viernes, 24 de febrero de 2012

Felipe Cazals



“Las películas se quedan o se olvidan”


Entrevista y foto por Gianmarco Farfán Cerdán


Felipe Cazals Siena (Guéthary, 1937) es un legendario director de cine mexicano. A pesar de haber nacido en Francia y tener padres galos, su obra fílmica demuestra que él se siente más identificado con México que muchos otros cineastas nacidos en tierras aztecas. Incluso, muchas de sus películas son verdaderos clásicos del cine mexicano y latinoamericano. Algunos de sus largometrajes son: Emiliano Zapata (1970), Aquellos años (1972), Canoa (1975, Premio Especial del Jurado en Berlín al año siguiente), El apando (1975), Las poquianchis (1976), El año de la peste (1978), Bajo la metralla (1982), Los motivos de luz (1985, Concha de Plata en San Sebastián), Las inocentes (1986), Su alteza serenísima (2000), Las vueltas del citrillo (2006) y Chicogrande (2009). Asimismo, el maestro Cazals ha sido distinguido con muchos premios y homenajes durante su dilatada trayectoria: Mejor Director en la XIII Muestra Internacional de Cine de Santo Domingo 2011, Premio Nacional de Ciencias y Artes 2007, Premio Coral de Dirección 2005 (en La Habana), Mayahuel de Plata 2004, Medalla de Plata de la Filmoteca de la UNAM el año 2004, Premio ACE (en Nueva York) de 1972 a Mejor Director y tres veces galardonado con el Premio Ariel. Su documental Digna hasta el último aliento (2004) inauguró la 54 Muestra del Festival Internacional de Cine de Berlín. En la siguiente entrevista, realizada en el marco del XV Festival de Cine de Lima -donde el gran Damián Alcázar, protagonista de Chicogrande, se llevó el premio a Mejor Actor-, el reconocido cineasta hace un repaso crítico a su vasta filmografía y rememora gratamente a dos estrellas peruanas -la actriz Patricia Aspíllaga y la cantante Tania Libertad- con las que ha trabajado en distintas épocas.

Muchas gracias por la oportunidad. Empecemos con su última obra: Chicogrande. Treinta años o un poco más de espera para poder tenerla ya en pantallas de cine.
De espera no, je, je… No es absolutamente exacto. Es decir, no la pude filmar hace treinta y siete años y la metí en un cajón. Pero no es cierto que los guiones no filmados se mueran en los cajones. Siempre siguen ahí respirando porque uno suele abrir el cajón, volver a leer y corregir cosas. Y volverlo a guardar, soñar con que si se puede filmar más adelante, en fin. Un buen día sí se pudo finalmente filmar. Es, necesariamente, una película totalmente distinta a la que hubiera sido hace treinta y siete años.

Claro. Porque usted es distinto, también.
Sí, claro. Porque el guión se fue transformando y yo me fui transformando, también. Pero creo que, medularmente, está contenido lo que era el propósito inicial.

Ahí muestra una parte de la historia -que es lo que a usted le gusta hacer, en verdad, en su filmografía- de México.
Sí. Casi siempre mis películas tienen que ver con el pasado remoto o reciente. Y casi siempre están relacionadas o con la literatura o con la nota periodística o con algo que tenga que ver con la letra escrita.

Para esta película, Chicogrande, ha podido contar con un elenco de lujo, como Damián Alcázar, Patricia Reyes Spíndola. Eso es un atractivo para el público.
Sí. Tengo la suerte de que aunque no soy un director de cine muy afable ni muy fácil para trabajar -sino que me temo que lo contrario-, los actores con los cuales he hecho películas, nos entendemos bien, rápido y de buen modo. Y tengo la suerte de tener casi siempre magníficos actores.

Chicogrande gira sobre el episodio Columbus (ocurrido en la madrugada del 9 de marzo de 1916, cuando el general mexicano Francisco Villa invade el poblado estadounidense fronterizo de Columbus con 300 hombres. Otras versiones afirman que fueron 400 y 500).
El episodio Columbus, sí. Pero, sobre todo, gira sobre el espíritu de lealtad que se tiene a un hombre, un ideal o una creencia. Me interesaba -y siempre me ha interesado en este proyecto- que el espectador, al término de la película, se hiciese la pregunta: ¿y yo a quién le soy leal? Es decir, en un momento de riesgo absoluto: ¿a quién le debo lealtad? ¿Todavía soy leal a algo? Porque, al final de cuentas, Chicogrande es un héroe anónimo. Los verdaderos héroes siempre son anónimos. No tiene conocimientos tácticos de guerra, no sabe mucho más allá de lo que es su limitada vida campesina. Ha sufrido, por generaciones, atropello, hambre, despojo, y encontró en Villa un hombre que le dijo: “No te dejes, levántate. Vente conmigo”.

