“Suecia
me abrió los ojos al alto nivel”
Entrevista
y fotografía por Gianmarco Farfán Cerdán
Es uno de los grandes deportistas cubanos de la actualidad: el tenista de mesa Jorge Moisés Campos Valdés (La Habana, 1991). Bicampeón de los Juegos Panamericanos
Santiago 2023 (en dobles varones, con Andy Pereira, y en dobles mixto, con
Daniela Fonseca), campeón centroamericano en San Salvador 2023 (en dobles varones,
con Andy Pereira) y ha sido dos veces atleta olímpico (Río 2016 y Tokio 2020). De
estos éxitos hay que destacar los de Santiago 2023, donde se venció en las
finales a las difíciles duplas brasileñas integradas por Vitor Ishiy con Hugo
Calderano (4 sets a 2 en dobles varones), y Bruna Takahashi con Vitor Ishiy (4
sets a 0 en dobles mixto). Por cierto, Campos ya está clasificado para París
2024, que serán sus terceros Juegos Olímpicos.
Igualmente, obtuvo el bronce por equipos en los Juegos
Panamericanos Guadalajara 2011 y ganó el bronce por equipos en los Juegos
Panamericanos Lima 2019. Del mismo modo, fue subcampeón en dobles mixto (con
Daniela Fonseca) y subcampeón por equipos en los Juegos Centroamericanos San
Salvador 2023, campeón por equipos en los Juegos Centroamericanos Barranquilla
2018 y subcampeón por equipos en los Juegos Centroamericanos Veracruz 2014. Es
de resaltar también que, en el año 2009, Campos fue campeón latinoamericano
juvenil en Guatemala, venciendo por 4 sets a 2 al chileno Felipe Olivares,
quien ha jugado durante años en clubes de Alemania y República Checa.
Además, en marzo de este 2024 ganó en dobles varones (junto
a Andy Pereira) el Torneo Internacional de Tenis de Mesa de Beirut, en Líbano,
venciendo a duplas de Kazajistán, Irán y el país anfitrión. Finalmente, en mayo
acaba de participar en el ITTF Americas Qualification Event 2024, que se desarrolló
en el Polideportivo 3 de la Villa Deportiva Nacional, en Lima, y fue organizado
por la Federación Deportiva Peruana de Tenis de Mesa.
En la siguiente entrevista, Campos cuenta sobre cómo jugar
en Europa desde joven le enseñó a buscar permanentemente un alto nivel de
competitividad, además de hacerlo madurar, ya que vivía muy lejos de su
familia; así como también narra la gran amistad que mantiene con otro
legendario y muy solidario tenista de mesa cubano: Andy Pereira (con quien ha
conseguido varios de sus mejores triunfos deportivos).
Mucho gusto. Muchas gracias por esta
entrevista. ¿Cómo ha sentido su participación acá, en el preolímpico de Lima
2024?
Contento de participar una vez más representando a mi país
en un torneo que es sumamente difícil. Es un torneo diferente a los Juegos
Panamericanos, Centroamericanos, en el caso de Cuba, y un nivel sumamente alto,
con jugadores que hoy en día están bien rankeados a nivel mundial, en buenos puestos.
En lo personal, traté de obtener un buen resultado, clasificar individualmente,
pero no pudo salir. Ya yo me encuentro clasificado en dobles mixto. Ahora, a
prepararme en vista a los Juegos Olímpicos, para darle una alegría más al país.
Usted ha tenido la suerte -y, obviamente,
gracias a su propio trabajo- de clasificar tanto en individuales como en dobles.
¿Cómo ha logrado (Cuba) este desarrollo tan parejo en los últimos años? En la
rama femenina también, con Daniela Fonseca, y usted y Andy. ¿Cuál ha sido el
plan para que Cuba sea una potencia, como lo es, a nivel latinoamericano?
Nosotros hemos incursionado en Europa, Andy y yo, Daniela
es la única que se encuentra en Cuba, pero creo que esa ha sido la clave: jugar
en otras ligas, tener otra visión de lo que es el tenis (de mesa) a nivel alto.
Y más que todo eso es la garra, la compatibilidad a la hora de jugar los
partidos, con entrega, con corazón y siempre dar lo mejor, lo máximo, al 100%,
para poder salir con un buen resultado. Es obvio, en el deporte a veces se
gana, a veces se pierde, pero siempre tratamos de salir con la mejor disposición.
El año pasado fue histórico para usted, porque
pudo campeonar tanto en dobles varones como en dobles mixto. Y después de
muchos años que Cuba no había conseguido un título panamericano. Ahora que va
estar en París 2024, ¿qué planes tiene usted para después de París? ¿Siente que
ha logrado todas sus metas o todavía le falta algo como deportista profesional?
