“Se empieza a reconocer mucho más la complejidad del ser femenino”
Entrevista y foto por Gianmarco Farfán Cerdán
En estos tiempos de cirugías estéticas, boom de gimnasios y vestir lo más fashion posible, las presiones sociales sobre las mujeres adolescentes, jóvenes y adultas se han incrementado. La reconocida psiquiatra argentina Estela Welldon (que radica en Londres desde hace más de cuarenta años) vino al Perú a fines de octubre para impartir el seminario El vínculo de madre e hija en la postmodernidad, sobre la –no en pocas ocasiones- conflictiva relación madre-hija en esta época donde la imagen y lo visual reinan sin discusión (por ejemplo, una adolescente discute constantemente en casa con su madre acerca de la ropa y el maquillaje). Muchas veces no tenemos idea de cuánto les cuesta psicológicamente a las mujeres responder al permanente abanico de exigencias sociales por alcanzar la perfección física, una buena maternidad y un óptimo desarrollo profesional. Estela V. Welldon es psiquiatra, psicoterapeuta psicoanalítica, especializada en psicoterapia dinámica de la desviación sexual y la criminalidad. Es miembro activo del Royal College of Psychiatrists, miembro Senior de la Asociación Británica de Psicoterapia y de la Confederación Británica de Psicoterapistas, consultora honoraria de las Tavistock-Portman Clinics de Londres, directora y fundadora de la Licenciatura en Psicoterapia Forense de la University College of London, y fundadora y presidenta honoraria vitalicia de la Asociación Internacional de Psicoterapia Forense. En 1997 fue nombrada Doctora Honoris Causa por la Oxford Brookes University. Tiene consulta privada en Londres y experiencia en la dirección de grupos de mujeres. Asimismo, es autora de los libros Madre, virgen, puta: la idealización y denigración de la maternidad (1988, publicación ya traducida a varios idiomas), Una guía practica a la psicoterapia forense (1997, como editora), e Ideas en Psicoanálisis: Sadomasoquismo (2002).
¿Cómo cree –parafraseando su libro- que le gusta verse a la mujer latinoamericana: como madre, como virgen? ¿Cuánto de cada una tiene la mujer latinoamericana?
No se puede hacer un porcentaje -desgraciadamente-, no se puede hacer un porcentaje de esto. Son cosas inconscientes que existen en todas nosotras, más o menos conscientemente estamos al tanto de las diferentes facetas de nuestra propia vida. Realmente ha sido absurdo pensar que la mujer lo único que tenía era envidia al pene, y haber visto a la mujer sin otro tipo de atributos. Las mujeres tenemos atributos psicobiológicos, emocionales -que son vastísimos-, entre los cuales estamos empezando a reconocernos y darnos cuenta de muchas cosas que pueden estar involucradas en todo esto. Ahora, por ejemplo, en las películas, en todas estas cosas se empieza a reconocer mucho más la complejidad del ser femenino. Yo estoy muy agradecida a Patricia Capellino, su asociación y equipo, que ofrecen un recurso muy nuevo, muy importante, para que los padres puedan tener un fórum para discutir sus propios problemas acerca de cómo se sienten para mantener una relación buena con sus hijos -especialmente las madres-. Y esto se ve muy ligado a que (Fernando) Maestre (quien la entrevistó en su programa Era Tabú) se da cuenta el otro día en la radio, que de las gentes que hablaban por teléfono, la mayoría eran mujeres con problemas inherentes a cómo habían sido tratadas por sus propias madres. Falta darle una escucha a la madre en los problemas que tiene con respecto a las necesidades de sus hijos, que a veces no se siente capaz de cumplir. Esto es lo que hace (el Centro) Oye papá Oye mamá, que está ofreciendo este tipo de ayuda excepcional. Creo que es esencial que se reproduzca, y estoy muy contenta de que esté pasando en Perú, porque está dando cabida a que las personas estén más atentas a este tipo de problemas.
Y este conflicto constante que existe entre madre-hija: ¿tiene algo que ver el hecho de que en Latinoamérica se le cargue a la mujer la responsabilidad de “tú eres la que vas a formar la familia, tú vas a ser la cabeza de la familia”? Si bien de la puerta de la casa para afuera es el padre el jefe de familia, de la puerta de la casa para adentro muchas veces es la madre. ¿Tiene esto que ver también con los roces entre madre e hija?
Sí. Creo que también aquí comienza la mujer a estar en el ámbito más político y social. El grueso de las mujeres está todavía en el poder doméstico y, como usted ha dicho, en la responsabilidad de criar a los hijos –especialmente a las hijas-. Hay más alarma, mucha más indignación y sorpresa cuando las niñas en su rebelión usan también la cosa sexual, de promiscuidad, para alarmar a sus padres. Esa es una medida que toman porque saben que siempre va a tener resultados positivos, en el sentido de que los padres se van a enojar.
Es una forma de llamar la atención.
Exacto. Pero no solamente llamar la atención y se acabó, sino llamar la atención de forma que haya una respuesta sensata y de larga duración a ese tipo de problemas. Que no se ocurra inmediatamente juzgar sino comprender lo que está pasando con esta niña. Creo que el padre tiene que tener muchas más responsabilidades. En Europa comienza a pasar ya: los padres hombres están ahora compartiendo mucho más todas las tareas con las madres, tienen tiempo para que después que haya nacido el niño, dedicárselo también. No solamente la madre tiene de seis a nueve meses (post parto), el padre tiene de tres semanas a tres meses para estar presente desde el nacimiento del niño hasta compartir las tareas rutinarias que involucran el niño recién nacido.
Usted como argentina seguramente ha leído el libro Abzurdah de Cielo Latini, una joven que sufrió de bulimia y anorexia, se autoinfligía castigos, intentó suicidarse después de un proceso depresivo -echándole la culpa al novio-, pero yo quería preguntarle si este caso -que seguramente representa a muchísimas chicas, que en Argentina vendió 260.000 libros-: ¿representa escondidamente el problema del conflicto madre-hija?
Exacto. Eso está muy bien descrito en mi libro (Madre, virgen, puta…) -que salió hace veinte años ya-: que todos los problemas inherentes al cuerpo femenino y las relaciones a la madre, si hay sentimientos muy negativos en ese vínculo, van a ser siempre representados en contra del propio cuerpo porque se asemeja al cuerpo de la madre.
¿Es una carga el cuerpo femenino para la mujer?
Sí. Es una carga que a veces es muy bienvenida y otras veces no. Por ejemplo: ¿por qué ahora está más actualizado el uso de las cirugías cosméticas? En Argentina, uno ve siempre una cara como clon, "clonificada" puede acaso ser el diagnóstico. ¿Quién ha sido el médico quirúrgico que ha hecho la operación?... ¿Por qué devaluar toda la cosa del envejecimiento en la mujer y por qué hacer que la mujer siempre pueda ser evaluada por sus atributos físicos de atracción y no por otras cosas que también puede hacer en forma muy sabia?
¿Qué es lo que deben hacer tanto la madre como la hija para evitar conflictos ante todas estas tentaciones contemporáneas, como el realce excesivo de la estética?
Las madres ahora casi exhiben a sus hijas como trofeos... Otro problema que está apareciendo también: que las mujeres ahora sienten casi el deber de tener hijos para cumplir todo lo que se espera de ellas, y que van a tener hijos que sean inteligentes, lindos. Entonces, se ve la anorexia en niñas muy jóvenes, muy chicas -siete u ocho años-, y las madres ya están comenzando a procesar cómo ellas se representan en el cuerpo de sus hijas. Esto es muy importante.
Se proyectan.
Se proyectan. Exacto, exacto. Es muy importante la función, por ejemplo, de otras entidades, como las pedagógicas -la escuela-. Los maestros tienen mucha importancia, en ese sentido, para poder evaluar a las niñas; no ya en la cosa física sino por sus procesos intelectuales -que hasta ahora les ha sido muy difícil poder demostrar-. Porque el hombre ha sido siempre más, en la situación de poder.
Es el dominante.
Sí. Potenciaban toda su cosa intelectual, y a las chicas se les dejaba casi sin acceso a una educación universitaria.
Muchas gracias por la entrevista, doctora.
Gracias.
Entrevista y foto por Gianmarco Farfán Cerdán
En estos tiempos de cirugías estéticas, boom de gimnasios y vestir lo más fashion posible, las presiones sociales sobre las mujeres adolescentes, jóvenes y adultas se han incrementado. La reconocida psiquiatra argentina Estela Welldon (que radica en Londres desde hace más de cuarenta años) vino al Perú a fines de octubre para impartir el seminario El vínculo de madre e hija en la postmodernidad, sobre la –no en pocas ocasiones- conflictiva relación madre-hija en esta época donde la imagen y lo visual reinan sin discusión (por ejemplo, una adolescente discute constantemente en casa con su madre acerca de la ropa y el maquillaje). Muchas veces no tenemos idea de cuánto les cuesta psicológicamente a las mujeres responder al permanente abanico de exigencias sociales por alcanzar la perfección física, una buena maternidad y un óptimo desarrollo profesional. Estela V. Welldon es psiquiatra, psicoterapeuta psicoanalítica, especializada en psicoterapia dinámica de la desviación sexual y la criminalidad. Es miembro activo del Royal College of Psychiatrists, miembro Senior de la Asociación Británica de Psicoterapia y de la Confederación Británica de Psicoterapistas, consultora honoraria de las Tavistock-Portman Clinics de Londres, directora y fundadora de la Licenciatura en Psicoterapia Forense de la University College of London, y fundadora y presidenta honoraria vitalicia de la Asociación Internacional de Psicoterapia Forense. En 1997 fue nombrada Doctora Honoris Causa por la Oxford Brookes University. Tiene consulta privada en Londres y experiencia en la dirección de grupos de mujeres. Asimismo, es autora de los libros Madre, virgen, puta: la idealización y denigración de la maternidad (1988, publicación ya traducida a varios idiomas), Una guía practica a la psicoterapia forense (1997, como editora), e Ideas en Psicoanálisis: Sadomasoquismo (2002).
¿Cómo cree –parafraseando su libro- que le gusta verse a la mujer latinoamericana: como madre, como virgen? ¿Cuánto de cada una tiene la mujer latinoamericana?
No se puede hacer un porcentaje -desgraciadamente-, no se puede hacer un porcentaje de esto. Son cosas inconscientes que existen en todas nosotras, más o menos conscientemente estamos al tanto de las diferentes facetas de nuestra propia vida. Realmente ha sido absurdo pensar que la mujer lo único que tenía era envidia al pene, y haber visto a la mujer sin otro tipo de atributos. Las mujeres tenemos atributos psicobiológicos, emocionales -que son vastísimos-, entre los cuales estamos empezando a reconocernos y darnos cuenta de muchas cosas que pueden estar involucradas en todo esto. Ahora, por ejemplo, en las películas, en todas estas cosas se empieza a reconocer mucho más la complejidad del ser femenino. Yo estoy muy agradecida a Patricia Capellino, su asociación y equipo, que ofrecen un recurso muy nuevo, muy importante, para que los padres puedan tener un fórum para discutir sus propios problemas acerca de cómo se sienten para mantener una relación buena con sus hijos -especialmente las madres-. Y esto se ve muy ligado a que (Fernando) Maestre (quien la entrevistó en su programa Era Tabú) se da cuenta el otro día en la radio, que de las gentes que hablaban por teléfono, la mayoría eran mujeres con problemas inherentes a cómo habían sido tratadas por sus propias madres. Falta darle una escucha a la madre en los problemas que tiene con respecto a las necesidades de sus hijos, que a veces no se siente capaz de cumplir. Esto es lo que hace (el Centro) Oye papá Oye mamá, que está ofreciendo este tipo de ayuda excepcional. Creo que es esencial que se reproduzca, y estoy muy contenta de que esté pasando en Perú, porque está dando cabida a que las personas estén más atentas a este tipo de problemas.
Y este conflicto constante que existe entre madre-hija: ¿tiene algo que ver el hecho de que en Latinoamérica se le cargue a la mujer la responsabilidad de “tú eres la que vas a formar la familia, tú vas a ser la cabeza de la familia”? Si bien de la puerta de la casa para afuera es el padre el jefe de familia, de la puerta de la casa para adentro muchas veces es la madre. ¿Tiene esto que ver también con los roces entre madre e hija?
Sí. Creo que también aquí comienza la mujer a estar en el ámbito más político y social. El grueso de las mujeres está todavía en el poder doméstico y, como usted ha dicho, en la responsabilidad de criar a los hijos –especialmente a las hijas-. Hay más alarma, mucha más indignación y sorpresa cuando las niñas en su rebelión usan también la cosa sexual, de promiscuidad, para alarmar a sus padres. Esa es una medida que toman porque saben que siempre va a tener resultados positivos, en el sentido de que los padres se van a enojar.
Es una forma de llamar la atención.
Exacto. Pero no solamente llamar la atención y se acabó, sino llamar la atención de forma que haya una respuesta sensata y de larga duración a ese tipo de problemas. Que no se ocurra inmediatamente juzgar sino comprender lo que está pasando con esta niña. Creo que el padre tiene que tener muchas más responsabilidades. En Europa comienza a pasar ya: los padres hombres están ahora compartiendo mucho más todas las tareas con las madres, tienen tiempo para que después que haya nacido el niño, dedicárselo también. No solamente la madre tiene de seis a nueve meses (post parto), el padre tiene de tres semanas a tres meses para estar presente desde el nacimiento del niño hasta compartir las tareas rutinarias que involucran el niño recién nacido.
Usted como argentina seguramente ha leído el libro Abzurdah de Cielo Latini, una joven que sufrió de bulimia y anorexia, se autoinfligía castigos, intentó suicidarse después de un proceso depresivo -echándole la culpa al novio-, pero yo quería preguntarle si este caso -que seguramente representa a muchísimas chicas, que en Argentina vendió 260.000 libros-: ¿representa escondidamente el problema del conflicto madre-hija?
Exacto. Eso está muy bien descrito en mi libro (Madre, virgen, puta…) -que salió hace veinte años ya-: que todos los problemas inherentes al cuerpo femenino y las relaciones a la madre, si hay sentimientos muy negativos en ese vínculo, van a ser siempre representados en contra del propio cuerpo porque se asemeja al cuerpo de la madre.
¿Es una carga el cuerpo femenino para la mujer?
Sí. Es una carga que a veces es muy bienvenida y otras veces no. Por ejemplo: ¿por qué ahora está más actualizado el uso de las cirugías cosméticas? En Argentina, uno ve siempre una cara como clon, "clonificada" puede acaso ser el diagnóstico. ¿Quién ha sido el médico quirúrgico que ha hecho la operación?... ¿Por qué devaluar toda la cosa del envejecimiento en la mujer y por qué hacer que la mujer siempre pueda ser evaluada por sus atributos físicos de atracción y no por otras cosas que también puede hacer en forma muy sabia?
¿Qué es lo que deben hacer tanto la madre como la hija para evitar conflictos ante todas estas tentaciones contemporáneas, como el realce excesivo de la estética?
Las madres ahora casi exhiben a sus hijas como trofeos... Otro problema que está apareciendo también: que las mujeres ahora sienten casi el deber de tener hijos para cumplir todo lo que se espera de ellas, y que van a tener hijos que sean inteligentes, lindos. Entonces, se ve la anorexia en niñas muy jóvenes, muy chicas -siete u ocho años-, y las madres ya están comenzando a procesar cómo ellas se representan en el cuerpo de sus hijas. Esto es muy importante.
Se proyectan.
Se proyectan. Exacto, exacto. Es muy importante la función, por ejemplo, de otras entidades, como las pedagógicas -la escuela-. Los maestros tienen mucha importancia, en ese sentido, para poder evaluar a las niñas; no ya en la cosa física sino por sus procesos intelectuales -que hasta ahora les ha sido muy difícil poder demostrar-. Porque el hombre ha sido siempre más, en la situación de poder.
Es el dominante.
Sí. Potenciaban toda su cosa intelectual, y a las chicas se les dejaba casi sin acceso a una educación universitaria.
Muchas gracias por la entrevista, doctora.
Gracias.
Nota: esta entrevista fue publicada en la revista digital Sociedad Latina en octubre de 2008.
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