martes, 24 de diciembre de 2024

Sonia Luz Carrillo

 


“Yo soy una mujer que vive agradeciendo”

 

Entrevista y fotografía por Gianmarco Farfán Cerdán

 

A los grandes poetas se les recuerda por haber creado uno o muchos poemas memorables. Al trujillano Alejandro Romualdo (1926-2008) lo recordamos por “Canto coral a Túpac Amaru, que es la libertad”, “Si me quitaran totalmente todo” o “Perú en alto”. Al iqueño Abraham Valdelomar (1888-1919) por “Tristitia” o “El hermano ausente en la cena pascual”. Mientras que el salaverrino Arturo Corcuera (1935-2017) trascendió con “El hereje”, “Los amantes”, “Balada de la brevedad de la vida”, “Ciclos de vida” o “La rosa de la escritura”. Igualmente, recordamos al inmortal César Vallejo (1892-1938) por “Masa”, “A mi hermano Miguel”, “Los heraldos negros”, “Los pasos lejanos”, “Los dados eternos”, “El poeta a su amada”, “Piedra negra sobre una piedra blanca”, entre otros. Y no podemos referirnos a la limeña Blanca Varela (1926-2009) sin mencionar sus poemas “Bodas”, “Currículum vitae”, “Así sea”, “Nadie nos dice” y “Fútbol”.

En ese sentido, la estupenda poeta nacional Sonia Luz Carrillo Mauriz (Bellavista, 1948) tiene un abanico de poemas por los cuales permanecerá en la historia de la poesía peruana. Por ejemplo, “En el rostro limpio de la mañana”, “Cuando levante mis manos”, “Como sabiendo”, “Labor”, “Utilidad de los claveles rosa”, “Llueve”, “Lo sencillo” o “A mi hijo Ricardo Lenin, mientras llegaba”. Este último poema, dice así: “Saltarás hecho un ovillo / ciego y mudo / y te daremos las armas / para hacerte crecer. / Luego / nos negarás superándonos, / discutiremos / y tú saldrás ganando / -conocerás mejor los hechos de tu época- / te extenderás / te extenderás / mientras nos encogemos. / Pero somos conscientes: / tu sola presencia es nuestro triunfo”. De igual forma, es también conmovedor su poema “Nombrar las cosas”: “Hoy dijo árbol / y fui una hoja. / Nombró el agua / y sus novísimos labios / la inventaron. / Hoy la niña / repitió papá / y nació el hijo / ahora padre. / Hoy ella señala / el mundo / todo reluce nuevo. / 2004 / Angelina nombra las cosas / recrea el orbe, / resuena la voz primera. / Y todo es bello / y bueno”. Otro de sus poemas notables (que refleja muy bien el ambiente contradictorio y envanecido de muchos poetas en el Perú) es el irónico “Sobre los poetas de mi aldea”: “Ah los poetas / los poetas de mi aldea; / personas importantes / tienen un mundito / a su medida: / en él / todo les pertenece, las palabras / salen de sus manitas, / iridiscentes, / puras / iconoclastas. / Solo de vez en cuando / suelen abrir sus puertas / y entonces puedes verlos / revolcándose juntos, / dándose dentelladas / o suaves palmaditas”.

Este año, Carrillo ha publicado “Piedra labrada. Poesía total 1973-2023” (Artífice, 2024), donde están reunidos sus siete poemarios a lo largo de medio siglo de creativa producción literaria. Sobre este valioso libro dialogamos con la poeta, que también es una emblemática y querida catedrática sanmarquina, así como investigadora en temas de comunicación (tiene varios libros al respecto). Si bien la poesía ha sido el punto central de esta conversación, también hubo reflexiones sobre educación, cultura, periodismo y política. Igualmente, la renombrada poeta contó parte de su historia familiar, que viene desde España e Italia.

Sonia Luz Carrillo está incluida en numerosas antologías de poesía peruana, sus poemas están traducidos a varios idiomas, participa frecuentemente de recitales de poesía, así como también es invitada a ferias del libro y festivales literarios en nuestro país y el extranjero. Asimismo, ha formado parte de la directiva de la Unión Católica Latinoamericana de Prensa.

 

Es un honor ahora estar acá, en su casa. Es un privilegio para mí.

Gracias.

 

Usted sabe que la admiro, la respeto desde hace muchos años, desde que fui su alumno. Empezamos con “Piedra labrada”, su antología de 50 años. Si bien es cierto que es una antología sobre todos sus poemarios anteriores, hay uno nuevo: “Mientras cae la tarde”. ¿Cuál sería la diferencia de este último poemario, incluido aquí, en “Piedra labrada”, con sus anteriores poemarios?

Yo creo que laten los mismos temas. Hay una línea de preocupaciones, el conjunto de temas se va reiterando conforme pasan los años y tengo yo más vida, más lectura de la vida y más lectura de libros también. Se están acercando a mi libro, al que le tengo mucha gratitud, porque me está acercando con el afecto de mucha gente y me está haciendo sentir muy arropada, muy querida. Es decir, lo primero que yo veo es que de la joven que en el año 73 sale rompiendo todos los cristales del entorno, como dice el doctor Luis Alberto Grados… Entré a la poesía en 1973, se publica mi primer libro, pero, en realidad, yo había estado trabajando desde el año 67, 68. En el 68 tengo la redacción de una revista. Soy una chica bastante precoz. Todo eso lo hago entre los 18, 19, 20 años. Esta joven que a los 20, 21 años manda a rodar a Schopenhauer o le dice “peludo y mercenario”, a los poetas de mi aldea también, me río de ellos. En fin. Trajo a la poesía la irreverencia de esta joven. De esa poesía irreverente y con la pata en alto (sonríe), como digo yo, en términos coloquiales, a “Mientras cae la tarde”, la diferencia es que he vivido y he visto vivir y tengo la misma ira para las situaciones injustas, pero más calma para la reflexión.

 

Ese primer poemario “Sin nombre propio” entró fuerte al mundo literario porque tiene bastantes poemas potentes.

Sí.

 

Por ejemplo, “Ella no sabe nada”, “Sobre los poetas de mi aldea”, “Hablando de las cosas que ocurren en mi casa”, “Pongamos de una vez”, son poemas muy potentes y es muy raro, realmente, ver que alguien en su primer poemario ya impacta. Uno dice: “Si así empieza, ¡cómo viene!”.

El otro día yo leía una frase que decía que “en los últimos años Sonia Luz Carrillo”… Y yo te podría decir que no es cierto. Te podría decir que ese primer libro tuvo buena prensa, lo que pasa es que no tengo el testimonio, pero sí tuvo repercusión. Era una chiquilla. Yo trabajaba en la revista “Vistazo” y dice el director en la revista que era una chiquilla que llegó a plantear las cosas con mucha fuerza también en el periodismo. La actitud ha sido esa, de recusar lo que no me gustaba. Yo he sido una respondona desde chiquita.

 

Usted es una pionera del feminismo literario acá en Lima, sin quererlo.

Sí, puede ser. ¿Sabes qué pasa? Que yo llego de sectores muy populares a tener una educación. Primero, termino la secundaria en un medio donde no era frecuente que las mujeres terminaran la secundaria, ingreso a la universidad, y desde siempre he sido muy curiosa, me ha interesado lo que ocurría a mi alrededor. Entonces, esa curiosidad frente a la realidad y ese gusto por la palabra… Yo me he deleitado siempre con la palabra y todas sus posibilidades. Lo saben mis alumnos también, que a veces, en el aula incluso, se me viene el vuelo poético y los dejo un poco así, en la búsqueda de sentido. Eso me llevó a escribir tal como yo sentía la realidad. Y yo la sentía deforme y daba mi opinión.

 

Tengo una pequeña duda: yo sé que su madre se apellida Mauriz.

Sí.

 

Y sé que su abuela se apellida Larco.

Sí.

 

¿Usted ha tenido familia Larco, que son una familia de cierto renombre acá, en Lima?

Llegaron de Génova los familiares de mi padre. En realidad, eso se va perdiendo en el caso peruano, donde somos el resultado de múltiples mestizajes. Sí, pues. La familia Larco procede de Italia. La familia Mauriz es española. Chiquitito lo trajeron, pero mi abuelo había nacido ahí. Una historia muy curiosa, porque mi abuelo se junta con mi abuelita, él ya un hombre mayor, ella una adolescente. Allí hay una especie de nebulosa, nunca se sabe por qué él… Que la familia era vasca, otros dicen que no, que era asturiana, pero el caso es que en la casa de mi infancia había muchas costumbres que mi abuelo instauró. Mi abuela murió a los 32 años, después de dar a luz a diez hijos, una cosa así. Pero en la casa se instauró una forma muy castiza de hablar. Y yo recuerdo a mi abuelo explicándome que tenía que pronunciar todas las sílabas, por ejemplo. Eso no es muy usual. Entonces, “habla correctamente, habla bien”.

 

Parecía un abuelo lingüista.

Mi abuelo, un panadero. Mi familia ha sido muy humilde, de oficios muy humildes, pero ilustrada. Él sabía de literatura. Un tío que era obrero y, sin embargo, fue el que me enseñó a recitar. Luego las monjitas en el colegio del Rímac también, al ver mi memoria, que al parecer era notable para una chiquita de seis, siete años, me empiezan a dar ese papel de aprender de memoria largos poemas, de los que yo no entendía ni pío, pero los decía con un sentimiento tal que a ellas les gustaba. Entonces, sí, fui una niñita que estaba siempre sobre el proscenio diciendo las cosas. Elogiada por las monjas y envidiada por las alumnas. Sí. Porque es una cosa que también siempre he notado: que el cariño y el privilegio que te da el hecho de ser dicharachera también trae bastante rabia alrededor. Y yo me mato de risa.

 

Vemos ahora políticas y políticos que no saben ni hablar, entonces, escuchar a alguien que habla bien, siempre es un gusto. Sobre todo, en el Perú. De su poesía ha escrito mucha gente importante, pero yo quisiera mencionar a uno que, seguramente, la mayoría de lectores recuerda. Al menos, los lectores de poesía: Alejandro Romualdo, que usted, en las clases, lo mencionaba con mucho cariño.

Con cariño.

 

Con respeto.

Con agradecimiento, con gratitud.

 

Usted ha estado en la inauguración de la exposición de Alejandro Romualdo en la Casa de la Literatura Peruana.

Sí, he estado ahí por encargo de Laurita, la hija de Romualdo a la que conozco desde chica. Y el recuerdo de Teresa Pereira, la esposa del poeta, que también es una mujer maravillosa, que me regaló una amistad maravillosa también. Ya fallecida. Sí. Romualdo fue fundamental. Lo que no me daban las aulas universitarias, esta mirada global, también bastante desacralizada, que en eso coincidíamos mucho, me la dio Jano. De una generosidad, uy… Sería motivo de toda una entrevista.

 

Yo lo mencionaba porque a Romualdo, básicamente -aunque es evidente que no es solo por eso- se le recuerda por el “Canto coral a Túpac Amaru”. Hay poemas que marcan a un poeta para toda la vida.

Sí.

 

Después de su muerte, incluso.

Sí.

 

Yo lo mencionaba porque a usted muchas de las chicas, las poetas (que tienen) 30, 40, 50 años la consideran muy en alto.

Gracias, no lo sabía.

 

Sí. Por ejemplo, le menciono, yo he visto que una amiga que también es poeta, Navale Quiroz, que estuvo allá…

Ah, Navale, sí.

 

…en el Festival de poetas…

Sí.

 

…publica una foto con usted, orgullosa. Y había otra poeta también, creo que Úrsula Alvarado.

Sí, encantadora.

 

Estas jóvenes de 40 años la admiran y usted va a quedar, seguramente, con muchos de sus poemas, como un ejemplo a seguir para estas nuevas generaciones de poetas mujeres.

Sí. No soy más que un modelo. Yo soy una maestra. Sí me considero una maestra. Y lo digo con gusto. Lo que quisiera, más que marcarte mi palabra o mi nombre, es una actitud frente al arte, Gianmarco. A mí lo que me interesa es que la gente trabaje poesía, que se vayan olvidando del repentismo. No todo lo que sale de tus manos inmediatamente va a ser publicado. Esto a mí me duele. Porque yo digo, a veces: “Aquí late, aquí latía un poema… Esto es un protopoema. ¿Por qué lo publican como poema? Todavía no”. Y hay una cosa que yo he hecho siempre. De esto he hecho una cuestión fuerte: la poesía no tiene hora de cierre. Hay que darle su tiempo. Dejar el protopoema ahí y mirarlo a la semana y mirarlo cuando has vivido un poco más o has leído un poco más. Y ver las posibilidades de la palabra. El otro día que he estado yo… No sé si tú has visto, habían grabado mi exposición en los Poetas en la Arena, en Huacachina, y se ha publicado, está en YouTube.

 

El conversatorio.

Sí. Ahí está, es un fragmento, porque yo había empezado con un poema justo de Jano. Pero ahí también repito dos versos de Romualdo, cuando dice: “Soy del Perú / sencillamente siendo”. Para llegar a esa simplicidad tienes que haber observado, tienes que haber pensado, haberte esforzado en pensar la frase, pensar la palabra. Porque ha empezado con un verbo: “Soy del Perú / sencillamente siendo”. Entonces, ese tiempo presente y ese gerundio: le ha dado vueltas, pues.

 

Claro. No sale así, a la primera.

No sale. No. O cuando él dice también: “No se es peruano por partida de nacimiento / sino por partida de sentimiento”. Sencillo. Y esto te empareja con el habla imaginativa del lenguaje popular. Entonces es sencillo también proponerlo y hacer de la literatura -que es una de las cosas en las que yo me he interesado- un goce universal. No puedes dejar al docente en las aulas o para los grupos de los muy informados. Yo tengo una postura ética frente a la vida y creo que todo lo que uno alcance dentro de la experiencia humana, tiene que intentar distribuirlo.

 

Creo que usted es la poeta de su generación que más difunde poesía, de manera activa. Por lo menos, de lo que yo recuerdo, la veo en un montón de eventos que, si uno no supiera su edad, pensaría que es una poeta de cuarenta, treinta años.

Gracias, porque me acabas de hacer notar la edad que tengo, ja, ja, ja…

 

Lo digo de manera respetuosa, porque mucha gente no es tan activa cuando ya tiene un poco más de edad.

No. ¿Y sabes qué?

 

Por eso lo comentaba.

Este año fue curioso, porque empezó con cuatro cirugías a mi vista. Yo me quedaba ciega.

 

¿Qué tenía? ¿Cataratas?

Varias cosas. Y ahora veo, porque la maravilla de la cirugía ha sido muy buena. Yo tengo una protección divina. Porque realmente ya la cosa era bastante complicada. Entonces, me vi obligada a un año de descanso. Mentira. Porque ahí mismo Josué Barrón quería publicar “Sin nombre propio”. Lo publica y es un boom.

 

Con la editorial Qwerty.

Sí. Es un boom. Y me llaman, que entrevistas, y esto y el recital acá y la otra cosa. Entonces, sí, pues, da una idea de ser…

 

De ubicuidad.

Ubicuidad. Pero no. A mí me gusta mi vida reposada, me gustan mis plantitas, tener tiempo para la lectura. Y ahora que tengo la vista buena, puedo recuperar ese goce.

 

Es que, además, usted también es activa en las redes sociales.

Sí.

 

Entonces, eso le da una visibilidad mucho mayor que a otras poetas de su generación.

Claro, y si tú lo notas, y tú eres un hombre sensible, no solamente hablo de literatura. Estoy preocupada, por ejemplo, por…

 

Los temas sociales.

Los temas sociales.

 

Política.

Estoy muy preocupada por nuestra patria, porque no le veo un norte, todavía no hay nitidez. Estoy preocupada por el problema medioambiental. Yo tengo nietos y alumnos y digo: ¡Qué planeta estamos dejando! Resulta que habíamos sido muy felices nosotros y no lo sabíamos, cuando solíamos disfrutar de niños de tantas cosas que ahora la delincuencia, la inseguridad… Como dice Ribeyro: las ciudades son unas sociedades demenciales. Los niños antes podíamos jugar en la calle. Ahora no están. ¿Cómo está el parque? Solamente paseando perros y los niños están encerrados en pequeños departamentos, viendo televisión, jugando con su celular.

 

Yo podía quedarme afuera de mi casa -tenía ocho, siete años- con un amiguito del barrio, de la cuadra, y mi abuela iba después de dos horas a ver si estaba.

Y yo jugaba en la Alameda de los Descalzos también.

 

Ahora hacer eso con un niño es un peligro.

Y salía de compras al mercado, de nueve, diez años. Corriendo hasta el mercado y regresaba a la Alameda de los Descalzos. Un poema, que es el poema a mi alameda, es porque yo estudiaba la secundaria, teníamos un grupo de chicas y chicos que salíamos a estudiar de madrugada casi. La educación era bastante memorista, entonces salíamos a memorizar los temas recorriendo la alameda. Y por eso mi poema dice que “sube la niebla y yo descubro las estatuas” y no sé qué. En la pista hacíamos las operaciones de matemáticas.

 

Con libertad, sin miedo.

Con una sensación de seguridad. Sí. “Avisa, nomás” (le decían). Claro, avisaba: “¡Mamá, aquí estoy!”. Mi mamá se asomaba, yo estaba jugando en la calle. Sí, con esa sensación que era feliz.

 

Su mamá Elvira.

Mi mamá Elvira, sí. Murió muy jovencita también, de 46 años.

