mucha importancia. En el Instituto Cervantes de Rabat que yo dirigí había problemas de espacio, en algunas horas del día, porque no teníamos aulas suficientes para la cantidad de alumnos que estaban matriculados. Es una lengua que está de moda en todo el mundo y Marruecos es un país que, al estar tan cercano a España, tiene muchísimos estudiantes de español como segunda lengua y, al mismo tiempo, muchos estudiantes de lingüística, de filología hispánica, en las facultades de letras de las universidades.

¿Qué le parece el español que practicamos en el Perú y Colombia, que dicen que son los países con el español más bonito de Latinoamérica?
Dicen algunas personas que en Lima se habla una de las mejores variedades del español del mundo. Yo estoy en Lima con usted y no puedo atreverme a negar eso, pero tampoco me atrevería a negarlo si estuviéramos en Asunción y fuera usted un periodista paraguayo y me hubieran invitado a un congreso en Asunción en lugar de en Lima. Es decir, no se puede afirmar que en un sitio se hable mejor español que en otros, porque si uno dice eso, se está atreviendo a afirmar que en los otros hablan peor y que tiene uno el privilegio de hablar bien y los otros no lo tienen. El español se habla igual de bien en cualquiera de los puntos cardinales del mapa de los países que hablan español. Que a uno le guste más o menos es el afecto a un sitio u otro: es una cuestión de gustos. Una persona culta en cualquier país hispanohablante habla español igual de bien que en otro país.

Usted, también, ha trabajado para EFE como asesor lingüístico. Siempre el periodismo y el buen manejo del idioma tienen una relación muy directa. ¿Cómo ha sido su relación con el periodismo durante todos estos años que ha trabajado en EFE?
La relación de un asesor lingüístico que trabaja para un medio de comunicación -como en mi caso-, para una agencia de prensa, es de colaborador. Es decir, la principal herramienta que tiene el periodista es la lengua. En este caso, la lengua española, y un asesor lingüístico, un revisor de textos, lo que hace es servir de apoyo al periodista para que su trabajo final quede más perfecto. Que no solo la información esté bien redactada y sea concisa sino que, además, esté escrita en buen español para difundirla por el mundo, dando ejemplo del buen uso de la lengua.

¿Nos podría contar un poquito acerca de su experiencia en Colombia? Usted que ha vivido ahí desde el año 58 al 66.
Mi experiencia vital en Colombia fue la infancia feliz de cualquier niño. Yo llegué a Colombia con tres años y me fui de Colombia con once. Es decir, pasé allí mi enseñanza primaria, justo en una zona de Colombia donde hablaban español muy bonito. Lógicamente, para mí, es el más bonito porque es de mi infancia.

En Pereira.
Sí. En el centro del país, donde se habla una variante que se llama paisa y, de vez en cuando, me doy un paseo por esas tierras y me gusta recuperar esa variedad del español. Presumen los bogotanos, como la gente de muchos otros sitios, de hablar el mejor español del mundo, pero esa es otra bobada. Igual de bien habla un bogotano que un tipo de Barranquilla.

Muchísimas gracias, señor.
De nada.

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