Creo que, en lo personal, se me queda una medalla
panamericana individual. A ver, después de la Olimpiada, qué me depara el
destino. En el caso en que siga el deporte, jugando por la selección… Ahora,
por lo menos, prepararme bien. También están los Juegos Centroamericanos: gané
una medalla de bronce centroamericana individual, pero habrá que mejorar ese
color. Y el año que viene es un año que no hay nada, pero ya el 2026 vienen los
Juegos Centroamericanos, empieza de nuevo todo el ciclo y a ver hasta dónde me
da el físico y lo psicológico para mantenerme en el alto nivel.
Una curiosidad: usted es hijo de una
entrenadora de atletismo, ¿cómo no terminó siendo atleta? ¿O es que su señora
madre trató de que usted fuera para el atletismo, pero usted no quiso?
En realidad, yo iba a ser de béisbol, de pelota, el deporte
nacional de Cuba. Ese era el deporte en que, desde pequeño, según mi mamá, mis
tíos, decían que era muy bueno, pero no vine a estirar hasta cuando era
adolescente. Entonces, a edad temprana era muy bajito, entonces no me captaron
en el béisbol. También a mi mamá se le hacía difícil llevarme a las prácticas y
esas cosas. Mi mamá nunca trató de incursionarme en el atletismo y a mí nunca
me gustó el atletismo. Nunca me gustó correr largas distancias, ya que mi mamá
es de medio fondo, carreras de 800, 1500. Nunca me gustó. Pero me hubiese
gustado ser de salto largo, salto alto, ese tipo de eventos.
Sotomayor ya era una leyenda de Cuba.
Sí, Sotomayor. Iván Pedroso también.
Iván Pedroso, de salto largo.
Desde el primer día que entré al salón de tenis de mesa me
enamoré y allí me mantuve. Estoy todavía. Desde hace 25 años.
¿Usted cree que si no hubiera sido becado para
irse a Suecia cuando era todavía muy joven, hubiera podido lograr todo lo que
ha logrado ahora? ¿Fue totalmente decisivo estar allá?
Es una buena pregunta. Creo que Suecia fue la base, los
cimientos del nivel que tengo, que tenemos Andy y yo ahora, porque Andy también
incursionó unos años antes que yo. Si te soy sincero, creo que no. Porque
Suecia me abrió los ojos al alto nivel. Ya yo había tenido buenos resultados:
el 2009 fui campeón sub 18 latinoamericano, pero aquí en Latinoamérica ese era
el techo. Ir a Suecia creo que me abrió los ojos, me abrió la posibilidad de
jugar liga de manera profesional, ver otros niveles, ver otros estilos de juego.
Y el hecho de estar solos allá, creo que también me ayudó. Empecé a conocerme a
mí mismo como atleta, como persona. Creo que no hubiese sido lo mismo si no
hubiese ido. Yo estuve en Suecia tres años. No creo que hubiese sido lo mismo. Hubiese
quizás tardado un poco más en llegar al nivel que ahora tengo.
Y también recibió el apoyo, el respaldo de Andy
cuando estuvo allá.
Sí. Cuando yo llegué no sabía inglés, no sabía ningún
idioma, y entonces el primer año dependía mucho de Andy, sea en los
entrenamientos, en el idioma, en muchas cosas. Creo que Andy fue el apoyo en mis
inicios.
Es como un hermano mayor.
Sí. Hasta el sol de hoy nos tratamos como hermanos, como
una familia. Ese fue el apoyo. Hubo otras atletas: estaba Paula de Colombia,
estaba Carelyn Cordero, que era de Puerto Rico, y creamos como una pequeña
familia ahí, en ese tiempo que estuvimos ahí. Al año mejoré mi idioma inglés,
entonces me fue un poco más fácil, no dependía tanto de Andy, pero igual Andy
se mantenía ahí, en los entrenamientos. Andy y yo casi siempre entrenábamos
juntos y ahí fue creciendo esa hermandad. Y jugamos torneos juntos en dobles,
por equipos, y ahí fue subiendo esa hermandad hasta el sol de hoy.
El idioma sueco tuvo que aprenderlo.
Realmente es muy difícil.
Como el alemán, imagino.
No, están ahí. No es el mismo idioma, pero tienen el mismo
nivel de dificultad. No nos hizo falta, porque el segundo idioma de Suecia viene
siendo el inglés. Todos lo hablan.
Muchas gracias por la entrevista.
A usted.
Le deseo lo mejor en París 2024.
Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario