“El español está en uno de sus mejores momentos”
Entrevista y foto por Gianmarco Farfán Cerdán
Hace poco estuvo en Lima un personaje muy importante del
ambiente cultural español: Alberto Gómez Font, filólogo, exdirector del
Instituto Cervantes de Rabat (Marruecos), miembro correspondiente de la
Academia Norteamericana de la Lengua Española y coordinador general (hasta el
año 2012) de la Fundación del Español Urgente. Asimismo, es autor del Diccionario de español urgente (2000), Donde dice… debiera decir (2006) y Vademécum de español urgente (I y II, de 1992 y 1995); así como
coautor del Manual de español urgente
(2008), Enciclopedia del español en los
Estados Unidos (2008), Libro de
estilo Garrigues (2005), Normas de
redacción del diario guatemalteco Prensa Libre
(2007), y coautor y editor en el año 2004 del Manual de Estilo de la NAHJ (National Association of Hispanic
Journalists).
Durante los días 18, 19 y 20 de noviembre se realizó, en nuestra capital, el
IV Congreso Internacional de Correctores de Textos en Español La palabra en la era digital y Alberto Gómez Font presentó allí la ponencia ¿Se puede corregir lo correcto? Este evento fue organizado por la
Asociación de Correctores de Textos del Perú (Ascot Perú) y auspiciado por el
Ministerio de Cultura.
Gómez
Font también fue parte, en este congreso internacional, de la
presentación especial del colectivo Palabras Mayores (que integran él y sus
compatriotas Xosé Castro Roig y Antonio Martín Fernández, además del mexicano
Jorge de Buen Unna). Este colectivo ha impartido cursos y conferencias sobre
lengua española, corrección de textos y comunicación escrita en 22 países.
Algunos de ellos son: Estados Unidos, Francia, Irlanda, Reino Unido, Bélgica, Luxemburgo,
Marruecos, México, Canadá, Brasil, Argentina, Nicaragua, Colombia y Chile. Sus
cuatro integrantes han publicado decenas de libros y artículos especializados.
En 2015 publicaron su primer libro como colectivo: 199 recetas infalibles para expresarse bien.
Muchas
gracias por esta oportunidad. Yo quería empezar preguntándole: con toda su
experiencia como corrector, filólogo, ¿cuál es la situación actual del español,
con todos estos cambios tecnológicos que estamos teniendo?
Hay algunas lenguas más habladas, como el chino cantonés
y el hindi, que es la lengua más hablada de la India. Pero sí es la segunda más
importante entre las lenguas de comunicación, después del inglés. Es una lengua
hablada en 19 países, contando a Puerto Rico como país. Es una lengua que,
también, tiene presencia en los Estados Unidos, en las islas Filipinas. Hay un
país africano del que siempre se nos olvida el nombre cuando hablamos del mundo
hispanohablante: Guinea Ecuatorial. Y, en Hispanoamérica, hay un país entre
México y Guatemala que se llama Belice, donde aunque la lengua oficial es el
inglés, también se habla español. Una lengua hablada en tantos países
importantes en actividad cultural… Países ricos como México, Colombia, Perú,
hacen que sea una lengua viva, en continua formación, evolución y muy actual. Constantemente
está creándose y recreándose a sí misma, de forma que podemos hablar de un español
estándar, tradicional y, al mismo tiempo, de un español en vanguardia, que
podríamos llamar como el neo-español: el más nuevecito, el más de esta mañana,
la última palabra que se inventó un político, un periodista y que le gustó a la
gente y empezaron a repetirla. Es decir, yo creo que la situación actual de
nuestra lengua es inmejorable. También tienen mucho que ver los medios de
comunicación actuales, la sociedad a la que se le transmite todo. Las redes
sociales. Es decir, hay tal cantidad, tal caudal de trasiego de información en
español al mundo actual que el español está en uno de sus mejores momentos.
Como
exdirector del Instituto Cervantes de Rabat, ¿cómo se veía al español en
África, justamente, donde usted trabajaba?
Marruecos es un país que está al lado de España. Nada más
que hay que cruzar 14 kilómetros de agua en el Estrecho de Gibraltar. Es decir,
está ahí, pegadito, y durante cierta época de la historia del siglo XX,
incluso, hubo una colonización de España de la parte norte de Marruecos. Por lo
cual es una lengua que lleva ahí muchos años. También llegaron judíos sefardíes
expulsados en el siglo XV de España y se instalaron en Marruecos. Es una lengua
de un país vecino. Ven la televisión española, siguen la liga de fútbol española
y aunque la lengua de comunicación más habitual en Marruecos, después del
árabe, es el francés, también el español tiene mucha importancia. En el
Instituto Cervantes de Rabat que yo dirigí había problemas de espacio, en
algunas horas del día, porque no teníamos aulas suficientes para la cantidad de
alumnos que estaban matriculados. Es una lengua que está de moda en todo el
mundo y Marruecos es un país que, al estar tan cercano a España, tiene
muchísimos estudiantes de español como segunda lengua y, al mismo tiempo,
muchos estudiantes de lingüística, de filología hispánica, en las facultades de
letras de las universidades.
¿Qué
le parece el español que practicamos en el Perú y Colombia, que dicen que son
los países con el español más bonito de Latinoamérica?
Dicen algunas personas que en Lima se habla una de las
mejores variedades del español del mundo. Yo estoy en Lima con usted y no puedo
atreverme a negar eso, pero tampoco me atrevería a negarlo si estuviéramos en
Asunción y fuera usted un periodista paraguayo y me hubieran invitado a un
congreso en Asunción en lugar de en Lima. Es decir, no se puede afirmar que en
un sitio se hable mejor español que en otros, porque si uno dice eso, se está
atreviendo a afirmar que en los otros hablan peor y que tiene uno el privilegio
de hablar bien y los otros no lo tienen. El español se habla igual de bien en
cualquiera de los puntos cardinales del mapa de los países que hablan español.
Que a uno le guste más o menos es el afecto a un sitio u otro: es una cuestión
de gustos. Una persona culta en cualquier país hispanohablante habla español
igual de bien que en otro país.
Usted,
también, ha trabajado para EFE como asesor lingüístico. Siempre el periodismo y
el buen manejo del idioma tienen una relación muy directa. ¿Cómo ha sido su
relación con el periodismo durante todos estos años que ha trabajado en EFE?
La relación de un asesor lingüístico que trabaja para un
medio de comunicación -como en mi caso-, para una agencia de prensa, es de
colaborador. Es decir, la principal herramienta que tiene el periodista es la
lengua. En este caso, la lengua española, y un asesor lingüístico, un revisor
de textos, lo que hace es servir de apoyo al periodista para que su trabajo
final quede más perfecto. Que no solo la información esté bien redactada y sea concisa
sino que, además, esté escrita en buen español para difundirla por el mundo,
dando ejemplo del buen uso de la lengua.
¿Nos
podría contar un poquito acerca de su experiencia en Colombia? Usted que ha
vivido ahí desde el año 58 al 66.
Mi experiencia vital en Colombia fue la infancia feliz de
cualquier niño. Yo llegué a Colombia con tres años y me fui de Colombia con
once. Es decir, pasé allí mi enseñanza primaria, justo en una zona de Colombia
donde hablaban español muy bonito. Lógicamente, para mí, es el más bonito
porque es de mi infancia.
En Pereira.
Sí. En el centro del país, donde se habla una variante
que se llama paisa y, de vez en cuando, me doy un paseo por esas tierras y me
gusta recuperar esa variedad del español. Presumen los bogotanos, como la gente
de muchos otros sitios, de hablar el mejor español del mundo, pero esa es otra
bobada. Igual de bien habla un bogotano que un tipo de Barranquilla.
Muchísimas
gracias, señor.
De nada.
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