Se jugó la vida por él.
“Vamos a acabar con esto”. Cuando Villa cae en desgracia, este hombre está dispuesto a dar su vida por eso. Hoy, en la actualidad, esos principios, ¿siguen vigentes o no? Me parece que en América Latina es una pregunta interesante.

Y es parte, también, de que la Revolución Mexicana crea mucho sentido de lealtad y unidad entre los mexicanos. Pocos países en Latinoamérica tienen ese grado de sentimiento nacionalista.
No. Yo creo que existe muy anclado en muchos otros países. Lo que pasa es que se presenta aquí de forma distinta. En cada país latinoamericano -lo poco que conozco- hay hechos históricos donde aparecen personajes que tienen una visión de lealtad a sus principios de forma tan notable como los de la Revolución Mexicana. Lo que pasa es que no conozco la materia a fondo. Pero creo que en Perú, Ecuador, Venezuela, es notable la cantidad de personajes que hicieron la Historia a base de principios ideológicos y de lealtad a algo.


No hay justificación para las películas

Me interesaba esta otra película en la cual había sido García Márquez uno de los guionistas: El año de la peste.
El año de la peste es de 1978. Es una película que sufrió un problema de estructura grave porque el sindicato de actores en aquel tiempo en México se dividió, se fraccionó en una sección independiente y una sección que siguió perteneciendo a su asociación gremial. Yo había comenzado la película con unos y tuve que suspender la filmación y recomenzar con otros. Luego, se hizo en unos estudios que no eran los previstos. Una película con muchos accidentes. Esto no es una justificación. Las películas no tienen justificación. El espectador no las merece ni tiene por qué conocerlas. Pero las películas con accidentes graves es raro que queden bien. Y, en este caso, El año de la peste es una película muy desigual, a mi juicio.

A pesar de la intervención de García Márquez.
La colaboración de García Márquez es de primera etapa, en el guión. Después, él ya no tiene ninguna intervención. Donde estuvieron los problemas fue en la filmación.


La verdad sobre Las poquianchis

Esta otra película suya, Las poquianchis, que está basada en el libro Las muertas
No. Eso es falso. Es absolutamente falso. Eso es una nota que ha circulado por ahí, pero Jorge Ibargüengoitia y su novela no tienen nada que ver…

Así lo encontré (el dato) en Internet.
Sí, pero está equivocado. Internet también se equivoca.

Sí, claro. Por supuesto.
Y los DVDs que se venden dicen erróneamente “basado en la obra de Jorge (Ibargüengoitia)” y es absolutamente falso. Hay pruebas irrefutables: el guión es de Tomás Pérez Turrent, el mismo de Canoa, y de Xavier Robles. Lo que sucede es que Jorge Ibargüengoitia tenía una parte de las revistas… Se hicieron unas pequeñas revistas, de estas con lomitos, dibujos, y yo tenía otra parte. Le dije a Jorge que me pasara las que me faltaban, y me dijo: “No, porque yo estoy haciendo mi libro”. Le dije: “Yo estoy haciendo mi película, que saldrá mucho antes que tu libro”. No nos distanciamos por ello, pero son dos visiones distintas y dos cosas totalmente distintas.

Ahí, también, tiene muy buenas actrices, como María Rojo, Ana Ofelia Murguía…
Yo creo que es un casting histórico. Está en esa película. Es el reparto más notable de ese decenio. Está Manuel Ojeda, Enrique Lucero, Ramón Menéndez, Jorge Martínez de Hoyos, Diana Bracho, Leonor Llausás, Malena Doria, Pilar Pellicer, Tina Romero, un reparto extraordinario.

Esta película, basada en la historia de las tres hermanas apodadas Las poquianchis, ¿qué recepción tuvo en México?
Fue un éxito de taquilla.

Le gusta mucho el cine realista a México.
Canoa, El Apando y Las poquianchis son tres éxitos de taquilla, tres películas consideradas como clásicos en la actualidad. Y las tres, casi siempre, navegan juntas. Los jóvenes estudiantes preparatorianos cada año se enteran de qué son los años setenta viendo Canoa, El apando y Las poquianchis.

En el caso de su filmografía, ¿se podría considerar un cine, si bien basado en hechos históricos, también de denuncia social?
No. Eso es un calificativo un poco desplazado. No. En el mejor de los casos, es un cine testimonial. Que haya un punto de vista crítico del autor con respecto del tema no hace que la película sea de denuncia social.

Tampoco le gusta el término.
No me gusta el término. No. Yo no tengo nada por qué andar denunciando ni nada. Yo cuento mi historia desde mi punto de vista y la de mis colaboradores.

Las historias que a usted le interesa contar.
Sí.


Recuerdos de Patricia Aspíllaga y Tania Libertad

En Emiliano Zapata usted trabaja con la actriz peruana Patricia Aspíllaga.
Sí. Eso es un caso muy curioso. Patricia Aspíllaga interpreta a la novia (Josefa Espejo) de Emiliano Zapata en la película.

