“Mi obra es como un grito pictórico, un grito de libertad”
Entrevista y foto por Gianmarco Farfán Cerdán
Una de las mejores exposiciones de arte en Lima durante
este año 2017 vino desde la hermosa Cajamarca, gracias a Genaro Urbina
(Cajabamba, 1949). Así como el año pasado el también cajamarquino Joan Alfaro deslumbró
con su original muestra “Raíz”, este 2017 Urbina ha impactado muy gratamente con
su colorida y magnífica exposición de pintura “El Neoindigenismo de Urbina”.
Esta se llevó a cabo, durante todo noviembre, en la Casa O´Higgins del Centro Histórico
de Lima.
Radicado en Francia desde hace décadas, en la siguiente
entrevista Urbina nos cuenta sobre su visión del arte y su trayectoria como
pintor. Él ha logrado ser invitado a exponer su valioso trabajo en diversos
países europeos. Asimismo, ha recibido distinciones como la Mención Especial y
Honorífica en la Novena Exposición del Chateau de Ferrieres y el Segundo Premio
en el concurso de pintura “Lions International”, ambos en Francia. De igual
forma, obtuvo el Segundo Premio en el concurso nacional “Inkarri” en Trujillo.
Fue un placer apreciar sus obras “Indio de los Andes”, “Sikuris”,
“Perfiles de la vida”, La menina de Cajabamba”, “La menina de Mochicao” y “Menina
de Ancash” en su muestra realizada en la Casa O’Higgins. Su amor por las
costumbres, vestimentas y bailes del Perú profundo estaba claramente
manifestado en cada una de estas obras. Urbina es un artista que siente al Perú
en cada trazo que da sobre el lienzo.
Muchas gracias por la oportunidad para “Entrevistas desde Lima”. Esta exposición “El Neoindigenismo de Urbina”, ¿cuántos años de trabajo encierra?
Muy buenos días. Me encuentro en mi exposición en la sala
O’Higgins, en el Jirón de la Unión. Los invito para apreciar estas lindas
pinturas. En “El Neoindigenismo de Urbina” yo trato de rescatar nuestra
cultura, mantener una llamita de nuestra cultura siempre prendida. Podrán apreciar,
por ejemplo, el color, el movimiento, lo divino. Pinto, entre comillas, lo
divino, el movimiento, las fiestas, las danzas, y trato de hacer que nuestra
cultura permanezca siempre viva.
Veo
que hay muchas “meninas” de todo el Perú. Usted ha querido reflejar a la mujer
peruana, sobre todo a la mujer del pueblo peruano, con mucho color. Mucha
inventiva, también.
En “El Neoindigenismo de Urbina” tengo una serie de las “meninas”.
¿Por qué “meninas”? Digamos, inspirándome en el pintor (Diego) Velázquez y para
hacer este nombre de “meninas” más universal. Que podía haberse llamado “collas”,
pero a las chicas de la costa llamarlas “collas” quizás no era el término
apropiado. Las meninas de Urbina son doncellas peruanas que yo propongo y serán
24. Las estoy haciendo, la serie será de 24 meninas. De Cajamarca, de Lambayeque,
de La Libertad… Estas meninas representan a cada departamento. Los valores que
hay en ese (departamento), la cultura y sus danzas. Por ejemplo (muestra un
cuadro), aquí estoy representando la menina de La Libertad: podrán apreciar
toda la simbología moche. Vemos las olas de la cultura Mochica, los ojos
encontrados en algunos personajes en la Huaca de la Luna. Y acá tenemos unas
narigueras de la Señora de Cao, pero yo he recortado esta nariguera para hacer
aparecer los labios, para hacerlo un poco más sexy. Es mi manera de pintar. Y
también vemos los tatuajes que se han encontrado. Esta representación de esta
menina, llena de color, juega también entre lo abstracto. Todo esto es
abstracto y figurativo.
Es un
poco expresionista, también.
Sí, por supuesto. Por ejemplo, esto (señala otro cuadro
suyo) es hecho con espátula. Trabajo de espátula que va formando unos personajes
que van subiendo, y el color azul de los costados, por ejemplo, representa el
mar, también. Porque esta cultura se desarrolló, prácticamente, en la costa. Podrán
apreciar toda la simbología de los Mochica, Chimú.
Usted
radica en Francia.
Sí, durante muchos años.
Ha
venido a Lima para esta exposición.
Es la primera vez que expongo en Lima y estoy aquí, en esta
sala O’Higgins, donde el público me alienta, viene mucha gente a conversar
conmigo. Yo siempre estoy en esta sala para poder intercambiar con mi pueblo,
si se puede decir así.
¿Usted
se considera un pintor para el pueblo?
Sí. Ustedes podrán apreciar que mis pinturas vienen del
pueblo y van hacia él.
Están
llenas de mucho color. Me llamaban la atención estos rostros en los que usted
hace una especie de luna de aumento en algunas pinturas.
Sí.
De algunos
de sus retratos, de sus meninas o meninos.
Meninas o meninos. Lo que pasa es que en nuestras fiestas,
en la sierra, siempre hay máscaras. Entonces, yo descubro la mitad de la
máscara y dejo aparecer solamente un ojo, como en este caso (me muestra otra
pintura). Por ejemplo, el ojito está acá y el resto ya es la máscara. Además,
le agrego toda la simbología que se puede encontrar. Sea de los tejidos, sea de
las cerámicas. Y, por ejemplo, en mi pintura, que es un poco estilizada, podrán
apreciar que hay, también, un mensaje. ¿Qué mensaje? Este niño cusqueño está
cogiendo un rayito de Sol en su poncho. Es algo poético, se puede decir. Imaginario.
Calentarse con un rayo de Sol. Es, más o menos, la presentación de este cuadro.
O,
también, este menino del Cusco podría verse como que el niño es un pequeño Sol.
¿Por qué no? Sí. Estos niños, cuando están contentos,
pueden irradiar mucha alegría, mucho dinamismo, sobre todo, y un espíritu
abierto hacia el mundo.
Usted
que ha estado tantos años en Europa, ¿cómo ha sido su vida de pintor allá?
Cuéntenos un poco, por favor.
Mi pintura en Europa ha sido difícil. El comienzo: difícil…
¿En
qué año se fue a Europa?
Me fui en el año 1982. Allá estoy poco más de treinta años.
Tengo un recorrido artístico regular, que me ha permitido ser un poco conocido
allá. Estoy tratando ya de ser, también, conocido en el país. Ese es mi
objetivo. Es por eso que ya he expuesto en el Cusco en dos oportunidades, en
Arequipa en una oportunidad y en la ciudad de Trujillo, también. Esta es la primera
vez que expongo en Lima.
Y allá,
en Europa, ¿en cuántos países ha podido exponer?
En Europa he podido exponer en España, Alemania, Bélgica,
Francia.
Y de
todos esos países, ¿en dónde ha sentido usted que ha podido desarrollar mejor
su arte?
Yo pienso que es Francia. Me ha dado bastante. He logrado
mucho en París, ya que he podido exponer en el Grand Palais, el Gran Palacio de
París, un sitio magnífico, donde exponen pintores de todo el mundo. Y esa es la
suerte que he tenido. Y como es con jurado, yo pienso que, también, hay calidad,
para que me hayan permitido exponer en ese lugar mítico.
Entonces,
usted tiene su taller en Francia.
Sí, yo tengo mi taller en la ciudad de París, desde hace
muchos años.
¿Y
piensa tener un taller acá, en Perú, en algún momento, o solo ha venido de
visita?
Me parece que no. Va a ser un poco difícil tener un taller
aquí. Mis pinturas van a ser concebidas, creo, en la ciudad de París para venir
a regalar al Perú estos colores que ustedes podrán apreciar.
Ahora
hay un pintor joven y, también, de Cajamarca, como usted, que se llama Joan
Alfaro y también está lleno de color. Es muy claro en los cajamarquinos el amor
por el color. Un color fuerte, vivaz. Colores cálidos.
Pero no solamente en los pintores cajamarquinos. Más que
todo, en los pintores latinoamericanos. En Europa se remarca el pintor
latinoamericano por los colores, sobre todo. Esa es la base. Tenemos nosotros,
en nuestros genes, el color. Es por eso que, inmediatamente, el pintor
latinoamericano destaca por el color. Para terminar, quisiera decirles que mi
obra es como un grito pictórico, un grito de libertad. Se puede decir que “Perú,
tú que me has prestado tus colores y han atravesado los Andes, ahora he venido
con todas estas obras a devolverte en imágenes, mi amor por ti. He pintado la
alegría, tus fiestas, tus danzas. Gracias, Perú”.
¿Cuáles
son sus influencias más inmediatas, sus influencias pictóricas más visibles?
Influencias hay muy pocas. Lo que me ha influenciado a mí
es, en realidad, toda esa diversidad cultural que hay en nuestro Perú. Esa es
la base. Es la influencia que yo he tenido y, además, agregando que yo he nacido
en la sierra. Tengo vivencias de la sierra. Yo he vivido con las lluvias, el
trueno, el relámpago, el canto de los pájaros. De tal manera que yo llevo
dentro todo ese espíritu andino.
Yo me
refería un poco más al lado técnico: ¿algún o algunos pintores de alguna
corriente, escuela, que a usted le hayan interesado en el principio de su
carrera o no ha habido alguno?
Se puede decir que no tengo una influencia completamente
definida de algún pintor. No. Yo sé que hay grandes pintores, pero ninguno me
ha influenciado. Porque tengo técnicas propias. Y pienso que el 80% o 90% es
algo personal. Pero siempre un pintor tiene ciertas influencias de una manera
inconsciente.
Que es
algo normal.
Por supuesto. Es algo normal. Lo único que podría decir es
que tomé “meninas” considerando a este pintor conocido, Velázquez, para universalizar
el nombre de “meninas”.
Señor
Urbina, le agradezco la entrevista y deseo que tenga muchos más visitantes en
su exposición, que está muy bonita.
Gracias. Te agradezco mucho también, Gianmarco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario