martes, 27 de diciembre de 2011

Danilo Arbilla



“La gente no entiende cuánto le están robando su derecho a saber lo que pasa”

Entrevista y foto por Gianmarco Farfán Cerdán

El periodista uruguayo Danilo Arbilla Frachia (Casupá, 1943) fue uno de los invitados de la 67 Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), realizada en la capital peruana durante octubre último. En dicho evento ofreció una conferencia magistral sobre las pretensiones de las nuevas formas de autoritarismo populista en nuestro continente. También recibió el Premio Presidencial por su aporte a la SIP, en materia de defensa de la libertad de prensa. Al respecto, por haber sido presidente de la SIP -entre los años 2000 y 2001- y formar parte de su actual Consejo Consultivo, el siempre descarnado análisis de Arbilla sobre sucesos periodísticos o políticos en Latinoamérica es muy valioso.

Por otra parte, ha recibido en 1992 el premio María Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, en Nueva York -también obtuvieron este galardón el colombiano Gerardo Reyes, el mexicano Jesús Blancornelas, la cubana Yoani Sánchez, y los peruanos Gustavo Gorriti y Edmundo Cruz-; así como el Monseñor Leonidas Proaño de la Asociación Latinoamericana para los Derechos Humanos (ALDHU) en 1997. Del mismo modo, este 2011 Arbilla ha sido distinguido como Ciudadano Ilustre de la Intendencia de Florida, en Uruguay. Aparte, otros cargos importantes que el entrevistado ha ocupado en su trayectoria profesional -de más de cuarenta años- son: director del semanario Búsqueda y director del Centro de Difusión e Información de la presidencia uruguaya entre 1972 y 1975. Además, ha sido corresponsal y columnista de importantes diarios en Argentina, Brasil, Colombia, México y Venezuela. Actualmente, es columnista de El Nuevo Herald (Estados Unidos) y La República (Perú).


Muchas gracias por la oportunidad. ¿Qué le ha parecido esta 67 Asamblea General de la SIP, en Lima?Usted me pregunta cómo ha sido esta asamblea: muy buena por cómo se ha trabajado, por la asistencia, porque la gente ha estado ahí, todos presentes. Ha sido mala por las noticias que se dieron en esta asamblea. Es que los enemigos de la libertad de prensa, los autoritarios, los neopopulistas, avanzan en todo su afán para que la gente no sepa qué es lo que hacen. Deben de hacer cosas muy malas que no quieren que se sepa. Ha sido una mala asamblea por las malas noticias. Además del asesinato de periodistas en el otro rubro, donde las bandas de delincuentes siguen asesinando periodistas.

Sobre todo en México.Y sobre todo en México. Y la impunidad sigue tan campante. Pero también ha sido buena porque estamos ahí para saberlo. Para, en función de eso, redoblar los esfuerzos, sacar las resoluciones para ir a protestar a todos los lugares donde hay que protestar. Es decir, para saber que el enemigo es duro, que el enemigo no afloja. En estos minutos que estamos hablando nos enteramos que en Venezuela -de los regímenes más fascistas que hay- el régimen de Chávez le aplica a Globovisión una multa de nueve millones (de bolívares. Unos 2,1 millones de dólares) porque informó sobre un motín en una cárcel y la acción policial. ¿Habrá cosa más importante, más obligadamente interesante para la sociedad? Pues ahí le aplican eso. Es, realmente, vergonzoso. No que lo haga Chávez, porque (él) hace esas cosas. Lo que es vergonzoso es que Chávez siga en la OEA como si (Venezuela) fuera una democracia.

Se burla de todo esto de la libertad de (prensa).Y ese es el tema que estamos teniendo en América, con respecto a la libertad de prensa. La SIP se reúne, sabe que hace su tarea, sabe que tiene que luchar y meter para adelante en eso.

Si bien tenemos estos dos ejemplos muy claros de México y Venezuela, que son los más graves en cuanto a abusos contra la libertad de prensa y expresión, ¿cree que de su periodo -en el que usted fue presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa- hasta ahora la libertad de prensa ha mejorado en nuestro continente?No. Ha retrocedido mucho y en forma preocupante. Es decir, el enemigo es mucho más efectivo, sutil, disimulado y, a veces, difícil. La gente no entiende cuánto le están robando su derecho a saber lo que pasa y dice: “Es contra los medios”. ¡No es contra los medios! ¡Es contra los medios y contra los periodistas! Porque si no hay medios tampoco van a estar los periodistas. Es contra la información que recibe la gente. Lo que no quieren es que la gente sepa. Quieren que la gente sepa solo lo que el Gobierno les quiere decir. Les reparte plata a algunos, les da equipos electrónicos, pero les miente.

Y, ahora, inclusive, el caso de Ecuador también se ha sumado (con la supuesta difamación hacia Rafael Correa por parte del diario) El Universo.Sí, el de Ecuador es otro caso flagrante. El de Correa es otro de los casos vergonzantes.

Cinco millones de dólares quiere él (de indemnización).Es una carrera que tiene en contra de Chávez. La diferencia es que Chávez maneja el dinero de Venezuela como él quiere. Correa se hace los juicios para él. Eso es vergonzoso. Es, realmente, una cosa inédita.

¿Se podría decir, inclusive, que estamos volviendo casi -si bien aún es distante la comparación- a los años setenta?En materia de restricciones a la libertad de prensa, de robarle el derecho a la gente a la información, sí. Los métodos aquellos eran más crueles, groseros, ordinarios: eran de asesinos. Estos no matan directamente, no torturan, no roban, no son corruptos. Es otra cosa, es cierto, pero van acosando, rodeando, hostigando con inspectores fiscales, inventan cosas. Lo grave de todo esto es que han destrozado el sistema democrático, el sistema republicano: ya no hay separación de poderes. Los jueces son meros ejecutores de la voluntad del mandamás y es vergonzoso. Estoy hablando de Venezuela, de lo que pasa en Nicaragua, lo que pasa en Bolivia, todo eso. Además, estamos en una situación tan siniestra que la ley está para aplicarse a los enemigos o a los independientes. A los amigos, la ley no se les aplica. Dicen: “¡Qué buena ley contra la corrupción!” Sí, pero solo se la aplican a unos, a los de un lado. Además, extreman la ley, interpretan, inventan delitos -como ocurre en Ecuador, Venezuela, Bolivia-. Es, realmente, una situación siniestra.


Uruguay y la libertad de prensa


¿Cuál es la situación de la libertad de prensa en Uruguay?En Uruguay, felizmente, todavía no hay síntomas de ese tipo. Pero aparecen algunas cosas, sobre todo eso de, por la vía fiscal, ir sancionando o estar tratando de amenazar a la prensa independiente.

Cuando asumió José Mujica el Gobierno en su país, ¿cuál ha sido su propuesta de diálogo con el periodismo?José Mujica se lleva muy bien con el periodismo. Lo que pasa es que Mujica preside el Uruguay, pero hay un partido ahí que es la conjunción de varios. Muchos de esos (son) de concepción marxista, que no la niegan, que la quieren aplicar. Entonces, con determinadas armas tratan de hacer totalitario el asunto. Y lo hacen por la vía (de) la fiscalización. Son grupos. Lo que pasa es que el presidente no es lo suficientemente fuerte. Es el presidente electo por un grupo donde hay un partido comunista, un partido socialista, que es programáticamente marxista, colgándose de los leninistas. Es marxista-leninista. Todo eso está. Hasta el mismo grupo de los Tupamaros está dividido. Mujica, dice que él es un socialista liberal y yo creo que sí, que es un socialista liberal y hasta con algo de anarquista, que puede intentar muchas cosas -y las intenta-, pero algunas las puede hacer y otras… Es notorio cuál era la posición de Mujica frente a muchas cosas, contrarias a las que hace después en el Gobierno. Ahí hay una nomenclatura de la cual él no es el dueño. Funciona la nomenclatura.

¿Se puede decir, por todos estos ejemplos que usted me ha dado, que políticamente Uruguay es un país dividido?No sé. Es un país que lo gobierna un partido, el más fuerte, que es el Frente Amplio. Que dentro de ese partido hay diferencias dentro de la nomenclatura. Siempre hay diferencias. Y que de muchas cosas pesan las visiones más totalitarias. Y no digo “totalitaria” peyorativamente (sino) “totalitaria” como era el sistema soviético. Predomina. Y, por otro lado, si tú le preguntas al presidente, tiene otra visión. Pero el presidente no siempre sale adelante con sus cosas.

La izquierda latinoamericana, que ahora está gobernando en varios países de América Latina, ¿tiene futuro, le ve mejor perspectiva que a los antiguos gobiernos de derecha?
En Latinoamérica van a haber cambios, están habiendo cambios. Porque la bonanza económica, todos los abusos que se hacen, el uso de las leyes a gusto y gana, el uso del dinero para conseguir votos y todo, da sus resultados, pero por un rato. Ya vemos que la oposición en Venezuela crece y quieren proscribir, hacer barbaridades, tratan de callar las cosas. (Daniel) Ortega va a ganar (en Nicaragua), pero todo en base a una maniobra terrible. Por supuesto, apoyada por el Departamento de Estado. Eso es gracioso: acá son un movimiento antiyanqui, pero todos tienen el gran apoyo del Departamento de Estado de los Estados Unidos.

La ironía total.Sí, pero Ortega… Si (Arturo) Valenzuela fue su secretario (de Estado) adjunto latinoamericano, lo puso como ejemplo. Es decir, son todos amigos de Estados Unidos. Lula era amigo de Estados Unidos. Antes: ”Yankees, go home”, pero son los grandes amigos. No es Estados Unidos amigo de los países más democráticos. Este Estados Unidos sigue apoyando lo que siempre apoyó en América.

¿Y el periodismo a quién debe apoyar?El periodismo debe apoyar a la gente. Es decir, dándole información que sea su mejor forma de apoyo.


Que los políticos no encarcelen a los periodistas por informar


¿Qué opina acerca de estas penalizaciones a los delitos de prensa en el Perú?La gente tiene que entender que cuando se habla de despenalización nadie está pidiendo para los periodistas ni para los dueños de los medios que no se sometan a las leyes. Todo tiene que estar sometido a las leyes. Lo que no hay que hacer son leyes especiales para castigar y reducir el periodismo. Y mucho menos leyes para proteger a los funcionarios. Cuando uno pide que se despenalicen (los delitos de prensa) lo que uno pide es que no haya leyes escudo para los funcionarios que quieren ocultar lo que hacen. Hacen esas leyes escudo, esas leyes de desacato, de insulto, con la cual pueden meter presos a los periodistas cuando empiezan a informar lo que están haciendo mal. Es eso lo que se quiere. No despenalizar. Está mal planteado. Lo que se quiere es que los políticos, los funcionarios, los representantes, no se tapen la cara, no se oculten, no pongan muros para que uno no quiera saber lo que están haciendo. Entonces, cuando se dice despenalización, es decir: “No, señor. Lo que queremos es quitar esos muros que impiden que veamos lo que ustedes están haciendo. Ustedes lo hacen a través de penas especiales de prisión al que está hablando”. Ahora, si un periodista, un diario, la televisión o quien sea, se pasan, se meten en la vida privada de la gente común, que no tiene negocios con el Estado, que no recibe sueldos del Estado, que no vive del Estado, que es la gran mayoría, el pueblo, el que paga al Estado, el que pone impuestos; si un diario se mete, se pasa, hay que darle con todo el peso de la ley, con todas las penas que haya que darle.

Sin privilegios.Nadie pide que no haya penas para eso, al contrario. Me entusiasma que haya penas para eso, pero no para defender a los funcionarios. Es otra despenalización. Es decir, que los funcionarios no puedan meter presos a todo aquel que informa sobre lo que están haciendo.

Claro. Porque la sociedad tiene derecho a ser informada de lo que hacen.Es por cuanto eso: la sociedad tiene derecho a ser informada.

Le agradezco muchísimo la entrevista y espero que siga disfrutando su estadía.Muchas gracias. Estamos disfrutando.

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