Que es Antonio Aguilar.
Sí, con Antonio Aguilar (que obtuvo en Nueva York, personificando a Zapata, el Premio ACE de 1972 a Mejor Actor). Lamentablemente, la película a mí me parece perfectamente olvidable porque, realmente, es nula. Pero recuerdo con muchísimo afecto a Patricia, que era una mujer encantadora, muy joven y guapa. Luego, tiene un accidente de avión terrible y volvió a Perú, que era su tierra natal, y ya no supe más de ella.

En todo caso, ¿fue la única actriz peruana con la que ha trabajado?
No. Vine hace dieciséis años por aquí a hacer unos spots musicales con Tania Libertad. Fuimos a este restaurant que está aquí en el mar.

La Rosa Náutica.
A La Rosa Náutica. Fuimos a unas partes desérticas que están por aquí cerca, también. Que es como un desierto de arena, y a una escuela de danza. Estuvimos por aquí seis, siete días. Hicimos tres spots musicales con Tania, me acuerdo muy bien.

¿Se vieron acá o eran para México?
Eran para México.

Para México. Las locaciones eran acá.
Sí.

Y supongo que le gustará la música de Tania Libertad.
Sí. Además, es una extraordinaria amiga.


Digna Ochoa no se suicidó

El caso de Digna hasta el último aliento, está basado en el documental sobre esta abogada veracruzana, Digna Ochoa. Es un tema muy fuerte cómo la mataron: dicen que se suicidó, pero, en verdad, aparentemente…
El documental Digna hasta el último aliento es una preocupación mía y de la Academia Mexicana de Derechos Humanos que, en su momento, decidimos, junto con los productores Luis Kelly y Vicente Silva, hacer un documental, mejor dicho, un docudrama -parte ficción, parte documental- sobre este triste y lamentable episodio de la muerte de la defensora de derechos humanos a quien se han empecinado en decir que se suicidó, cuando todo demuestra que, en verdad, fue asesinada. Lamentablemente, el documental cumplió a medias su objetivo, que era informar y, sobre todo, sacudir un poco la opinión pública al respecto de esta injusta decisión de la justicia mexicana.

Hay muchas injusticias en la justicia mexicana porque, también, muchos periodistas son asesinados y, luego, no pasó nada con ellos (los asesinos), por ejemplo.
Sí, no es el único caso, pero este era francamente escandaloso.

Hasta ahora sigue siendo escandaloso.
Y el asunto sigue enterrado, sin remedio.


“Tengo más suerte que mala fortuna”

El apando
trata sobre el tema de la cárcel de Lecumberri. Está basado en el libro (homónimo) de José Revueltas.
De José Revueltas. El apando fue adaptado al cine por José Agustín, un escritor mexicano. Yo trabajé un poco en la adaptación, también. El propio Pepe Revueltas hizo sus observaciones. Érase una película filmada en 1975. Una película que todavía circula cada año por televisión, en DVD. Yo no sé si las películas son buenas o malas, yo sé que las películas se quedan o se olvidan. He tenido la suerte de que muchas de mis películas se quedan. Eso es lo que sé.

¿Y cuál es la película que más se ha quedado en usted, de las suyas?
Algunas como El jardín de tía Isabel (1971), de los años setenta. Alguna otra como Su alteza serenísima (2000), que no encuentran su momento y desaparecen. Quizás, años después, volverán a encontrar su lugar o no. Tengo más suerte que mala fortuna porque muchas son las que se han quedado. Lo cual no quiere decir que sean buenas todas, son bastante deficientes, pero interesan al público y eso es lo que importa.


Otra vez Chicogrande

Para ir terminando: ¿Chicogrande es un homenaje al western?
No. Chicogrande es demostrarme a mí mismo que sí podía hacer un western. Eso es muy importante cuando se tiene setenta y cuatro años.

Y, además, qué impresionantes los paisajes. ¡Qué maravilla!
Es que el espacio lo es todo. El espacio es la dimensión del western. El espacio justifica una sola frase que define el western: la acción define al hombre. En el western, así de sencillo es. Lo que hacen o lo que no hacen.

El pueblo donde se filmó la película perteneció a John Wayne.
Parte del pueblo. Se filmó en toda la sierra de Durango, pero en algunos lados John Wayne llegó a filmar algunas cosas en su momento.

Le quiero agradecer mucho la entrevista y estamos contentos de que usted esté en Lima.
Hoy di un paseo por Barranco, por abajo, por la costa, por Miraflores. Es una ciudad muchísimo más grande y más importante que cuando vine hace veintisiete años. Lamento haber venido en invierno, me gustaría verla con sol.

¿Y el Festival de Cine (de Lima) que le ha parecido?
Muy bien. He sido atendido maravillosamente y con muchísima generosidad.

Muchísimas gracias.
A ti.

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