 

Vi una foto de ella en que tenía, creo, un gorrito español.

Que se disfrazó, que fue un año antes que yo naciera. Se fueron con mi padre a un baile de disfraces. Y es que, en la familia, la cultura española estaba muy presente. Ahí está ella de manolas.

 

¿Y a usted le gusta la cultura española también?

He tenido la suerte de ir varias veces a España. La primera vez que fui, todo el avión yo iba con una canción en mi cabeza, de las calles de Alcalá. Una cosa que yo cantaba de niñita, que me hacían cantar en el colegio, disfrazada de españolita. Yo cantaba: “Por la calle de Alcalá, / la falda almidonada / y los nardos muy bien puestos en la cadera”. Una madrileñita. Una de las primeras cosas que yo quise fue recorrer la calle de Alcalá. Y luego en Salamanca he ido varias veces invitada, he sido homenajeada.

 

En el Encuentro Iberoamericano de Poetas, con Alfredo Pérez Alencart.

Dos, tres veces. Sí. Y después en Madrid también, con una familia amiga, con un joven estudiante, un exalumno sanmarquino que estuvo de primer secretario en la embajada también. He estado en varias ocasiones. He estado en Segovia y después conozco Béjar, Ciudad Rodrigo, he hecho un tour de poetas en una ocasión. Tengo lindos recuerdos. Yo puedo decir, como Romualdo, que he sido feliz en España.

 

¿Y todo, o la mayor parte, se lo debe a la poesía o también a su función de educadora?

No. A la poesía. Como comunicadora cristiana católica sí he viajado también, porque he estado en la directiva de la Unión Católica Latinoamericana de Prensa. Esa es otra dimensión que pocos conocen. Pero yo no solamente soy creyente, no solo practicante, sino también soy participante en muchas tareas. He tenido el privilegio de estar cerca del padre Gustavo Gutiérrez. También de ahí viene mi posición frente a la vida.

 

¿Y cuál de sus papás, o de repente los dos, le enseñaron este orden? Porque para hacer tantas cosas hay que ser muy ordenado u ordenada.

Sí. Ahora estoy un poco preocupada, porque tengo que corregir trabajos de los alumnos, que con la gripe ayer no terminé. Mis hijos me dicen: “Mamá, deja ya todo”. Es que San Marcos es una droga. He estado un año fuera y, en realidad, no he estado fuera. En ese año he dado una charla magistral para un grupo que terminaba (su carrera profesional). No sé qué cantidad de gente ha querido que le vea su proyecto de investigación. “Léemelo, léemelo, porque no lo puedo leer yo” (ella les decía). Sí, le tengo mucho cariño a San Marcos. Soy así, pues. Soy tonta con las cosas. ¿Quién me enseñó? La vida. Porque desde muy chica, como tienes ahí un poema, mi madre me decía: “Las niñas grandes no lloran”.

 

Sí.

Es un poema que a mí me duele, no lo puedo leer mucho en público, porque mi madre sabía que se iba a morir. Ella tenía el problema cardiaco. Como yo soy la mayor, desde muy pequeña muchas actividades descansaron en mí. Yo tenía que estudiar, yo tenía que cuidar a las niñas. Después ella falleció. Yo tenía que hacer la comida. Fue una cosa… Y el deseo de hacer cosas, pese a las limitaciones. Yo creo que no es nada excepcional. Lo que pasa es que tal vez se está luciendo una actividad que cualquier mujer del pueblo peruano la hace. De repente, es un poco más visible cuando una es escritora. Pero si tú revisas la historia de muchas mujeres en nuestro país… Yo tengo una teoría: que cuando nos nacen los hijos inmediatamente nos salen dos o tres pares de brazos más. Sí. Y somos capaces de tener al hijo acá y con la otra mano, y un poco el codo, como sea, estamos arreglándole la vida a la familia.

 

Esa función de multitareas, creo, es muy natural en la mujer.

Muy natural, sí.

 

El hombre está más enfocado en una labor. Puede hacer muchas labores, pero las va haciendo una por una.

Sí, en eso somos emperatrices del detalle. Mira, me salió una frase bonita. Sí, el detalle. Yo creo que es una cosa ya como que arquetípica. Una mujer descubre más rápido la tristeza de una persona, por ejemplo. En su forma de caminar, en el semblante que tiene, en cómo lleva los hombros. No necesita hablar. Si tienes un poco de sensibilidad y, además, eres mujer, dices: “A este le está pasando algo. Voy a tratar de conversar”.

 

Saben leer el lenguaje no verbal.

Sí. Y el reparto de los recursos. Aquí está faltando, ¿qué hago? Tengo poco pan, ¿qué hago? Lo cortaré, ¿no? Y otras mujeres se dan cuenta: esta cortó el pan porque le estaba faltando. Y tú tienes mamá, vives cerca de tu madre y seguro que te estoy haciendo recordar momentos.

 

Sí. Las mujeres siempre están viendo los detalles, como usted dice.

Hay un poema ahí (en su último libro) que habla de la lectura. Me encanta haber encontrado un poema de Romualdo, que lo dije, solo que no han difundido todo el video. Mira, ¡es una belleza! Ay, se viene este miserable a comerse mi flor de ruda (en su ventana de la sala).

 

Un colibrí.

Sí. Se vienen, pues.

 

Mucha gente conoce el lado de poeta de Sonia Luz Carrillo. Ese es el lado más visible.

No conocen a la maestra.

 

Claro. Y el lado de la maestra, más que nada, por los que han pasado por la universidad, por San Marcos. Pero si no eres de San Marcos, la conocen más como la poeta. Por eso yo decía que usted es ordenada para hacer tantas cosas. Tengo acá uno de sus libros de comunicaciones. Tiene varios libros de comunicaciones. Y escribir libros sobre investigación en comunicación no es una tarea sencilla. Aparte de la creatividad literaria, tiene ese espíritu de investigadora. Usted maneja muy bien los dos lados.

Creo que la curiosidad y la capacidad de ver detalles, más bien, es un valor en la investigación. La curiosidad y el gusto por el conocimiento también. Yo soy una mujer que vive agradeciendo. Definitivamente, he tenido mucha suerte. Tengo mucha suerte. Y una de las cosas que también tengo que agradecer a la vida es que me ha enseñado a perdonar, a no vivir rascándome dolores. Lo digo el otro día ahí, en el video. No vale ser víctima ni sentirse pesaroso por cosas que pasaron en el pasado. Yo creo que, en la medida en que uno es feliz, también puede dar cosas de buen sabor a la gente. Para eso es maravillosa la docencia, porque hay momentos en que uno está muy agobiado por circunstancias nefastas, pero entras al aula, te metes en el tema que tienes que exponer y te olvidas. Y sales a las dos horas y dices: “Ay, verdad, yo tenía tal cosa”. Y otra vez puede venir el pesar.

 

Algunos compañeros y compañeras la recuerdan a usted como estricta. ¿Usted siente que ha sido una profesora estricta?

Lo soy.

 

Que no ha sido una profesora para todos. Algunos, incluso, decían: “No me voy a poner con Sonia Luz en el curso, porque me va a poner baja nota y yo no quiero baja nota”.

Sí. Claudia Montalvo, una alumna que escribe muy bonito, dice que ella había llevado en un mismo semestre un curso con Ricardo Falla y otro conmigo, lo cual era algo así como un turismo de aventura.

 

A ver si sobrevivía.

Claro. Porque llevaba un curso tanto con Ricardo como conmigo. Y después un dibujante, Walter Mechato, una vez hizo una especie de caricatura de los profesores. Y nos pone a Ricardo y a mí como dos delincuentes, con un arma, y Ricardo me pregunta: “¿Cuántos te jalaste tú?”. Y yo le digo: “El 50%. ¿Tú?”. “A todos”.

 

Ja, ja, ja…

(Sonríe) Yo no soy de jalar. Sí soy de fregar, sí soy de insistir. ¿Y sabes por qué? Por respeto. Porque sé que cuando presionas al individuo, va a dar sus mejores frutos. Y años después me lo corroboran el testimonio de mis alumnos. Me dicen: “Profesora, por usted yo leí, por usted yo busqué, por usted…”. En fin.

 

También me acuerdo que nos incentivaba en la universidad a no solo temas literarios sino también a ver buenas películas.

Hasta ahora.

 

Cine clásico.

Ir a conciertos, ir a películas, indagar en la poesía, en la narrativa, en la pintura. Es decir, lo repito siempre: estar en permanente cultivo. Porque la cultura no es algo que aprendiste en un cuadernito y tu examen de cultura general. Eso no vale. Hasta el último día de la vida, me cultivo. Mira, acá, este poema. No es muy largo: “Lectura de gestos”. (Y lo empieza a leer) “Largo aprendizaje / pasión / por lo pequeño / lo que día a día / configura / el instante. / El eco de un saludo esquivo, / el rastro de una sonrisa velada. / La palabra / que dice / lo contrario. / Certezas que se imprimen / con el movimiento de una mano. / Tristeza de hombros / inflexiones y silencios. / Ojos desbordando / innombrables discursos. / Ya tersos / ya violentos / infinidad de / leves / menudos / gestos”.

 

Gracias por leerlo. Un gusto escucharla.

Gracias.

 

También han publicado un ensayo en la revista “Ptyx”, número 11, sobre su poesía. De Jorge Nájar.

Sí. ¡Qué bueno! Lo has visto todo.

 

Estoy enterado. Esta revista se presentó en la Biblioteca Nacional del Perú el miércoles 25.

No pude ir a la biblioteca porque tengo clases los miércoles.

 

Lo mencionaba porque, si bien ya han hecho muchos ensayos de usted, siguen haciendo estudios sobre su poesía.

Sí. Y traducciones. Este libro tiene esa virtud. Hay que mencionar que “Piedra labrada” y el trabajo de Artífice es maravilloso. Y tiene esta virtud.

 

De Jesús Raymundo.

De Jesús Raymundo, un exalumno, para variar.

 

No hay exalumno suyo malo, profesora.

¡Ah, qué bueno! ¿No? Ja, ja… Mira, esto tiene esta maravilla, me gusta mucho que tiene acá, no solo el relato, miradas y reflexiones, para que se pueda buscar y para leerlos, y algunos otros materiales. Se tiene este QR. Hay que decirlo. Porque, claro, es también hacer uso de una técnica contemporánea, moderna, para poder llegar. Porque, como me decía Jesús Raymundo: “Muchas de las cosas que usted tiene, permanecen totalmente desconocidas”.

 

Habría que digitalizar todo ahora.

Digitalizarlo o escanearlo. Porque he hecho mucho periodismo.

 

Ahora, lo que no está en la red, se desconoce.

Ahora, de alguna forma, hago periodismo en el Facebook, porque coloco temas.

 

Y sigue con su blog, además.

Sigo. El blog lo alimento poco.

 

Pero sigue ahí.

Pero sigue y es muy leído, sí. Es increíble, el blog ya tiene como dos millones y medio de visitas.

 

¡Felicitaciones!

Sí. Es muy fuerte. Todos los días, es un promedio de cien personas, mínimo, que llega por distintos materiales.

 

Magnífico.

Sí, tengo que alimentarlo. Pero es que me falta vida.

 

No alcanza el día.

No alcanza.

 

Justo escribió usted un post en su Facebook de que los días deberían tener muchas más horas.

Porque ese día estaba yo agobiada. Es que les había ofrecido a los chicos el día miércoles darle sus notas y no he podido. Y son muy buenos. Son chiquitos sanmarquinos de la nueva hornada, traen las dificultades de una secundaria limitada. La limitación en el contenido, definitivamente. Pero son sanmarquinos. Tienen una inquietud muy grande y una gratitud también. Me recompensan sus actitudes de gratitud por lo que les voy dando. No sé qué tanto les doy, pero ellos me agradecen (sonríe).

 

¡Qué bueno! Profesora, ¿se acuerda del año 2022 que tuve el gusto de invitarla y que usted pudiera participar en el II Festival Panhispánico de Poesía, de Casa Bukowski, con Antonio Cillóniz, Carlos López Degregori y Alejandro Susti?

Que estaba delicadito (de salud) Cillóniz. Sí.

 

¿Qué recuerdos de ese evento virtual, con esos compañeros suyos que no veía en mucho tiempo?

Sí, no los veía de años. A Antonio lo vi hace unos cinco años en Lima. Le tengo mucho afecto, por supuesto. Y a López Degregori también lo había visto en la Universidad Ricardo Palma. Hemos recitado. Al profesor…

 

Susti.

…no lo conocía (personalmente). Sí sabía quién era. Muy agradable. Fue muy lindo, las fotos preciosas. ¿Y has seguido tú con esa actividad?

 

En Casa Bukowski ya no están haciendo más recitales así, pero sí presenciales. Ese fue el último año, el 2022, cuando lo hicieron virtual. Fue como una especie de efecto postpandemia, que casi todo era virtual.

Tú estás dedicado a mucha pintura también. Exposiciones de artes gráficas y pinturas.

 

Igual que usted, tengo intereses culturales y siempre estoy tratando de difundir artes plásticas, en general: pintura, escultura, instalaciones, si son buenas. Porque hay instalaciones pésimas. No vale la pena ni siquiera comentarlas o publicar algo sobre eso. Pero sí de arte, de cine. Estoy haciendo crítica de cine. También estoy difundiendo deportes, porque he sido deportista. He sido medallista nacional de (la categoría) menores.

Y estás formando a una muchachita que va a ser una gestora cultural.

 

Si quiere, que lo sea.

Porque está teniendo una información…

 

Me acompaña, las veces que nos vemos, que yo la llevo.

Sí.

 

Sí, me acompaña (a eventos culturales). A veces no quiere ir y vamos a ver otra cosa, jamás le voy a imponer. Pero, en verdad, voy mucho a las galerías y suelen estar vacías. Las galerías de arte. Solo están llenas los días de inauguración, los vernissage, como le dicen. Después paran vacías.

Van por los bocaditos.

 

Por los bocaditos y por el chisme.

Sí.

 

Y que vi a fulana y a fulano, pero la verdad es que el peruano no es muy afecto a lo cultural, en cuanto al arte. A menos que sea ya tradicionalmente cultural, desde la familia.

He conocido en los últimos tiempos a un joven que se parece mucho a ti en esa actitud, que es César Panduro.

 

Es el que organiza lo del festival (Poetas en la Arena).

El festival. ¡Qué tal trabajo que se da! Convoca y llama y trae… El día que yo estuve en la exposición… Porque yo he tenido dos eventos. Ese día me llamó la atención tener la presencia de gente tan heterogénea del público. La gente que va paseando por el malecón y que se sienta para escuchar sobre poesía. Y profesoras con sus alumnos del colegio.

 

¡Qué bueno!

Y tomando apuntes. Y casi en la calle, pues, en el malecón. Yo cuando vi ahí, dije: “Pucha, ¿en qué me he metido? Pero aquí a lo que venga”. Pero te confieso que dije: “¿En qué me he metido? Voy a hablar acá” y la gente que pasaba. Un montón de gente que, de otra manera, no hubiera entrado, de repente, a un ambiente cerrado. ¡Qué inteligente!

 

De repente, también están haciendo un trabajo de 30, 40 años, de poetas o gestores culturales allá, que ya está teniendo ciertos frutos.

La ciudad de Ica está abandonada, pero ahí, ese es un oasis. Un auténtico oasis Huacachina. Y con, por supuesto, el patrocinio de Alberto Benavides, que es un hombre con mucho dinero, pero más que dinero, tiene una enorme generosidad y disposición para ayudar a estos jóvenes que están haciendo sus tareas. Y la biblioteca está muy bien dotada. Cosas que se hacen en nuestro país, mira. No hace mucho, fuimos con Ricardo a Chachapoyas y vimos una universidad que está haciendo en el campo de la biogenética tantas cosas maravillosas. Acaban de clonar un caballo de paso peruano.

 

¡Qué bonito! Pero tiene también algún riesgo, me imagino, la clonación.

Sí, pero en relación a los animales no.

 

Menos tiempo de vida, creo, ¿verdad?

Sí. Menos tiempo.

 

El clonado tiene un poquito menos.

El clonado, sí. Pero ahora tú ves que hay una actividad que los medios masivos desconocen por completo. Acá están más metidos en la vida de una cabaretera o de un futbolista, ese tipo de cosas. Y hacen que se apasionen los públicos por las naderías. Y es un país maravilloso con gente muy esforzada.

 

A los periodistas culturales nos queda como trabajo difundir justamente todo eso, a los personajes que hacen…

Una gran tarea.

 

…cultura como usted.

A propósito, me interesa que resaltes algo: en toda esta seguidilla de actividades con respecto a “Piedra labrada”, el día 24 de octubre tengo un recital invitada por la Biblioteca Nacional.

 

¡Qué bueno!

Allá en San Borja. Le voy a decir a Jesús Raymundo que te alcance todo.

 

¿Va a ser un recital solo de usted?

Sí, va a ser un recital con la presentación de una amiga, también egresada de San Marcos: Carmen Luz Gorriti. ¿La conoces?

 

Sí. He escuchado de ella.

Va a estar Carmen Luz. Tengo también unas invitaciones afuera, que ya después te voy a alcanzar, cuando se concreten, para salir al exterior con “Piedra labrada”. Se está vendiendo en Amazon. Ahora, vender poesía, uff….

 

Dificilísimo.

Claro. Si vender literatura en general es difícil, ahora, vender poesía… Pero esta ha tenido buena prensa. No me quejo. Hasta he podido decir que no. Porque me pedían una entrevista con Willax.

 

La derecha.

Sí, yo de imaginarme nomás ahí, en un ambiente muy contaminado. Jesús me dijo: “Pero, profesora, mire…”. No.

 

Iba a pelearse allá, profesora.

Sí. Además, que uno hace ahí política.

 

Le iban a preguntar algo de política, usted iba a decir lo que piensa y…

También. Iba a salir sacada así, a empujones (sonríe). Y la otra cosa fue que Sixto Sarmiento me pedía una entrevista para “Expreso”.

 

También de la derecha.

Sí. Y yo le dije: “Mira, si tú escribieras en otro lugar, con todo cariño. Discúlpame -le dije-, pero es que no quiero tener nada que ver con ‘Expreso’. En estos momentos, tú sabes -le dije- que está siendo dirigido por uno de los directores de ‘El Chino’”. “No sabía -me dice-, profesora”.

 

¿Cómo se llama?

No recuerdo en estos momentos, pero sí lo puedo googlear (la entrevistada se refiere a Antonio Ramírez Pando). El caso es que hay también que saber decir no. Yo no soy una ingenua. Eso fue el jueves.

 

Siempre ha tenido esta personalidad fuerte usted. Se impone. Porque mucha gente en el ámbito literario, profesora, se acomoda mucho. Yo he visto muchos poetas, narradores que están con gente que es inmoral, que tienen hasta cosas judiciales, sentencias.

Sí.

 

Igualito salen en fotos con medio mundo y yo digo: “Pero...”

Ahora, que estés en un grupo y te saquen una foto también, a veces, es involuntario.

 

Que sigan los éxitos para “Piedra labrada”.

Esta es una cosa que me gustaría precisar: yo salgo a la vida de poesía, a la actividad, a finales de los años sesenta. Mi libro del 73 recoge mi poesía de esos años de inicio del proceso revolucionario del general Velasco y todo eso. Luego, en los años 80, aparecen ya, de manera más grupal, las mujeres que empiezan con una poesía tal vez menos preocupada por los asuntos sociopolíticos, pero sí con una postura frente al hecho cultural del machismo. Entonces hablan más de sus cuerpos, hablan más de sus fluidos, la preocupación que estaba insinuada…

 

Como Carmen Ollé, por ejemplo.

Claro. Si tú revisas desde mi primer libro, hay una postura en defensa de la independencia y del valor de la mujer. Ellas lo hacen como un grupo. A veces, eso como que se pierde: que algunas fuimos antecedentes. Eso como que no se menciona mucho.

 

Para mí es evidente. Porque yo he leído poemas de su primer poemario “Sin nombre propio” y yo decía: “En la época (de los años 70)…”

Sí.

 

Imagino que deben habérsele acercado algunos poetas y le han dicho: “¿Por qué eres tan dura?”.

Sí, claro que sí.

 

Sobre todo, los varones.

Sí. Una chiquita demasiado respondona. Y por eso, uno de los primeros poemas también: “Dime Safo / tú que también fuiste hembra / e intentabas poesía / ¿Fuiste también tenida en bello, / apetecible, / gran estorbo?”. Ahí está (su poema “De mujeres”).

 

¿Para usted la belleza femenina es de doble riesgo?

No, es algo tan natural. Además, yo creo que soy muy femenina.

 

Se lo preguntaba desde el lado masculino.

Sí.

 

Usted que es ya una poeta consagrada, ¿ha sentido que su atractivo físico le ha jugado, alguna vez, en contra o siempre se han fijado en su producción literaria?

No.

 

A eso me refería.

Sí, pues, tiene su doble riesgo. Tiene su riesgo de marginación y tiene también el riesgo de la alta ponderación, no solamente en mi caso. Hay otras mujeres también. Elogios y todo eso es con doble filo, pero es así en todos los aspectos de la vida. La mujer tiene que tener muy bien puestos los pies sobre la tierra y saber dónde está lo valioso para ella. Yo no hago juicios acá, simplemente narro que sí, hay ese riesgo. Incluso, de la vanidad. Hace dos o tres años estuve en un recital y yo decía: “Esta chica…”. Para empezar, cómo se presenta, más parece una vedette que una (poeta). Y las cosas que ha escrito y que nos está presentando, pues, están lejos de ser poesía. Y después he visto algunas notas allí, elogiosas… Allá ella.

 

Los mismos círculos de amiguismo de siempre, que había hace treinta, cuarenta años y que sigue habiendo ahora.

Sí.

 

Entre amiguitos se echan flores, aunque no sean buenos.

Pero, ¿sabes qué? También el tiempo decanta.

 

Sí, es cierto.

El tiempo decanta. No hay tristeza ni nada, que se exprese la gente. Eso sí, yo puedo poner en la cabeza de las personas, hombres y mujeres, esta idea de que la literatura es un goce, pero es un arte-trabajo. El arte viene de la manera cómo se hace. El arte de la escritura tiene una dignidad. El hacedor tiene que ser muy consciente de esa dignidad. El trabajo con la palabra. La idea-pensamiento acompañada de una organización formal y que demanda un tiempo. No al repentismo. No hay necesidad de publicar algo que todavía no ha pasado por varios filtros del propio hacedor, del propio creador. Para hombres y para mujeres. Otra de las cosas que me preocupa también es tener este sentido valorativo y justiciero. También tiene sus riesgos. Lo digo con respecto a la llamada poesía identitaria. (Dicen): “Ah, esta poeta es buena porque escribe o utiliza algunos recursos lingüísticos de uno u otro idioma ancestral”. Sí, pero ¿dónde está la poesía? Hay que ver si ese recurso lingüístico cabe dentro del texto mismo. ¿Es buena porque hace poesía andina? No. Es buena porque hace poesía. ¿O es buena porque hace poesía expresando el mundo de los negros? Tampoco.

 

Sí, pues. Lo toman como un tema étnico.

Claro, entonces también eso. Y para el periodista cultural es todo un desafío saber distinguir. Cultura y más cultivo y más cultivo. No dejar de preguntarse y de leer, de darse respuestas, pero también buscar respuestas que ya están hechas.

 

Yo la escucho y digo: “Es la profesora que recuerdo de principios del año 2000”. Sigue siendo igual…

¡Cómo se ha pasado el tiempo!

 

…la actitud docente que tiene usted. En usted es natural.

El otro día decían una cosa bonita. Escuchaba lo que dijo mi nietecita, mi nieta mayor, en la presentación de mi libro “Sin nombre propio”. Dijo: “Yo estoy acá, la nieta, yo tengo las lecturas…”, porque a ella le gustan más las lecturas de teoría, “pero yo de Sonia…”. Ninguna de mis nietas me dice “abuela” sino me dice “Sonia”. Son tan irreverentes como yo. Dice: “Yo de Sonia lo que recuerdo es que siempre está haciéndonos conscientes de un sabor, de un aroma”. Y las (nietas) chicas que tengo, las dos últimas, me dicen: “Siempre nos acordamos que contigo corremos en el malecón para poder captar la hora del crepúsculo”. Ese tipo de sensaciones, del aprecio de las sensaciones, también es lo que he querido hacer muchas veces en las aulas.

 

Una cosa vivencial.

Sí. A veces, he ingresado a un aula y he dicho: “Todo el mundo en silencio, ahora solo vamos a escuchar”. Escuchaban un pájaro, un carro, una voz. ¿Por qué hacemos este ejercicio? Porque un comunicador tiene que saber ser receptor. El comunicador que no sabe recibir, ¿de qué va a hablar? Entonces, es una práctica consciente.

 

Ese es un punto crucial, ya que lo ha mencionado. Hay comunicadores que solo quieren el cartón (del título profesional) y luego estar solo rotando con sus notas de prensa…

Sí.

 

…y estar en instituciones y recibir su sueldo. Y no les interesa nada más. Quieren asegurar su futuro en un cargo y moviéndose en un ambiente burocrático. Lo que usted menciona es del comunicador con vocación.

Sí.

 

Que tiene que estar atento a todo, absolutamente todo.

Sí. Y que más es un profesional de la comunicación. Entonces, ¿qué misión va a tener alguien que no ha sabido ser, primero, un receptor? Y sensibilizar a la gente a través del arte, del cultivo, en general, del conocimiento, pero también sensibilizarla por esto que es la comunicación que la vida nos va brindando.

 

Cierto. Muchas gracias, profesora, por todo.

Gracias a ti. Está por llegar Ricardo.

martes, 12 de noviembre de 2024

Juan Carlos Yuzuriha Yakabi

 

“Me gusta el deporte, me gusta la dirigencia, me gusta meterme en problemas”

 

Entrevista y fotografía por Gianmarco Farfán Cerdán

 

Uno de los deportes que más éxitos ha conseguido en el Perú durante la última década es el bowling. Medallas sudamericanas, panamericanas, iberoamericanas y mundiales forman ahora parte de los mejores capítulos de nuestro deporte nacional. El doctor Juan Carlos Yuzuriha Yakabi, presidente de la Federación Peruana de Bowling, ha sido el principal gestor de todos estos logros.

En la siguiente entrevista, el reconocido dirigente deja en claro que todo ha sido fruto de la planificación y de haber sabido rodearse de profesionales de primer nivel, nacionales (como Gaby Zakimi) y extranjeros (como Ernesto Ávila, Thomas Laskow y Dean Hinitz). En un país como el Perú, donde el deporte no ha sido tomado en serio, desde hace décadas, por las máximas autoridades políticas que hemos tenido, da gusto encontrar a dirigentes deportivos comprometidos completamente con su labor y que son ya referentes para las futuras generaciones de dirigentes, como lo es el ejemplar caso de Juan Carlos Yuzuriha Yakabi.

 

Muchas gracias por esta oportunidad de poder entrevistarlo. Ya está al final de su último periodo, ¿cómo siente usted que ha sido toda esta experiencia de tantos años al frente de la Federación Peruana de Bowling? ¿Cuáles considera usted que serían las cosas más resaltables de su gestión?

Muchas gracias por la entrevista, porque es una manera de acercar el deporte a la gente. De que la población peruana conozca que existe un deporte bowling, que no es solamente recreativo y que acá hay una federación que está cada vez más en crecimiento. Aún somos una federación pequeña. ¿Qué puedo resaltar? Muchísimas cosas que resaltar. Iniciando de que este es el onceavo año en el que estoy, de alguna manera, involucrado dentro de la nueva Federación Peruana de Bowling, porque la federación existe hace muchos años. El deporte en el Perú existe hace muchos años. Si tú ves el banner del campeonato nacional, esta es la quincuagésima séptima versión, es la versión 57. Y hay años que, definitivamente, no se ha podido realizar, como, por ejemplo, en los dos años de pandemia, que no se hizo el campeonato nacional. Y quizás antes. No tenemos historia escrita y quizás años antes también ha habido años que no se realizó.

 

Justo usted ha mencionado la pandemia: me enteré de que usted en la pandemia fue uno de los primeros presidentes de las federaciones deportivas que presentó los protocolos de bioseguridad.

Sí, es correcto. Porque, en realidad, nos interesaba mucho. Yo soy médico, soy pediatra, entonces sabemos mucho de cómo afrontar este tipo de epidemias, los cuidados que teníamos que tener. Básicamente, lavado de manos y no acercamiento. Y este es un deporte individual. Cada uno venía en diferentes horas a entrenar, entonces no había riesgo de contagio. Y volviendo al tema de la historia del bowling, pues, es la versión 57 del campeonato nacional, pero, además, como historia, dentro del Perú tenemos la primera instalación de bowling, la primera bolera construida en Sudamérica, del año 1908, que todavía existe. Y es justamente de Negritos, en Piura, de donde viene uno de los equipos participantes de este campeonato nacional. Vienen a representar a su club de Negritos, para que veas lo antiguo que es el deporte aquí en el Perú. Te digo también que es once años de esta nueva gestión, porque hasta antes que yo ingrese, por todos estos cambios de la Ley del Deporte, lamentablemente, la federación peruana quedó entrampada en una dificultad para hacer los registros públicos y no se hizo un trabajo efectivo para legalizar la situación de la federación. Entonces, nosotros nos presentamos al IPD con un grupo de deportistas, para que nos den la oportunidad de, como grupo, hacer las acciones correspondientes para legalizar la federación. Tanto es así, que en ese entonces expusimos toda la problemática que había. Y Francisco Boza, que era el presidente del IPD, nos dio la venia para formar el grupo de trabajo. Y ese grupo en el cual trabajamos durante ocho, nueve meses, pusimos en orden la federación, hicimos los estatutos, todos los reglamentos, nos inscribimos en registros públicos y, a partir de ese momento, ya fuimos legales ante el Instituto Peruano del Deporte. Desde ese momento, comenzamos a hacer nuestro plan de trabajo, a mediano, largo plazo, con objetivos claros.

 

¿En qué año fue eso?

En el 2013 comenzamos a trabajar con gente profesional en la materia. Por ejemplo, entrenadores profesionales. Y no queríamos que lo que hasta ese momento había sido la enseñanza del deporte, que era de transmisión de conocimiento de jugador a jugador… Yo soy médico, estoy acostumbrado a la parte académica pura, entonces, todo aprendizaje debería tener cierta estructura, cierto orden, ciertos protocolos y en base a esto quisimos que nuestros jóvenes, incluyendo a mis hijos, aprendieran el bowling de manera académica, como se hace en cualquier otro deporte de alta competencia. Y es así que entramos nosotros a la federación y con el poco presupuesto que nos daban en ese momento, lo que iniciamos fue contratar un entrenador mexicano para que forme entrenadores. Y no solamente entrenadores sino dirigentes, para que, de alguna manera, veamos y aprendamos de qué se trataba el bowling actual.

 

Se refiere a Ernesto Ávila.

A Ernesto Ávila, que hasta ahora es el Head Coach de la federación. Entonces, con él planteamos objetivos a mediano plazo y a largo plazo. Tanto es así, que año tras año, de acuerdo a todo lo que habíamos planteado, se iban logrando los objetivos. Para esto, decidimos en ese momento que todo el trabajo tenía que ser a futuro. Y si todo el trabajo tenía que ser a futuro, teníamos que trabajar solamente con juveniles. Nada de la estructura, en ese momento, era para gente mayor que ya tenía formada su manera de jugar. Ya estaban en otras cosas, como sus trabajos u otras obligaciones que les impedía hacer los entrenamientos como los que nosotros estábamos planteando. ¿Quiénes los podían hacer? Los estudiantes, los jóvenes, a partir de los once, doce, trece años. Es así que comenzamos a formar todos los deportistas. Entonces, bajo esa línea y metodología de entrenamiento ya académico, fue que los chicos comenzaron a entrenar fuerte y al año siguiente, el 2014, ya obteníamos medallas a nivel internacional, en el Sudamericano Juvenil. Obtuvimos una medalla de oro, varias de plata, varias de bronce en la categoría sub 16 y algunas medallas de plata y de bronce en la categoría sub 21. Luego, a medida que íbamos perfeccionando las técnicas y los entrenamientos, ya comenzamos a ganar a nivel panamericano juvenil. Pasaron los años y en el 2016 obtuvimos una primera medalla de oro a nivel de selección mayor. Y fue en el mismo Colombia. Y Colombia nos llevaba años de aprendizaje en el bowling.

 

Colombia es nivel mundial.

Claro. Ellos son campeones mundiales. Aquí, hasta el año 2012, 2013, la pugna era Colombia-Venezuela y después venía Brasil, Ecuador, Panamá y nosotros estábamos en la cola. A nivel sudamericano te estoy hablando. Entonces, después de todo este trabajo y en ese programa de lograr objetivos a mediano y largo plazo, pues, nos planteamos que al décimo año del programa íbamos a conseguir nuestra primera medalla mundial y justo la logramos este año. Hubieron dos años de pandemia, que nos cortó todo el tema. Pero en este año mi hija Yumi logró una medalla de bronce en el Mundial de Corea.

 

En su gestión hay muchas cosas que resaltar. Había estado investigando los logros en distintos campeonatos. Y eso en todas las federaciones no se ve. Me parece que su gestión ha sido exitosa y justo iba a preguntarle acerca de ese tema, de su hija Yumi, que ahora está becada en Estados Unidos en una universidad y que está compitiendo junto con otra peruana también, allá, en el torneo universitario. Debe ser muy difícil, como padre y dirigente deportivo, que su hija ahora esté haciendo sus cosas allá, de manera independiente. La hija es la princesa de los ojos de cualquier papá y dejarla que se vaya hasta Estados Unidos… Ha sido difícil para usted, me imagino.

De hecho, ya este es su cuarto año, su último año en la universidad. La beca la logró gracias a los logros que ella tenía a nivel de competencias internacionales: sudamericanos, panamericanos, iberoamericanos. Ganó un oro en un Abierto en Catar también. En el mundo del bowling juvenil todos se conocen y se van encontrando en los campeonatos que van.

 

Hay muchos torneos también.

Y hay muchos torneos en los cuales participar. Quisiéramos tener nosotros el dinero y el presupuesto suficiente como para que nuestros deportistas vayan a foguearse realmente, porque mientras más juegas, más experiencia tienes y más capacidad de afrontar los campeonatos difíciles. Porque allá el deporte universitario es muy fuerte. Y el bowling universitario es muy fuerte. Ellos compiten cada semana o cada dos semanas.

 

Del deporte universitario estadounidense salen muchos medallistas olímpicos o mundiales.

Correcto. De ahí vienen los drafts para la NFL.

 

Sí.

Los drafts para el béisbol. Los drafts para el básquet.

 

El atletismo también.

El atletismo, el tenis. Entonces, a ella ya la conocían. Llegó a oídos de la entrenadora de su universidad en que está actualmente, que se llama SCAD, que es una universidad de cine y televisión. Ella está haciendo cine y televisión allá.

 

Quiere ser directora.

Quiere ser directora. Le encanta eso. Y llegó a la máxima expresión cuando ya luego de estar en la universidad en Estados Unidos, pasa por todo el desarrollo del bowling aquí, en la federación peruana, y llega a la competencia en Corea. Y justamente su entrenadora de la universidad era la entrenadora del equipo de Estados Unidos. En la cara de la entrenadora de la universidad ella gana la medalla de bronce. Realmente es una satisfacción enorme. Eso significa que todo el trabajo que se realizó desde el 2013 tiene frutos. Que sea mi hija o los compañeros de selección de mi hija o de mis hijos, realmente es gratísimo. Es parte del trabajo que se ha hecho durante todos estos años

 

¿Y su hija piensa seguir el circuito profesional en Estados Unidos, la PWBA?

Tanto como profesional no. Sí desarrollar su carrera, definitivamente. Pero jugar profesionalmente no. De hecho, nuestros objetivos aquí en la Federación Peruana de Bowling no es crear gente profesional del bowling. No es gente que juegue bien para vivir del bowling. Siempre lo hemos dicho: tiene que ser extraordinario para realmente vivir del bowling.

 

Como los mexicanos, los colombianos.

Sí, pero no hay ninguna historia de éxito así que dure en el tiempo, que hayan sido exitosos en el bowling.

 

Clara Guerrero está en la PWBA y también Sandra Góngora.

Sí, correcto. Está Clara Guerrero, María José Rodríguez, está…

 

Juliana Franco también está.

Juliana no tanto. Ella no terminó en la universidad en Estados Unidos. Está, por ejemplo, la chica Rocío Restrepo. Esto no es un deporte que dé dinero. Y está dentro de los objetivos, de la visión de la federación, el que, más bien, a través del deporte, los deportistas sean mejores personas para el bien de la sociedad. Para nosotros eso fue muy claro desde un inicio.

 

Justo lo había anotado en mis datos. La filosofía de la federación es: “Promocionar, difundir y desarrollar el bowling peruano a nivel nacional e internacional, sustentando así la formación de mejores personas a través del deporte”. Es algo que usted está explicando que ha conseguido.

Sí. Y dentro de esa visión, de esa misión que nosotros tenemos como federación, el lema que tenemos es “Rumbo a la excelencia”, cuando la excelencia no la alcanzas nunca. Siempre hay cosas que mejorar. Por eso que el trabajo siempre es hacia arriba, hacia empujar las cosas, a que las cosas salgan bien.

 

Una pregunta que también es una curiosidad: ¿por qué la selección peruana es tan nikkei, a diferencia de selecciones de otros países? Digamos, vemos a los estadounidenses, canadienses y notamos que son estadounidenses y canadienses.

Sí. Yo creo que es la multiculturalidad que hay en el Perú. Yo soy peruano, soy tercera generación japonesa. Mis abuelos fueron japoneses. Y, desde hace muchos años, había la afición por jugar al bowling entre gente de la colonia japonesa. No solamente de la colonia japonesa. Había colonia china, judía. Había muchas personas que jugaban el bowling, sobre todo en el sitio donde yo lo aprendí a jugar, que fue en Miraflores, en la Bajada Balta, que era la única bolera que había en ese tiempo.

 

¿Usted de qué colegio Marista es?

Hasta segundo año de media estudié en el San José de Huacho y después me vine al Leoncio Prado.

 

Formación militar.

Tercero y cuarto. Lo que pasa es que cuando yo entré al Leoncio Prado, cambiaron la estructura de la currícula. La convirtieron en escuela superior de educación profesional y era como hacer, pues, los colleges en otros países. Era un año más de estar en el Leoncio Prado. Y a mí no me convenía porque yo ya tenía la idea de estudiar medicina. Entonces me salí de ahí y entré al colegio Maristas el año 80. Y te digo colegio Maristas porque justo en ese año se unieron dos colegios: el Maristas San Isidro y el Champagnat.

 

Yo soy del Champagnat. Por eso le preguntaba.

Sí. Entonces se juntaron. Y yo era el que me ganaba las broncas: “Tú no eres de San Isidro, entonces tú eres de Champagnat”. “No soy del Champagnat”. Los de Champagnat me decían: “Tú no eres de Champagnat, tú eres de San Isidro”. “No soy de San Isidro. Recién acabo de entrar”, les decía.

 

Del colegio a la Bajada Balta está ahí (cerca).

Salíamos del colegio y nos íbamos a tirar pelota ahí, a la Bajada Balta.

 

¿Y usted llegó a ser seleccionado nacional?

No, nunca. Yo jugaba por pura diversión. Si hubiera tenido las condiciones que tienen los muchachos ahora, todo el profesionalismo, hubiera sido muy bueno. Porque me gusta competir y no me gusta perder. Eso es lo que nosotros les decimos a nuestros jóvenes.

 

Pero dentro de los compañeros del colegio Champagnat sí era (bueno).

Tampoco. Íbamos a jugar.

 

A divertirse.

Sí, a divertirnos. En esa época había eventos dentro de la bolera y había mucha población nikkei, mucha población descendiente de japoneses.

 

¿Esa bolera de la Bajada Balta era la principal de esa época?

Era la única, sí. En los años 80 era la única. Después salió Larcomar, el Jockey Plaza.

 

Jesús María también.

(Asiente) Jesús María. Salió Chacarilla y salió una que estaba detrás de Hiraoka en San Miguel, en Maranga. Hubo una época donde había cinco, seis boleras de primer nivel. Lamentablemente, me parece que más se dedicaron a la parte comercial que a desarrollar el deporte y, pues, no sobrevivieron.

 

Otro punto también a resaltar, entre los datos que he apuntado, es que ha logrado en el Festival Panamericano Juvenil de Guatemala, ocho medallas: tres de oro, dos de plata y tres de bronce. Con Adrián Tokashiki que se llevó cinco, en una demostración enorme de talento. Esos juveniles vienen con una fuerza increíble.

Sí. Realmente el programa ya ha demostrado que funciona. Estamos desarrollando gente con mucho potencial. Hablaste del talento. Y una cosa paradójica para nosotros es que el talento… Puede sonar feo esto, pero el talento estorba. Porque una persona que tiene talento alcanza los primeros logros de manera muy fácil. Entonces, cuando ese talento no va acompañado del compromiso, la disciplina, la entrega, los entrenamientos, el talento no sirve.

 

Se pierde.

Y se quedan mediocres. Para nosotros es muy importante que la gente no tenga talento, pero que sí tenga compromiso de entrenamientos, disciplina, puntualidad. Todos esos valores que te estoy mencionando ahora es lo que nosotros le inculcamos a los chicos y esto va dentro del objetivo, la visión esta de formar mejores personas. Gente que viene y, por ejemplo, le va mal en el colegio. Nosotros le decimos: “Tráeme tu libreta de notas. Si la libreta tiene por ahí nota baja, arregla primero tu nota, tus estudios, y después ven a entrenar”. De hecho, muchos padres de familia nos han agradecido eso, porque, como quieren venir a entrenar los muchachos, entonces se ponen a estudiar realmente. Y otra cosa que decimos es: “Dentro de los deportistas no hay estudiante malo, porque todos tienen una metodología de trabajo. Y el que tiene metodología, pues, es exitoso en lo que viene”.

 

Otro punto a resaltar, que es el más reciente, es que Adrián Guibu y Yum Ishikawa han ganado el bronce en el Campeón de Campeones. Otro mérito de la gestión de usted.

Sí. Realmente ese es un logro que, digamos, cierra mi ciclo de gestión deportiva. Es una medalla que se tardó mucho en llegar. Creo que estamos nosotros a nivel de competir con las potencias del mundo. Lamentablemente, somos muy pocos dentro de la élite del bowling peruano. Por ejemplo, había competencias en las cuales teníamos que ir y si eran dos, pues, iba el primero y el segundo no podía porque tenía que trabajar. El tercero no iba porque tenía que presentar exámenes. El cuarto no podía. Entonces iban el quinto, el sexto. Nunca llevábamos equipos realmente completos, competitivos. Dos meses antes de este campeonato panamericano de campeones, hubo un panamericano en Reno, Nevada. Ahí competían seis por equipo y fuimos nosotros. Y también la dupla de Ishikawa con Guibu estuvieron a una nada de ganar la medalla de bronce allá. Entonces, realmente, era un…

 

Se sacaron el clavo.

…un clavo para mí, y para los entrenadores, el que no hayamos logrado esa medalla panamericana. Aquí lo veíamos mucho más difícil todavía. Porque aquí era el campeonato Campeón de campeones. Venían los dos mejores de cada país. Ganarle a esos era mucho más difícil. Gracias a Dios se logró esa medalla. Por poquito no logramos la medalla de plata. Creo que por seis o siete palos, pero llegó la medalla y con eso ya cierro mi gestión, con medallas en todos los niveles deportivos.

 

Y además que desplazaron del tercer lugar a Colombia.

Claro.

 

Lo cual es un mérito.

Y Estados Unidos nos ganó por palitos.

 

Quería mencionar que usted recibió un reconocimiento al final del Panamericano, de parte de Martín Faba, que es el presidente de la Panamerican Bowling Confederation, por: “Su incansable labor en pro del desarrollo de nuestro deporte en el Perú y en Las Américas, así como su aporte a nuestra organización como dirigente y amigo”. ¿Qué significó para usted este reconocimiento justo al final de su gestión?

(El presidente Yuzuriha se emociona. Su rostro lo demuestra y empieza a derramar algunas lágrimas) Que yo soy realmente la cara visible que gana este premio. Y me emociona porque yo soy el que da la cara, pero detrás mío hay un montón de gente que me gustaría que esa misma placa la reciban todos. Entonces… Disculpa…

 

No se preocupe. Lo entiendo.

Es parte de la emoción.

 

Yo también estaría emocionado si me hubieran dado una placa así.

Sí.

 

He visto la foto (de usted) con Martín Faba. Además, habló muy bonito de usted en la inauguración, en la que yo estuve. Se nota cuando alguien, de verdad, habla con aprecio. Y yo sentí en las palabras de Martín Faba que realmente él lo apreciaba.

Sí.

 

Por todo lo que usted ha hecho durante años.

Yo soy parte del directorio de la panamericana, soy parte del directorio de la sudamericana también y de la confederación iberoamericana. Entonces, estoy metido a nivel internacional y gracias a eso es que también tenemos oportunidades de desarrollarnos. No solamente desarrollarnos en la parte de bowling. Tenemos un entrenador que es Ernesto Ávila, que trabaja con nosotros desde el 2013 y así como hemos crecido como federación, nuestros deportistas han crecido, él también ha crecido como entrenador. Él está considerado como uno de los mejores entrenadores del mundo.

 

Sandra Góngora, me acuerdo que cuando la estaba entrevistando acá un colega, ella dice: “Ustedes tienen acá a Ernesto Ávila”. Lo dijo con respeto.

Sí.

 

(Quiso decir que) tienen un gran entrenador.

Sí. Y no solamente él. Como te estaba diciendo, a mí me gusta meterme en todo. Y yo desde el inicio me metía en la parte técnica, la parte deportiva, pero llega un momento en que su nivel de desarrollo fue tan alto, que ya la capacidad mía para seguirlos a ellos ya no (iba a la par). Entonces, yo les dije, tanto a Ernesto Ávila como a Gaby Zakimi, que es la jefa de la Unidad Técnica: “¿Saben qué? A partir de ahora ustedes encárguense de la parte técnica deportiva. Nosotros nos encargamos de la parte organizacional, logística. Lo que ustedes requieran, nos dicen a nosotros y nosotros lo evaluamos y vemos”. Y así. Por aquí han pasado entrenadores de muy alto nivel. Ha estado el entrenador en jefe de la selección de Estados Unidos, por ejemplo. Ellos vinieron el 2015. Con nosotros trabaja el psicólogo de la selección americana, que es parte del staff de nosotros. Dean Hinitz se llama. Y también está en el equipo del Team Perú un entrenador que se llama Thomas Laskow, que le acaban de dar el máximo galardón como uno de los entrenadores Gold. Solamente hay 24 en el mundo. Y gracias a que él trabaja con la selección nacional. Y que logra la medalla mundial con Yumi y la medalla panamericana que ganamos hace unas semanas atrás.

 

Voy a repetir lo que dijo Martín Faba, ese comentario que le hizo: que usted no puede estar lejos del bowling, por todos los logros que ha tenido.

No.

 

¿Qué va a hacer después que acabe su periodo oficial?

Yo entré por mis hijos y esto creció con mis hijos como motivación y después de mis hijos, pues, vinieron los amigos de mis hijos y los amigos de los amigos. Eso fue creciendo. Esta federación o lo que tenemos ahora es como un hijo mío más. ¿Quién deja a uno de sus hijos abandonado? Yo, donde me toque estar, voy a estar trabajando por el bowling nacional. Aparte de que me gusta el deporte, me gusta la dirigencia, me gusta meterme en problemas. Me gusta estar ahí. Mis grandes pasiones son la medicina, la pediatría y el bowling.

 

¿Cree que el bowling peruano hubiera alcanzado este altísimo nivel, que está subiendo constantemente, si es que no tuvieran este complejo maravilloso de la VIDENA, que se usó para los Panamericanos Lima 2019? ¿Hubiera sido el mismo resultado o hubiera demorado más?

No, definitivamente ayuda. Si bien es cierto que nosotros tenemos esta bolera de 24 pistas, pero hacia el centro de la VIDENA tenemos un centro de alto rendimiento. En realidad, esta bolera debería estar abierta al público. Cuando participamos en la elaboración del proyecto, esta bolera iba a estar en el centro de la VIDENA y dijimos: “No, esta bolera… Ningún centro de alto rendimiento tiene 24 pistas. Esto tiene que estar abierto al público”. Por eso dijimos que sea aledaño a la avenida, para que tenga acceso directo.

 

A (la avenida) Canadá.

Es acceso directo a la bolera. Lo que pasa es que con toda la burocracia y todas estas cosas, pues, no dejan que esto esté abierto al público. Y esa es una de las tareas que dejo pendiente: la masificación del deporte. Como te conté, si con 40 personas tenemos medallas mundiales, ¿qué sería si tuviéramos 4000 personas disfrutando del bowling?

 

Muchas personas me han dicho, me preguntan: “Yo quiero jugar bowling, pero, ¿dónde voy? ¿Qué hago?”. No hay lugares.

Es que no hay realmente. No hay las facilidades. Si tú me dices que esto (la VIDENA) ayudó al bowling, sí, definitivamente, pero si nosotros nos quedábamos con el otro centro… Creo que nuestro programa es lo suficientemente bueno como para crear campeones. De hecho, el programa de bowling peruano ha sido considerado como uno de los mejores a nivel mundial. Lo invitaron a Ernesto Ávila a un congreso mundial de entrenadores para exponer el programa peruano. Si te invitan para exponer el programa peruano es porque realmente el programa funciona.

 

Claro. Es un caso de estudio.

Sí, claro.

 

Muchas gracias, señor presidente Juan Carlos Yuzuriha Yakabi, por la entrevista y le deseo el mejor de los éxitos. Ha sido un gusto para mí conversar con usted. Se nota que es profesional y…

Apasionado.

 

Sí.

Sí.

 

Y ama lo que hace. Así que muchas gracias por esta oportunidad de poder entrevistarlo.

Cuando gustes. Y ayúdanos a difundir este deporte, porque lo que nosotros siempre hemos querido es que esto de aquí esté abierto al público, esté lleno de gente. Invitar a los gobiernos regionales: “Mira, esto lo podemos hacer en tu región”. El IPD tiene terrenos por todo el Perú. Los gobiernos regionales tienen mucho dinero y no se gastan el dinero. A lo mucho, gastarán 50%, 60% de su presupuesto, porque no tienen proyectos, probablemente, para desarrollar. Y este es un lugar de esparcimiento sano, donde puede estar el papá, la mamá, el abuelo, los hijos, hombres, mujeres, no hay distinción de nada. Esto es superdemocrático. Todos pueden jugarlo. Crear ese modelo, hacer que ese modelo funcione, que lo vean, lo replicamos en otro lado y ahí sería una masificación total.

 

¿Y usted no quisiera estar a cargo del IPD en algún momento?

No. Del IPD sería meterme en problemas muy serios.

 

¿Se lo habrán comentado en algún momento?

No. Y tampoco abro la posibilidad, porque manejar este tipo de situaciones, de alta dirigencia, ya requiere de mucho conocimiento político.

 

Mucha muñeca política.

Mucho, mucho, mucho. Se puede manejar a nivel de federación, a nivel local, cuando puedes manejar esas variables. Pero cuando no puedes manejar esas variables, se hace muy difícil. Te ganas muchos más enemigos que amigos. Y lo otro es que, para desarrollarme como dirigente deportivo, tendría que dejar mi consulta y esa es mi otra gran pasión de la vida. Donde estoy, creo que voy bien.

 

Usted es feliz siendo médico y dirigente.

Sí.

 

Nuevamente, muchas gracias y todos los éxitos para usted y su hija, que está creciendo tanto en el deporte.

Sí, está yendo bien.

 

Muchas gracias.